El cari?o de sus manos
No encuentro las palabras adecuadas para describir no s¨®lo el nivel art¨ªstico, sino la calidad humana de Pina. Lleg¨® a mi vida justo cuando yo m¨¢s la necesitaba, porque acab¨® con un mont¨®n de dudas que me corro¨ªan: c¨®mo compartir horas con los m¨²sicos y los bailarines, c¨®mo explicarles lo que sientes... Yo no sab¨ªa si abrirme plenamente a la gente. Pina me gui¨® con frases como: "No me interesa c¨®mo se mueve alguien sino qu¨¦ la conmueve". O "trabaja siempre con la intuici¨®n y el coraz¨®n". Pina lo ha dado todo por la danza, cada uno de sus poros emanaba danza; se sumerg¨ªa tanto en su pasi¨®n que se le olvidaba comer y hab¨ªa que record¨¢rselo. Con s¨®lo mirarla a los ojos ve¨ªas lo especial que era y su energ¨ªa, su agilidad, su sutileza... Para m¨ª Pina lo encierra todo. Cualquiera que la viera sinti¨® que Pina le estaba contando algo.
La primera vez que fui al festival de Wuppertal viv¨ª el cuento de la cenicienta: no conoc¨ªa a Pina; y algo, no mucho, de la danza contempor¨¢nea, como Ana Laguna. Y justo me cruc¨¦ a mi llegada con Ana: no pude aguantar los gritos de emoci¨®n. Aquella noche Pina asisti¨® a mi espect¨¢culo, y me sorprendi¨® verla tan emocionada, lo cual me hizo muy feliz.
A Pina le encantaba el flamenco. Una de mis ilusiones hubiera sido haber compartido escenario con ella. Le dieron un premio en Valencia, fui all¨ª, y le cont¨¦ mi ilusi¨®n -ni me atrev¨ªa a ped¨ªrselo porque me parec¨ªa una osad¨ªa-. Pina sac¨® un calendario gigante, me busc¨® un hueco y empezamos a colaborar.
La ¨²ltima vez que la vi fue en noviembre, en Wuppertal. Al final de mi espect¨¢culo, cenamos. Recuerdo de ese momento su tacto, sus abrazos, su ternura. Le ped¨ª que se cuidara y me respondi¨® que lo hac¨ªa. No olvidar¨¦ aquel cari?o que sal¨ªa del tacto de sus manos.
Eva La Yerbabuena es bailaora y amiga de Pina Bausch.
Babelia
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