Una mujer se viste por vez primera el faj¨ªn de Estado Mayor
La comandant e Ca?adas, de 39 a?os, es artillera, hija y esposa de militar
"El curso ha sido duro, pero menos que ser seleccionada para participar en ¨¦l. Llegar aqu¨ª es como una oposici¨®n". La comandante Mar¨ªa Gracia Ca?adas Garc¨ªa-Baquero, de 39 a?os, menuda y con el pelo recogido, no ocultaba ayer su satisfacci¨®n tras recibir de manos del Rey el diploma de Estado Mayor.
Es la primera mujer en la historia del Ej¨¦rcito espa?ol que se viste el faj¨ªn azul (reservado a los diplomados de Estado Mayor) y, por eso mismo, la que est¨¢ m¨¢s cerca de poder vestirse un d¨ªa el faj¨ªn rojo (de general). En ning¨²n lado est¨¢ escrito, pero todos los militares saben que es casi imposible llegar a general sin ser de Estado Mayor; es decir, sin el curso que capacita para asesorar al mando.
Es la mejor situada para convertirse, en torno a 2024, en la primera general
Faltan al menos 15 a?os para que llegue ese momento (antes debe completar los tiempos de comandante, teniente coronel y coronel), pero la hoja de servicios de Ca?adas no tiene nada que envidiar a la de sus compa?eros varones: cruz del m¨¦rito militar con distintivo blanco, medalla OTAN, ingl¨¦s y tres cursos de inteligencia militar, entre otros.
El 5,6% de la oficialidad de las Fuerzas Armadas espa?olas son mujeres y 148 ostentan el empleo de comandante como Ca?adas, pero la mayor¨ªa pertenece a los Cuerpos Comunes (jur¨ªdico, sanidad, intervenci¨®n) y pocas mandan unidades de combate.
Ca?adas es artillera, como su padre (el general Juan Ca?adas) y como su marido, compa?ero de Estado Mayor, aunque con una calificaci¨®n ligeramente inferior a la suya. "Lo ten¨ªamos as¨ª acordado en el contrato matrimonial", bromeaba ayer, entre divertida e inc¨®moda por su inesperado protagonismo.
Los diez meses del curso han sido el ¨²nico destino en el que ambos han coincidido, adem¨¢s de los tres a?os que pasaron juntos en el Regimiento de Artiller¨ªa de Astorga (Le¨®n). Conciliar la vida familiar y militar no resulta f¨¢cil para un matrimonio con tres hijos (el menor de s¨®lo un a?o y el mayor de ocho), pero Ca?adas le resta importancia. "Ya hemos cogido pr¨¢ctica", alega.
Con el diploma en la mano, est¨¢n a la espera de destino. Lo m¨¢s probable es que ambos se queden en el cuartel general del Ej¨¦rcito, en Madrid, pero eso no significa que Ca?adas se acomode a un trabajo de oficina. "Dentro de poco me ver¨¢s en Afganist¨¢n", comenta sin traslucir preocupaci¨®n. "Estuve a punto de ir el a?o pasado, pero no pude porque estaba embarazada". Ser¨¢ su segundo destino en el exterior, tras Bosnia a finales de los noventa. Y sin duda el m¨¢s dif¨ªcil.
Normalmente, el centro de las entregas de despacho es el n¨²mero uno de la promoci¨®n -el mejor de los 123 alumnos del X curso fue el capit¨¢n de corbeta Antonio Gonz¨¢lez del T¨¢nago de la Lastra-, pero ayer la comandante Ca?adas le rob¨® involuntariamente la atenci¨®n. Y ni siquiera el director del centro, el almirante Rafael S¨¢nchez-Barriga, se sustrajo al "hito hist¨®rico" y al "signo de normalidad" que supone el que, 20 a?os despu¨¦s de su integraci¨®n en el Ej¨¦rcito, una mujer se ponga por vez primera el faj¨ªn azul.
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