Prudencia, pero todav¨ªa no
Uno de los primeros problemas que hoy tienen las empresas es la falta de financiaci¨®n: el cr¨¦dito no fluye por las venas del sistema. Para paliar esta situaci¨®n, la semana pasada tuvo lugar una acci¨®n, posiblemente concertada, entre el Banco Central Europeo (BCE) y la Reserva Federal (Fed) para inyectar liquidez extraordinaria. En la subasta a un a?o del 24 de junio, el BCE lanz¨® la mayor inyecci¨®n monetaria (442.240 millones de euros) acometida hasta el presente en Europa, enfrent¨¢ndose abiertamente al Gobierno alem¨¢n de la se?ora Merkel, que hace unas semanas lanz¨® una andanada al eurobanco por estas pr¨¢cticas. Al d¨ªa siguiente, la Fed replic¨® prorrogando y ampliando algunos de sus programas de liquidez (compra de bonos del Tesoro y t¨ªtulos respaldados por hipotecas) hasta el a?o 2010.
La deuda p¨²blica ha sido el principal ant¨ªdoto contra la crisis, pero puede dar lugar a que estalle otra burbuja
Un economista muy comprometido se?ala que "ello indica que dos a?os despu¨¦s del inicio de la crisis los bancos centrales parecen decididos a enmendar los fallos en los que hab¨ªan incurrido durante el quinquenio que precedi¨® a la gran recesi¨®n, acometiendo el programa intercontinental de cooperaci¨®n monetaria silenciosa m¨¢s ambicioso que se recuerda".
A la subasta del BCE acudi¨® m¨¢s de un millar de entidades que recibieron el dinero en unas condiciones excepcionales: a un tipo fijo del 1%, cuando en el mercado se paga medio punto m¨¢s; al plazo de un a?o, por cuant¨ªa ilimitada y con el aval de unos activos que en la actual coyuntura carecen de mercado. Hasta ahora, el sector financiero se quejaba de que a pesar de que el BCE les hab¨ªa prestado ingentes cantidades de dinero, lo hab¨ªa hecho a un plazo muy corto, lo que no les permit¨ªa recuperar la confianza y justificaba su negativa a abrir el grifo del cr¨¦dito. ?Habr¨¢ una siguiente excusa?
Otro modo de conseguir financiaci¨®n por parte de las empresas (en este caso de las de mejor calificaci¨®n) est¨¢ siendo la emisi¨®n de deuda en los mercados mayoristas. Seg¨²n algunos c¨¢lculos, las empresas europeas han recurrido a los mercados mayoristas de bonos por valor de 250.000 millones de euros en los primeros cinco meses del a?o. Pero la deuda privada tiene que competir hoy con otro tipo de deuda, la p¨²blica, que tambi¨¦n se est¨¢ emitiendo masivamente. Se estima que entre EE UU y los pa¨ªses del euro, aquejados todos ellos de d¨¦ficit p¨²blicos superlativos, emitir¨¢n este a?o m¨¢s de dos millones de euros.
Seg¨²n el FMI, la deuda p¨²blica de los 10 pa¨ªses m¨¢s ricos del mundo pasar¨¢ del 78% de su PIB como media a un porcentaje del 114% en el a?o 2014. El semanario The Economist comentaba hace unos n¨²meros que desde la II Guerra Mundial no ha habido ning¨²n momento en que tantos Gobiernos hayan pedido prestado al tiempo tanto dinero, y en su conjunto hayan estado tan endeudados. Todo ello est¨¢ afectando a los tipos de inter¨¦s a largo plazo, que no paran de acelerarse. Ello permite preguntarse a los m¨¢s inquietos si la pr¨®xima burbuja a estallar no ser¨¢ precisamente la de la deuda.
La deuda de los Gobiernos ha sido el principal ant¨ªdoto, a corto plazo, para corregir los peores efectos de esta gran recesi¨®n que combina paro masivo, falta de inversi¨®n y en definitiva par¨¢lisis del aparato productivo, con una crisis de liquidez y solvencia del sistema bancario, que ha dado lugar a muchos planes de rescate de las entidades en distintas modalidades. Si no se hubiera acudido a la deuda, probablemente la gran recesi¨®n hubiera devenido en Gran Depresi¨®n y el p¨¢nico se hubiera adue?ado de las calles en las que est¨¢n instaladas las sucursales bancarias. Sin endeudamiento no se hubiera salido del fondo, pero con esta gigantesca deuda emergen otros problemas que habr¨¢ que superar m¨¢s pronto que tarde y que, en algunos casos, son m¨¢s que hip¨®tesis: la suspensi¨®n de pagos de algunos de los pa¨ªses m¨¢s debilitados; la creaci¨®n de inflaci¨®n para reducir el coste real de la deuda; o la posibilidad de que los incipientes brotes verdes se angosten nada m¨¢s nacer si los tipos de inter¨¦s aumentan mucho en poco tiempo.
De ah¨ª que las autoridades comiencen a estudiar la salida ordenada a estos problemas, combinando subidas de impuestos y reducci¨®n de gastos. El semanario citado incorporaba una plegaria que resume este esp¨ªritu: "?Se?or, haz que sea prudente pero todav¨ªa no!".
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