Irlanda, por Europa
La crisis econ¨®mica que atraviesa la isla y el caos reinante entre los opositores al Tratado de Lisboa puede llevar a los irlandeses a votar a favor de la integraci¨®n en la UE en el pr¨®ximo refer¨¦ndum
Fue el bardo quien lo gan¨®". ?Ser¨¢ ¨¦se el juicio de los historiadores a prop¨®sito del segundo refer¨¦ndum de Irlanda sobre el Tratado de Lisboa, previsto para principios de octubre? ?Ser¨¢ la voz de un poeta la que decida el futuro de Europa?
En una intervenci¨®n poco frecuente y conmovedora, el mayor poeta vivo de Irlanda, Seamus Heaney, ha hablado abiertamente en favor del "s¨ª" al Tratado de Lisboa y ha elevado el nivel del debate. Heaney, que recuerda el memorable acontecimiento que se produjo hace cinco a?os en el Phoenix Park de Dubl¨ªn, cuando la presidencia irlandesa de turno de la UE recibi¨® a 10 nuevos pa¨ªses en la Uni¨®n, observa que "el f¨¦nix se renov¨® de la misma forma que la Uni¨®n se estaba renovando y sigue necesitando renovarse". En un v¨ªdeo grabado para el lanzamiento, el fin de semana pasado, de la nueva campa?a "Irlanda por Europa", y antes de leer en voz alta el poema (Beacons at Bealtaine) que escribi¨® en aquella ocasi¨®n, Heaney dice: "Hay muchas razones para ratificar el Tratado de Lisboa, razones que tienen que ver con nuestro bienestar pol¨ªtico y econ¨®mico, pero el poema habla sobre todo de nuestro honor y nuestra identidad como europeos". Y entonces lee sus versos, que incluyen esta gran frase: "Moved los labios, moved las mentes y haced que se enciendan nuevos significados".
Los argumentos del Sinn Fein en contra del tratado son similares a los del Partido Conservador brit¨¢nico
La voz de un poeta irland¨¦s nos recuerda la grandeza de este proyecto que llamamos Uni¨®n Europea
No es el tipo de lenguaje que solemos relacionar con el debate europeo, por desgracia. Pero, aunque los poetas sean los "legisladores no reconocidos" de Shelley, sobre todo en patrias del romanticismo como Irlanda y Polonia, las vulgares preocupaciones materiales tambi¨¦n tienen mucho que ver. Me dicen en Irlanda que la crisis econ¨®mica, que ha golpeado aqu¨ª con especial dureza, parece ser uno de los principales motivos por los que la opini¨®n p¨²blica ha empezado a inclinarse en favor del Tratado de Lisboa. Por mal que est¨¦n las cosas, el sentimiento general es que estar¨ªan peor si Irlanda no estuviera en la UE y la eurozona. "Irlanda no puede luchar contra las fuerzas econ¨®micas mundiales por s¨ª sola; en esta tempestad econ¨®mica, la UE es su puerto y su refugio"; as¨ª expresa el argumento en su p¨¢gina web Generation Yes, una campa?a organizada por j¨®venes irlandeses proeuropeos.
Adem¨¢s, el Gobierno irland¨¦s ha obtenido firmes garant¨ªas sobre muchas de las preocupaciones populares que contribuyeron al "no" del a?o pasado: los espectros del servicio militar obligatorio y el aborto, la protecci¨®n de la neutralidad irlandesa y la capacidad del pa¨ªs de fijar tipos fiscales competitivos, para no hablar del hecho de que Irlanda, como todos los dem¨¢s Estados miembros, conservar¨¢ su comisario europeo. A diferencia de la ¨²ltima ocasi¨®n, parece que esta vez habr¨¢ una campa?a nacional, bien organizada y no partidista, en favor del "s¨ª". Adem¨¢s del Gobierno de Fianna F¨¢il, los principales partidos de la oposici¨®n, Fine Gael y el Partido Laborista, propugnar¨¢n el voto afirmativo.
Mientras tanto, Libertas, la vanguardia de la campa?a por el "no" en 2008, se ha derrumbado en medio del caos (un conocido m¨ªo irland¨¦s habl¨® en mi nombre con su l¨ªder, Decan Ganley, para preguntarle si pod¨ªamos entrevistarnos a prop¨®sito del nuevo refer¨¦ndum, pero le dijeron que Ganley, hoy, est¨¢ concentrado en sus negocios). Aparte de una extra?a alianza de la izquierda dura anticapitalista y la derecha cat¨®lica antiaborto, Sinn Fein parece ser el que se mantiene firme en contra del tratado, con argumentos sobre la soberan¨ªa y la independencia que se parecen asombrosamente a los del Partido Conservador brit¨¢nico.
"Da demasiado poder a la UE y reduce nuestra capacidad de impedir decisiones que no beneficien los intereses de Irlanda", dec¨ªa en 2008 la gu¨ªa alternativa de Sinn Fein al Tratado de Lisboa. "Otorga 105 poderes m¨¢s a la UE en asuntos como las relaciones internacionales, la seguridad, el comercio y la pol¨ªtica econ¨®mica. Y en m¨¢s de 60 de estas ¨¢reas perderemos nuestro derecho a impedir leyes que no beneficien nuestros intereses nacionales". Que sustituyan "Irlanda" por "Reino Unido" y lo impriman en la Oficina Central de los Conservadores. Gerry Adams y David Cameron deber¨ªan hacer campa?a juntos.
No obstante, los organizadores de la incipiente campa?a del "s¨ª" no se duermen en los laureles. Esta vez, a la campa?a podr¨ªa perjudicarle, como el a?o pasado, la asociaci¨®n con un Gobierno m¨¢s bien cansado e impopular y un primer ministro nada carism¨¢tico. En observancia absoluta de una controvertida decisi¨®n del tribunal supremo, la televisi¨®n y la radio ofrecen el mismo espacio al s¨ª y al no. Adem¨¢s, los votantes irlandeses tienen una alergia muy comprensible a que el resto de Europa les est¨¦ empujando a dar la respuesta "acertada". De modo que los dem¨¢s europeos debemos tener cuidado con lo que decimos y c¨®mo lo decimos, sobre todo, si hablamos con acento brit¨¢nico.
Que quede una cosa clara: lo que decidan los irlandeses depende por completo de ellos. Tienen tanto derecho a decir "no" como tuvieron los franceses, y Nicolas Sarkozy debe dejar de amenazarlos con terribles consecuencias si lo hacen. No obstante, conf¨ªo en que digan "s¨ª". Es necesario un poeta irland¨¦s para recordarnos la grandeza esencial de este proyecto que llamamos la Uni¨®n Europea, en el que unas naciones surgidas en medio de mucha sangre trabajan juntas, libremente, en una comunidad de democracias. No hay m¨¢s que pasear por el centro de Dubl¨ªn para recordar la realidad viva que est¨¢ detr¨¢s de esas grandes expresiones: la tienda de ultramarinos polaca (Samo Dobro) situada al lado del pub irland¨¦s (The Metro, establecido en 1861) en Parnell Street, y los j¨®venes irlandeses, brit¨¢nicos y polacos que trabajan y viven juntos en pie de igualdad, y c¨®mo esto nos parece lo m¨¢s normal del mundo. La prosa de la vida cotidiana es casi tan conmovedora como la poes¨ªa.
Un poco m¨¢s dif¨ªcil de ver es el contexto general: un mundo cada vez menos europeo, configurado por potencias emergentes como China y amenazas mundiales como el cambio clim¨¢tico, en el que incluso los mayores Estados europeos tienen escasas posibilidades de influir a menos que combinemos todas nuestras fuerzas y trabajemos juntos. Pensemos en Ir¨¢n, por ejemplo. Como es natural, he visto por televisi¨®n las im¨¢genes de la represi¨®n en Teher¨¢n: esos sangrientos martirios individuales, en otro tiempo tan familiares en las calles de Dubl¨ªn, pero ahora s¨®lo recordados en placas y monumentos. All¨ª, como antes aqu¨ª, est¨¢ naciendo algo de terrible belleza.
He pensado que me habr¨ªa gustado estar all¨ª para presenciarlo. Me he preguntado si era posible escribir sobre cualquier otra cosa que no fuera eso. Pero la verdad es que hay relativamente poco que Europa pueda hacer a corto plazo para influir en los sucesos de Ir¨¢n, aparte de mantener abiertos los canales de comunicaci¨®n como el servicio persa de la BBC, mediante el cual los iran¨ªes pueden hablar con otros iran¨ªes. Sin embargo, a largo plazo, escribir sobre el futuro de la Uni¨®n Europea es tambi¨¦n escribir sobre el futuro de Ir¨¢n. Porque lo m¨¢s importante que hace el Tratado de Lisboa es crear la maquinaria institucional para una pol¨ªtica exterior europea m¨¢s coordinada y eficaz. No la pol¨ªtica en s¨ª, sino la maquinaria. Para crear la pol¨ªtica har¨¢ falta la voluntad de los Estados miembros soberanos.
A la larga, eso tambi¨¦n supondr¨¢ una diferencia para Ir¨¢n. Por el momento, la respuesta de la UE al drama iran¨ª ha estado bastante coordinada, aunque ya ha habido diferencias de ¨¦nfasis en p¨²blico entre Gordon Brown, Angela Merkel y Nicolas Sarkozy. Entre bastidores existen diferencias estrat¨¦gicas m¨¢s profundas, que se agudizar¨¢n probablemente si la represi¨®n contin¨²a. Y este r¨¦gimen iran¨ª, con su espalda contra la pared, redoblar¨¢ sus esfuerzos para abrir brechas, por ejemplo, entre los malvados brit¨¢nicos y los alemanes, posiblemente m¨¢s "cooperadores", o al menos para reducirnos a una d¨¦bil pol¨ªtica del m¨ªnimo com¨²n m¨²ltiplo. No podemos dejar que suceda eso. Por el bien de Ir¨¢n, tambi¨¦n, el f¨¦nix debe renovarse.
www.timothygartonash.com Traducci¨®n de Mar¨ªa Luisa Rodr¨ªguez Tapia
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