Oscar-sorpresa japon¨¦s

Cuando, en la pasada ceremonia de los Oscar, el japon¨¦s Yojiro Takita recogi¨® la estatuilla a la mejor pel¨ªcula de habla no inglesa por Despedidas, la pol¨¦mica por lo que muchos consideraron injusta desestimaci¨®n de la favorita Vals con Bashir hizo que nadie reparara en la singular letra peque?a de la victoria: por primera vez un director formado en el terreno del cine er¨®tico acced¨ªa a la gloria del Oscar. Creador del personaje del detective Kuroda, significativamente apodado El Acosador, Takita tiene en su haber una prol¨ªfica filmograf¨ªa puntuada por t¨ªtulos cuya traducci¨®n no deja lugar a dudas acerca de su adscripci¨®n gen¨¦rica: El culo de Rumiko, Violaci¨®n sucesiva (ambas de 1983), Inspeccionando tu ropa interior (1984)... A partir de 1986, el cineasta inici¨®, no obstante, ese perseverante camino hacia el mainstream que parece culminar con Despedidas, pel¨ªcula que lleg¨® a la carrera de los Oscar tras haber reunido 10 premios de la Academia Cinematogr¨¢fica japonesa.

Resulta inevitable sacar conclusiones sobre la saludable falta de prejuicios de una industria nipona, y de un p¨²blico que no condena al ostracismo profesional a quien ha velado sus armas en el bajo vientre del imaginario colectivo. Tampoco hay que desde?ar la ambici¨®n profesional y creativa del propio Takita: ?Ser¨ªa posible imaginar un recorrido semejante en el contexto del cine espa?ol? No vale contar ninguna pel¨ªcula er¨®tica con coartada cultural (o artie).

Es posible que al erudito en la materia no le cueste demasiado encontrar ecos de ese viejo Takita en los intersticios de Despedidas, pero este cr¨ªtico se atreve a cometer la osad¨ªa de guiarse por la intuici¨®n: al comienzo de la pel¨ªcula hay una desconcertante nota de humor sobre la identidad sexual de un difunto que no est¨¢ lejos del chiste de Ozores pasado a limpio. Lo m¨¢s desconcertante y singular de Despedidas -y, probablemente, uno de los signos identitarios de lo japon¨¦s- est¨¢ en el constante tr¨¢nsito entre lo dram¨¢tico y lo c¨®mico, entre la carga de profundidad y el recurso distanciador. Por debajo de esa fluidez en el tono, la pel¨ªcula de Takita responde al perfecto ejercicio de estilo orientado a seducir al p¨²blico global: es una pel¨ªcula sobre un tema grave -la muerte- que sabe reinventarse como b¨¢lsamo para todo tipo de espectador. Finalmente, como en Mar adentro (2004), se transforma en conciliador canto a la vida.

En Despedidas, un m¨²sico desempleado se ve obligado a reciclarse como amortajador, oficiante del ritual de despedida del difunto frente a su doliente familia. El tab¨² de la muerte, firmemente enraizado en la cultura japonesa, le convierte en un apestado social y le lleva a ocultar la naturaleza de su nuevo oficio a su esposa. Lo que sigue es una historia de redenci¨®n que deber¨ªa haber reforzado sus v¨ªnculos con el gran cine humanista japon¨¦s -inevitable a?orar a Kurosawa- en lugar de rendirse a los golpes de efecto del sentimentalismo globalizado.Lo m¨¢s singular es el constante tr¨¢nsito entre lo dram¨¢tico y lo c¨®mico

Tr¨¢iler de la pel¨ªcula 'Despedidas'