Puntos para el carn¨¦
El permiso ha contribuido al descenso de las v¨ªctimas de tr¨¢fico; pero queda mucho por hacer
El carn¨¦ por puntos acaba de cumplir tres a?os y el balance resulta esperanzador: no s¨®lo ha contribuido a que los muertos en carretera hayan descendido en torno al 40% tomando como referencia las cifras de 2006, sino que se ha convertido en el signo m¨¢s visible de una creciente conciencia social para poner fin a esta lacra. Frente al resignado fatalismo con el que hasta fecha reciente se reaccionaba a una tragedia que se ha cobrado 50.000 vidas en los ¨²ltimos 10 a?os, tanto los poderes p¨²blicos como los propios ciudadanos parecen estar por fin comprometidos en la lucha contra esta matanza silenciosa. Las 2.181 v¨ªctimas que se produjeron en 2008, y que, lamentablemente, podr¨ªan repetirse este a?o si no se modifica la tendencia, siguen siendo una contabilidad que no puede dejar indiferente a nadie, puesto que detr¨¢s de cada n¨²mero hay una vida segada.
Uno de los objetivos inmediatos perseguidos con el carn¨¦ por puntos, y que consiste en expulsar de las carreteras a los conductores m¨¢s irresponsables, parece estar consigui¨¦ndose: unos 25.000 permisos han sido retirados al haber agotado el cr¨¦dito de puntos. El reverso de esta cifra lo ofrece, sin embargo, la sospecha de que no todos los conductores privados del carn¨¦ han renunciado a hacer uso del veh¨ªculo, y de ah¨ª la importancia de reforzar el control. Conviene atajar cuanto antes la convicci¨®n que parece inspirar a los infractores de que conducir sin permiso es una simple cuesti¨®n de suerte, en la que puede transcurrir mucho tiempo antes de ser descubiertos y puestos a disposici¨®n de los tribunales.
Otro de los efectos positivos de la introducci¨®n del carn¨¦ por puntos, como tambi¨¦n del incremento de los medios t¨¦cnicos para vigilar las carreteras, ha sido el de afinar las estad¨ªsticas de las infracciones graves y muy graves, en alt¨ªsima proporci¨®n coincidentes con las causas de los accidentes. Estos datos facilitan la elaboraci¨®n de mejores estrategias por parte de la Direcci¨®n General de Tr¨¢fico, aunque la responsabilidad ¨²ltima por los excesos de velocidad o por el uso del tel¨¦fono m¨®vil al volante depende exclusivamente de la voluntad de los conductores. Pero es cierto que existen otros factores en los que tampoco se puede bajar la guardia: la seguridad de los veh¨ªculos y de las carreteras cae bajo la ¨®rbita de los fabricantes y de la Administraci¨®n, en todo o en parte.
El inicio de las vacaciones de verano obliga a renovar el compromiso social contra los accidentes de tr¨¢fico. Lo que ocurra en los dos pr¨®ximos meses resultar¨¢ decisivo para que el balance de v¨ªctimas de este a?o prosiga la l¨ªnea descendente o, por el contrario, se estabilice en la escalofriante cifra de 2.000 muertos. A 24 de junio, 1.041 personas hab¨ªan perdido la vida en las carreteras durante 2009. No cabe resignarse a que otras tantas la pierdan tambi¨¦n, y es necesario convencerse de que cada d¨ªa, cada hora, cada minuto es tiempo suficiente para evitarlo.
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