Presidente de Ir¨¢n por 'juicio divino'
La verdad sobre las elecciones presidenciales iran¨ªes es pol¨¦mica. Y las protestas, escritas con sangre, suponen un cambio irreversible en la situaci¨®n pol¨ªtica. Ahora el objetivo es una verdadera democracia
Ya es oficial. El Consejo de los Guardianes iran¨ª, despu¨¦s de ordenar un recuento aleatorio de un 10% de los votos, ha apoyado el dictamen del L¨ªder Supremo de que no hubo ning¨²n problema en la realizaci¨®n y la apresurada proclamaci¨®n de resultados de la elecci¨®n presidencial iran¨ª. Lo que el L¨ªder Supremo llam¨® un "juicio divino" ha quedado confirmado. Mahmud Ahmadineyad es legalmente el presidente electo de la Rep¨²blica Isl¨¢mica. Cualquiera que se atreva a salir a la calle para protestar contra este resultado ser¨¢ debidamente golpeado, encarcelado, torturado o abatido a tiros.
Incluso aunque la elecci¨®n hubiera sido la m¨¢s limpia de toda la historia de la democracia, la dimensi¨®n de las manifestaciones de oposici¨®n posteriores y la violencia arbitraria de la represi¨®n -simbolizada en la muerte de Neda Agha-Soltan-, de todos modos, habr¨ªan transformado la situaci¨®n pol¨ªtica en Ir¨¢n de forma irreversible. Lo que ocurra a partir de ahora no depender¨¢ de ning¨²n detalle que vaya conoci¨¦ndose poco a poco sobre los comicios. Las fechas fundamentales son el 9 de julio, cuando se celebra el aniversario de las manifestaciones estudiantiles de 1999, y el final de los 40 d¨ªas de luto por una joven a la que el mundo entero conoce ya como Neda. Las maniobras clericales en la oscura Qom, la excepcional solidaridad de toda la Uni¨®n Europea con el perenne chivo expiatorio, Gran Breta?a, la estrategia de Estados Unidos, la salud del L¨ªder Supremo y el precio del petr¨®leo son elementos que tendr¨¢n m¨¢s influencia que el an¨¢lisis estad¨ªstico e hist¨®rico de las elecciones.
Europa es crucial en algo tan importante como la vigilancia internacional de elecciones
Es el Gobierno el que tiene que demostrar a un pueblo con dudas que el proceso fue limpio
Algunos opinan, incluso, que lo que sucedi¨® en las elecciones no es tan importante, a la hora de la verdad. Lo que importa es qui¨¦n salga triunfador de esta situaci¨®n. Lo que importa es una verdad m¨¢s profunda, revelada por los rezos a Al¨¢ o por el rechazo occidental a una Rep¨²blica Isl¨¢mica. Lo que importa es qui¨¦n consigue imponer su relato (el posmodernismo se ha convertido en la puta de la pol¨ªtica del poder). Yo estoy totalmente en desacuerdo con esta postura. Los hechos importan, y debemos atenernos a ellos. Veamos, por ejemplo, una carta abierta cuyo firmante m¨¢s destacado es Bernard-Henri Levy y que, en su versi¨®n inglesa, ha aparecido en la publicaci¨®n de Internet The Huffington Post: "El 12 de junio de 2009, el pueblo iran¨ª vot¨® abrumadoramente a favor de los dos candidatos reformistas y supo usar las urnas para dar un rotundo no al ayatol¨¢ Al¨ª Jamenei, que se hab¨ªa situado abiertamente en el bando del presidente saliente, Ahmadineyad". No conozco, ni en la filosof¨ªa francesa, unos m¨¦todos que puedan justificar una afirmaci¨®n emp¨ªrica tan firme y categ¨®rica sobre unos hechos controvertidos. No debemos confundir nuestros deseos con la realidad.
Los hechos importan; incluido el hecho de que, en este caso, los hechos que cuentan son dif¨ªciles de establecer. Lo que se ha averiguado hasta el momento justifica dos afirmaciones. La primera, que es muy improbable que Ahmadineyad obtuviera en la primera ronda una victoria de las dimensiones que se apresuraron a anunciar las autoridades iran¨ªes, y que existen fuertes indicios circunstanciales de que hubo fraude. Si se hubieran contado todos los votos verdaderos, y s¨®lo ¨¦sos, Ahmadineyad quiz¨¢ habr¨ªa ganado, o quiz¨¢ habr¨ªa tenido que presentarse a una segunda ronda, pero, en cualquier caso, no habr¨ªa obtenido esa victoria abrumadora a la primera. En segundo lugar, est¨¢ claro que estas elecciones no se han llevado a cabo de acuerdo con los criterios internacionales sobre elecciones libres y justas, que est¨¢n reflejados en el Comentario General del Comit¨¦ de Derechos Humanos de la ONU a prop¨®sito del art¨ªculo 25 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Pol¨ªticos (PIDCP), del que la Rep¨²blica Isl¨¢mica es signataria (busquen en Google General Comment 25).
Entre los indicios circunstanciales mencionados hay que incluir las cifras oficiales publicadas hasta ahora. El especialista iran¨ª Al¨ª Ansari dice, en un estudio de Chatham House, que la participaci¨®n registrada en dos provincias, Yazd y Mazandaran, fue de m¨¢s del 100% de los electores. La oposici¨®n asegura que se registr¨® una participaci¨®n de m¨¢s del 100% en m¨¢s de 100 ciudades, mientras que el Consejo de los Guardianes dice que eso ocurri¨® "s¨®lo en unas 50". ?S¨®lo 50! Es verdad que, en Ir¨¢n, la gente puede votar donde quiere, pero esas cifras son mucha gente votando lejos de su casa.
Walter R. Mebane, de la Universidad de Michigan, utiliza un complicad¨ªsimo an¨¢lisis forense estad¨ªstico de las cifras oficiales para llegar a esta conclusi¨®n provisional: "Los datos ofrecen s¨®lidos argumentos para diagnosticar que en la elecci¨®n de 2009 se cometi¨® un fraude significativo". La pauta de los resultados, a?ade, "sugiere que muchas urnas tuvieron votos de relleno". En su opini¨®n, esta conclusi¨®n "deber¨ªa suscitar unas investigaciones que examinen los registros administrativos, testimonios presenciales y otros hechos para tratar de determinar qu¨¦ sucedi¨®", pero eso es precisamente lo que es imposible en el Ir¨¢n actual.
Para comprobar estas cosas como es debido hace falta tener los resultados de cada colegio electoral contados, escritos y certificados sobre el terreno, en presencia de testigos independientes. Mark Weisbrot, en un art¨ªculo en washingtonpost.com, despu¨¦s de haber hablado con un profesor de la Universidad de Teher¨¢n y un solo miembro de una mesa electoral, sugiere que eso es lo que sucedi¨® en Ir¨¢n. Pues bien, eso es lo que se supon¨ªa que ten¨ªa que suceder; pero existen suficientes an¨¦cdotas y pruebas aisladas que indican que en varios colegios se impidi¨® a los observadores de la oposici¨®n que comprobaran los resultados. Por lo que yo s¨¦, no hubo presencia de observadores electorales internacionales que fueran cre¨ªbles. Y el propio Weisbrot reconoce que este recuento no incluye las urnas m¨®viles, que son muy f¨¢ciles de rellenar.
En vez de ir anotando los resultados de abajo arriba -de cada colegio al nivel provincial y luego al nacional-, se anunciaron desde arriba, y con una velocidad incre¨ªble, si se tiene en cuenta que los votantes ten¨ªan que escribir a mano los nombres de los candidatos en la papeleta. La elecci¨®n la organiz¨® el Ministerio del Interior, controlado por los conservadores, y la supervis¨® el Consejo de los Guardianes, la mitad de cuyos miembros est¨¢n nombrados directamente por el L¨ªder Supremo. Luego se invit¨® al Consejo a que se investigara a s¨ª mismo; no precisamente la "autoridad electoral independiente" prevista en el art¨ªculo del PIDCP. Y as¨ª, m¨¢s cosas.
No hay pruebas irrefutables, positivas, de que haya habido un gran fraude electoral. Pero, como escriben dos experimentados analistas electorales, "la prueba fehaciente es el proceso", un proceso que hace muy f¨¢cil el fraude y muy dif¨ªcil desvelarlo. En cualquier caso, pedir a la gente que demuestre que el Gobierno ha ama?ado las elecciones es hacer las cosas al rev¨¦s. La carga de la prueba recae sobre el Gobierno, que siempre tiene que demostrar a su pueblo que una elecci¨®n ha sido justa y libre. Y en este caso no lo ha hecho.
Los simpatizantes del exterior y los j¨®venes iran¨ªes pueden extraer una ense?anza. La vigilancia internacional de elecciones es un campo cada vez m¨¢s importante, en el que Europa desempe?a un papel crucial, pero sigue vi¨¦ndose muchas veces como una imposici¨®n de Occidente, en vez de la puesta en pr¨¢ctica imparcial de una norma aut¨¦nticamente universal. Es preciso internacionalizarla y extenderla a todas las culturas y regiones. Desde el punto de vista de Ir¨¢n, con un r¨¦gimen fracturado, un sistema pol¨ªtico con verdaderos, aunque limitados, elementos de democracia, y una sociedad civil vigorosa, existe la posibilidad de que las pr¨®ximas elecciones sean mejores que ¨¦stas. El objetivo del poder popular que ha salido a la calle deber¨ªa ser lograr su institucionalizaci¨®n duradera en eso que llamamos democracia. En recuerdo de Neda, levantemos en alto el art¨ªculo 25.
Timothy Garton Ash es catedr¨¢tico de Estudios Europeos en la Universidad de Oxford y profesor titular de la Hoover Institution en la Universidad de Stanford. Su ¨²ltimo libro, Facts are subversive: Political writing from a decade without a name, acaba de aparecer en Reino Unido, publicado por Atlantic Books. Traducci¨®n de Mar¨ªa Luisa Rodr¨ªguez Tapia.
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