Pol¨ªtica en serio
Falta serenidad. Y no nos referimos a esa pol¨ªtica espa?ola tan teatral que es una exageraci¨®n interesada y no responde a una realidad social. Hay un Gobierno con m¨¢s de once millones de votos, la segunda legislatura de un presidente, que aunque no guste a quien perdi¨® las elecciones reiteradamente, gobierna. Una situaci¨®n m¨¢s estabilizada de lo que cuentan algunos medios de comunicaci¨®n. En Galicia s¨ª que falta serenidad, pues llevamos diez a?os en los que se quebr¨® la estabilidad y la continuidad pol¨ªtica. La crisis desencadenada a ra¨ªz del modo en que el PP, en el Gobierno y en la Xunta, manej¨® el naufragio del Prestige abri¨® una etapa en la que la legitimidad pol¨ªtica estuvo en discusi¨®n y el poder pas¨® de unos a otros.
Los que tapaban el puerto exterior usaron la Cidade da Cultura como potro de tortura del bipartito
La polvareda levantada todav¨ªa no se ha posado y las emociones, rencores y heridas no desaparecen inmediatamente. Estamos al comienzo de una nueva etapa, pero viene marcada por el deseo de ajustar cuentas pendientes. Tenemos un gobierno de la Xunta improvisado, pero que se ha propuesto enmendar lo que hay, corregir el pasado en vez de afrontar el presente. Galicia tiene sobre la mesa problemas muy serios que piden exactamente lo contrario: buscar acercamiento y consenso. Una Xunta que se levanta sobre la mayor¨ªa de un s¨®lo diputado tiene legitimidad para gestionar la Administraci¨®n, pero carece de autoridad para decisiones trascendentales. Desde luego, para cambiar en sentido contrario toda la pol¨ªtica anterior sobre la lengua, pero tambi¨¦n para afrontar el dilema tremendo de la ganader¨ªa lechera, para decidir por su cuenta cambiar el sistema de provincias y abrir una nueva... Y para cosas que son al tiempo urgentes e importantes.
Como las dos grand¨ªsimas obras en marcha. No hay en Espa?a en marcha dos obras tan grandes como el puerto exterior de Punta Langosteira y la Cidade da Cultura. Y ambas piden reflexi¨®n compartida y luego un consenso claro. El puerto exterior naci¨® como fruto de un acuerdo casi clandestino para solucionar un antiguo problema que ten¨ªa A Coru?a: los dep¨®sitos de Campsa, un peligro grav¨ªsimo con el que se conviv¨ªa. Y a la vez sirvi¨® para despejar suelo urbano de gran valor y dar un gran pelotazo inmobiliario. Hoy es una obra fara¨®nica con financiaci¨®n europea, s¨®lo la dudosa sensatez de la empresa en s¨ª puede explicar que se haya estado horadando la superficie y enterrando monta?as en el mar sin que nadie nos lo haya contado. Hace unos d¨ªas este peri¨®dico le pon¨ªa imagen, fotograf¨ªa y n¨²meros. Ya era hora. Habr¨¢ que debatir y buscar una soluci¨®n y una racionalidad a su uso teniendo en cuenta el vecino puerto de Ferrol a la hora de comunicarlo. Y habr¨¢ que sentar en la mesa a Repsol a la hora de financiarlo, ?no? La Cidade da Cultura es el caso inverso. Desde que lleg¨® el bipartito fue usada como su potro de tortura por los que tapaban el puerto exterior, pero est¨¢ ya en la mitad de su construcci¨®n y hace mucho tiempo que deb¨ªa haberse llegado a un consenso para cerrar filas con sentido com¨²n y comunitario y lograr as¨ª que tenga un uso claro y sea lo m¨¢s cercano a un ¨¦xito.
Y el sistema de comunicaciones. El acuerdo que acaban de cerrar Xunta y Ministerio sobre el AVE es la primera piedra, pero no debemos ganar un tren r¨¢pido y perder las comunicaciones de cercan¨ªas. Adem¨¢s de conectar con la meseta y las ciudades entre s¨ª, necesitamos comunicaciones con villas y comarcas. Y, perm¨ªtaseme aqu¨ª lo de "clama al cielo" o el m¨¢s mundano "es para mear y no echar gota", hay que tratar de esa locura del sistema aeroportuario gallego: tres aeropuertos, un derroche que no se permite ning¨²n pa¨ªs rico. ?Y el ministerio presupuesta m¨¢s ampliaciones! Electoralismo irresponsable para localismo desaforado. ?Si tenemos un tren r¨¢pido a Madrid, qu¨¦ va a pasar con tantos vuelos locales? ?Por qu¨¦ nos financian estas fantas¨ªas irresponsables?
Pero Galicia no s¨®lo est¨¢ en el mundo real. Aunque nuestros pol¨ªticos manipulen nuestras fantas¨ªas, Galicia est¨¢ en esa Europa y en esa Espa?a que est¨¢ reestructurando su sistema financiero, que debate el futuro de las cajas de ahorro, su relaci¨®n con el territorio y las autonom¨ªas, la situaci¨®n financiera caja a caja... ?Cu¨¢ndo se van a sentar a hablar los partidos con confianza, prudencia y responsabilidad sobre nuestras cajas y su futuro? Por el bien de esas entidades y por el bien del pa¨ªs, guarden la tijera con la que nos quieren recortar, cierren heridas y den paso al di¨¢logo. Es hora de dejar de jugar.
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