La Iglesia pide a Zelaya que no regrese

Hay un hombre que influye mucho en Honduras y que hasta ahora hab¨ªa permanecido en silencio. Ese hombre asisti¨® a todas las reuniones secretas que se celebraron en la Embajada de Estados Unidos para intentar evitar el golpe de Estado. En esos concili¨¢bulos, el cardenal ?scar Rodr¨ªguez se manten¨ªa siempre en una exquisita equidistancia. Ayer la abandon¨®. El cardenal, que a punto estuvo de vestirse de blanco tras la muerte de Juan Pablo II, se dirigi¨® por televisi¨®n al presidente Manuel Zelaya para pedirle que no regresara a Honduras. "Yo s¨¦ que usted ama la vida", dijo el prelado, "s¨¦ que usted respeta la vida, y hasta el d¨ªa de hoy no ha muerto ning¨²n hondure?o. Pero su regreso al pa¨ªs en este momento podr¨ªa desatar un ba?o de sangre. Por favor, medite. Porque despu¨¦s ser¨ªa demasiado tarde".

El cardenal ?scar Rodr¨ªguez alerta de un posible ba?o de sangre si vuelve

Honduras ha anunciado su retirada del club de pa¨ªses americanos

Eso sucedi¨® a media ma?ana. Ni siquiera dos horas despu¨¦s, Xiomara Castro, la esposa del presidente Zelaya, inform¨® desde su refugio: "S¨ª, he hablado con mi marido. Viene ma?ana". Y apenas unos minutos m¨¢s tarde, el propio presidente depuesto se dirig¨ªa a la emisora venezolana Telesur para confirmarlo: "Me voy a presentar en el aeropuerto en Tegucigalpa con varios presidentes, varios miembros de comunidades internacionales. Este domingo estaremos en Tegucigalpa abraz¨¢ndolos, acompa?¨¢ndolos para hacer valer lo que tanto hemos defendido en nuestra vida, que es la voluntad de Dios a trav¨¦s de la voluntad del pueblo".

As¨ª pues, el cardenal y Zelaya, poniendo ambos a Dios por testigo, iniciaron un di¨¢logo de sordos que eleva la tensi¨®n de la crisis en Honduras a unos niveles realmente alarmantes. El cardenal Rodr¨ªguez -cuyo mensaje fue transmitido de forma obligatoria por todas las cadenas de televisi¨®n- se desquit¨® de tanta mesura y se puso definitivamente del lado de los golpistas. Dirigi¨¦ndose a la comunidad internacional, clam¨®: "?Por qu¨¦ no han condenado las amenazas b¨¦licas contra nuestro pa¨ªs? Ustedes deber¨ªan prestar atenci¨®n a todo lo que ven¨ªa ocurriendo fuera de la legalidad en Honduras y no s¨®lo a lo sucedido desde el 28 de junio pasado". Tambi¨¦n Zelaya enton¨® un discurso de guerra: "Los militares que me sacaron del pa¨ªs son unos golpistas traidores, c¨®mplices de la ¨¦lite voraz que exprime y asfixia a nuestro pueblo. Su zarpazo ha puesto en evidencia que en Honduras sigue imperando la barbarie".

No hay vaticinio que dure un cuarto de hora en Honduras. La noche del viernes -madrugada del s¨¢bado en la pen¨ªnsula-, el secretario general de la Organizaci¨®n de Estados Americanos, Jos¨¦ Miguel Insulza, se fue de Honduras cansado y triste. Despu¨¦s de un d¨ªa entrevist¨¢ndose con todas las fuerzas vivas del pa¨ªs -incluido el todav¨ªa mesurado cardenal Rodr¨ªguez-, Insulza lleg¨® a la conclusi¨®n de que los golpistas no ten¨ªan la menor intenci¨®n de dar un paso atr¨¢s: "Mi conclusi¨®n es que la ruptura del orden constitucional persiste y que los que hicieron esto no tienen por el momento ninguna intenci¨®n de revertir la situaci¨®n". Insulza tambi¨¦n constat¨® la soledad que rodea a la figura de Zelaya. No s¨®lo no admitieron ning¨²n di¨¢logo para restablecer al presidente depuesto, sino que lo atiborraron de documentaci¨®n en su contra. As¨ª que, cuando el avi¨®n de la Fuerza A¨¦rea de Brasil que trajo al jefe de la OEA a Honduras se volvi¨® a marchar camino de Washington, todo el mundo crey¨® en Tegucigalpa que el presidente depuesto no se atrever¨ªa jam¨¢s a regresar a un pa¨ªs donde s¨®lo le espera la c¨¢rcel. La crisis de Honduras parec¨ªa llamada a morir en un callej¨®n sin salida, sobre todo despu¨¦s de que el presidente de facto, Roberto Micheletti, decidiera adelantarse a la decisi¨®n de la asamblea de la OEA -que al cierre de esta edici¨®n segu¨ªa reunida- y proclamar su salida del club de pa¨ªses americanos. Pero la insistencia de Zelaya de regresar a su pa¨ªs baj¨® el conflicto de los despachos a las calles.

Sus seguidores, animados por el anuncio de su l¨ªder, volvieron a tomar las calles, siempre seguidos muy de cerca por elementos del Ej¨¦rcito y la Polic¨ªa. Su intenci¨®n es acudir ma?ana domingo desde muy temprano al aeropuerto de Toncont¨ªn para esperar la llegada de Zelaya. No obstante, fuentes del Gobierno de facto indicaron ayer a este peri¨®dico que no ser¨¢, en ning¨²n caso, una llegada triunfante. "Para nosotros", indic¨® un portavoz del presidente de facto, Roberto Micheletti, "el se?or Zelaya es un delincuente, con 18 cargos en su contra y una orden de b¨²squeda cursada por la fiscal¨ªa y enviada a la Interpol. En el momento en que ponga el pie en tierra hondure?a, ser¨¢ detenido. ?l lo sabe. Y por eso no creemos que se atreva a venir".

Hay una pregunta que circula de boca en boca en Tegucigalpa y que resume muy bien el estado de ¨¢nimo de la poblaci¨®n: "?Usted cree que vendr¨¢?". Hay quien dice que s¨ª y quien que no, pero nadie es capaz de apostar un pu?ado de lempiras -la moneda nacional- a una u otra opci¨®n. Diga lo que diga Zelaya. Diga lo que diga el cardenal.