La polic¨ªa sigue sin respuestas
Despu¨¦s de tres horas de interrogatorio, al m¨¦dico Conrad Murray se le considera "testigo de los hechos" - Seg¨²n su abogado, "no inyect¨® a Michael ni Demerol ni nada"
Tres horas con el hombre que vivi¨® la agon¨ªa de Michael Jackson y la polic¨ªa sigue sin respuestas. No hay nada que indique un comportamiento criminal por parte del doctor personal del cantante, Conrad Murray, avanz¨® el Departamento de Polic¨ªa de Los ?ngeles tras concluir la entrevista -no lo definen como interrogatorio- con el facultativo en un lugar sobre el que no se facilitaron coordenadas.
"Murray no es un sospechoso, s¨®lo un testigo de los hechos", se apresur¨® a explicar el famoso bufete de abogados contratado por el doctor ante la gravedad de su situaci¨®n. M¨¢s a¨²n, en una declaraci¨®n a Los Angeles Times, Edward Chernoff, uno de sus representantes legales y presente en la declaraci¨®n ante la polic¨ªa, asegur¨®: "Lo de la inyecci¨®n es absolutamente falso. Ni Demerol ni OxyContin ni nada. ?l entr¨® fortuitamente en la habitaci¨®n y se encontr¨® con que Michael no respiraba. Le tom¨® el pulso en la arteria femoral y a¨²n lo encontr¨®, eso s¨ª, d¨¦bil. En ese momento inici¨® las maniobras de reanimaci¨®n". Chernoff confirm¨® que Murray acompa?¨® a Jackson en la ambulancia. "Estaba tan sorprendido -y sigue est¨¢ndolo- con el fallecimiento, que fue el mismo Murray, todav¨ªa en el hospital, quien recomend¨® a la familia una segunda autopsia, privada y m¨¢s r¨¢pida". El abogado tambi¨¦n dej¨® claro que aunque Murray era amigo de Michael Jackson desde 2006, cuando cur¨® a sus hijos de una infecci¨®n en Las Vegas, no se convirti¨® en su m¨¦dico personal hasta el mes pasado.Uno de los responsables de la investigaci¨®n, el teniente Gregg Strenk, asegur¨® que la polic¨ªa nunca ha hablado de la inyecci¨®n. "Esa historia provino de alguien de fuera del caso".
La segunda autopsia podr¨ªa dar resultados en tan s¨®lo dos semanas
El presidente Barack Obama ha enviado una carta privada a la familia
As¨ª est¨¢ la investigaci¨®n sobre la muerte de Michael Jackson. Llena de inc¨®gnitas y zonas oscuras. Murray, cardi¨®logo de 56 a?os, tiene fijada su residencia en Las Vegas pero que hace dos semanas cerr¨® su cl¨ªnica y se traslad¨® a vivir con Jackson para asistirle de cara a la preparaci¨®n de los conciertos de Londres en los que el cantante hab¨ªa puesto todas sus esperanzas y energ¨ªas. Seg¨²n distintos medios, Jackson exigi¨® al promotor del espect¨¢culo que metiera a Murray en n¨®mina "costase lo que costase". Por ello ha reclamado a los organizadores de los conciertos 210.000 euros por sus servicios.
Hay muchas preguntas en esta a¨²n sin respuesta. Preguntas que la familia espera que se resuelvan tras la segunda autopsia ya que la primera no aportar¨¢ resultados hasta dentro de seis u ocho semanas. Demasiado tiempo para estar sin respuestas para una familia necesitada de ellas. Por eso, despu¨¦s de que el anat¨®mico forense entregara el cad¨¢ver de Jackson a sus padres, ¨¦stos lo trasladaron a una localidad que permanece en el anonimato para que se le realizaran unos segundos ex¨¢menes patol¨®gicos y toxicol¨®gicos. Una segunda autopsia puede dar a los familiares, tras pagar entre 7.000 y 14.000 euros, resultados mucho m¨¢s r¨¢pido que la que discurre por los canales habituales. M¨¢ximo dos semanas.
Y sin embargo, a pesar del dinero que todo lo compra, puede que los Jackson se queden sin saber por ahora si Michael muri¨® o no de sobredosis. El cerebro del cantante permanece en la sala del forense que le practic¨® la primera autopsia. Las pruebas y an¨¢lisis efectuados sobre este ¨®rgano son los que prueban si ha existido da?o cerebral debido al uso de drogas o si sufri¨® alguna vez en el pasado una sobredosis. "Si la familia no est¨¢ en posesi¨®n del cerebro, una segunda autopsia no arrojar¨¢ ninguna luz", declar¨® ayer Michael Baden, antiguo jefe m¨¦dico investigador que ha trabajado en casos como el de O. J. Simpson o Phil Spector.
Desde la Casa Blanca se informaba ayer que el presidente Barack Obama se hab¨ªa puesto en contacto con la familia a trav¨¦s de una carta. Ni los Jackson ni la oficina del presidente han hecho p¨²blico el contenido de la misiva.
Dolor en las calles
Mientras prosigue la investigaci¨®n, los fans siguen llorando a su ¨ªdolo. Siguen peregrinando a su casa y a la de su familia en Encino. Siguen formando largas y pacientes filas bajo el sol en Hollywood Boulevard para contemplar durante unos fugaces segundos la estrella de la fama de Jackson cubierta hoy de flores, ositos de peluche y notas de despedida. Y se revuelven casi agresivos contra quienes pretenden te?ir la memoria del astro. Si no fuera porque se ve cada d¨ªa, la escena parecer¨ªa surreal. Decenas de hombres fotocopias de Michael Jackson, hombres vestidos, peinados y maquillados a imagen y semejanza de su objeto de culto. Michaels Jacksons llorando a Michael Jackson.
"Mentiras, todo mentiras. Era un ser incomprendido y envidiado, por eso dicen toda esa basura", declara casi rompiendo a llorar Ron Brawlei, tocado por un sombrero similar a los que Jackson portaba y enteramente vestido de negro. Para ¨¦l son patra?as las declaraciones que ti?en la memoria del cantante, y que no arrojan luz sobre las pesquisas.
A diferencia de Elvis Presley, que se rode¨® de una pl¨¦yade de asistentes conocidos como "la mafia de Memphis", que no le abandonaron nunca hasta despu¨¦s de su desgraciada muerte, Michael Jackson no tuvo semejante guardia pretoriana. La gente pasaba por su vida pero no se quedaba. Tantos empleados y nadie sujet¨® su mano mientras mor¨ªa. Cobraban el cheque y se iban.
Babelia
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