Cuando el avi¨®n es una jaula
La OMS alerta sobre el 's¨ªndrome del viajero' provocado por la poca movilidad en los desplazamientos - Los consumidores critican la falta de informaci¨®n y de medidas preventivas - Las aerol¨ªneas piden que la patolog¨ªa no se asocie a volar
Viaje Madrid-Buenos Aires. Trece horas de avi¨®n que muchos pasan, en su mayor¨ªa, sentados. Descansando sobre las nalgas y bastante encogidos en los cada vez m¨¢s estrechos asientos de los cada vez m¨¢s inc¨®modos aparatos. El problema es que, adem¨¢s de aburrido y pesado, pasar las horas muertas sentado en un espacio tan reducido puede ser peligroso. Esa inmovilidad forzada, unida a la deshidrataci¨®n y la baja humedad del ambiente, puede producir trombosis en las venas de las piernas. En algunos casos esta patolog¨ªa, llamada s¨ªndrome de la clase turista o s¨ªndrome del viajero, causa embolias e incluso la muerte. Este problema, que ya padecen m¨¢s del 3% de los pasajeros de larga distancia (de avi¨®n, coche o autob¨²s), ha sido reconocido por la Organizaci¨®n Mundial de Salud (OMS). Sin embargo, las organizaciones de consumidores y algunos m¨¦dicos se quejan de la falta de informaci¨®n sobre c¨®mo prevenir este s¨ªndrome del viajero. Los consumidores tambi¨¦n critican con dureza a las compa?¨ªas de transporte. Les acusan de no poner en pr¨¢ctica suficientes medidas para evitarlo y de convertir sus medios de transporte en inc¨®modas jaulas. Esas estrategias, dicen, son casi las mismas que en 1977, cuando se descubri¨® el primer caso de este s¨ªndrome.
El 3% de los pasajeros padece el problema, ligado a los trayectos largos
La deshidrataci¨®n y el consumo de caf¨¦ y alcohol aumentan el riesgo
"El espacio que hay en las aeronaves es suficiente", dicen en Iberia
"A las compan¨ªas s¨®lo les importa tener muchas plazas", opina Facua
La trombosis puede aparecer tambi¨¦n un tiempo despu¨¦s del viaje
Fue ese a?o, hace 32, cuando ocho casos de trombosis tras un viaje en avi¨®n -en clase turista- dieron nombre a esta patolog¨ªa. Un s¨ªndrome que m¨¢s tarde se extendi¨® a casi cualquier viaje largo en medios de transporte que impliquen estar muchas horas sentado e impidan moverse con normalidad. Y es que los viajeros tienen tres veces m¨¢s riesgo que los no viajeros de sufrir trombosis venosas, seg¨²n revela un estudio de un grupo de investigadores de la Harvard School of Public Health sobre este tema publicado ayer en el Annals of internal medicine. El riesgo aumenta un 18% por cada dos horas adicionales de viaje, seg¨²n el estudio, que ha comparado 14 trabajos sobre el s¨ªndrome del viajero que recopilan m¨¢s de cuatro mil casos cl¨ªnicos. Este s¨ªndrome afecta, seg¨²n las conclusiones de Divay Chandra y Emilio Parsini, dos de los autores de la investigaci¨®n, a una de cada 6.000 personas.
Tambi¨¦n la OMS alerta sobre los riesgos de esta patolog¨ªa, que tiene una mortalidad estimada del 11% a los 28 d¨ªas de sufrir un primer episodio. Esta organizaci¨®n revela en un estudio sobre los peligros de los viajes que los pasajeros de los aviones, trenes, autobuses y autom¨®viles corren m¨¢s riesgo de sufrir trombosis venosa cuando permanecen sentados e inm¨®viles durante m¨¢s de cuatro horas. La falta de movilidad prolongada, dice el informe, puede provocar el estancamiento de la sangre y su coagulaci¨®n en el interior de las venas.
Esto fue precisamente lo que le ocurri¨® a Lorea Mendoza. Hace algo m¨¢s de seis a?os esta bilba¨ªna sufri¨® el s¨ªndrome de la clase turista despu¨¦s de un vuelo de 11 horas a Costa Rica. Su viaje de luna de miel. A la vuelta, ya muy desmejorada tras otras tantas horas sentada en el avi¨®n e incapaz de moverse, fue directamente a urgencias. Ten¨ªa una embolia. Cuenta que all¨ª, gracias a que una enfermera hab¨ªa le¨ªdo sobre esta patolog¨ªa, le diagnosticaron el s¨ªndrome. "Estuvo dos semanas ingresada y m¨¢s de un a?o en tratamiento con anticoagulantes", explica el neum¨®logo Fernando Uresandi, quien la trat¨® despu¨¦s.
El estudio de la OMS confirma algunos factores que aumentan el riesgo de padecer una trombosis venosa grave en estas situaciones. Factores que van desde la obesidad (un ¨ªndice de masa corporal superior a 30) y la estatura -muy grande (m¨¢s de 1,90 metros) o muy peque?a (menos de 1,60)- al consumo de anticonceptivos orales. El estudio de Chandra y Parsini identifica los mismos factores. Tambi¨¦n influyen los trastornos hereditarios que aumentan la tendencia a la coagulaci¨®n de la sangre. Lorea ten¨ªa 30 a?os cuando sufri¨® este problema y ninguno de esos factores de riesgo. "Pudo influir alguna medicaci¨®n que estuviera tomando", apunta Uresandi. "La deshidrataci¨®n favorecida por la baja humedad de la cabina y en algunos casos incrementada por el efecto diur¨¦tico del caf¨¦ o las bebidas alcoh¨®licas y la disminuci¨®n de ox¨ªgeno propia de la cabina presurizada podr¨ªan contribuir tambi¨¦n a esa formaci¨®n de trombos", dice este m¨¦dico.
Algo que los muy viajeros deber¨ªan, seg¨²n Uresandi, tener en cuenta. Pero no siempre lo hacen. Es el caso de Ricardo Bueno. Tiene 41 a?os y trabaja de comercial de ¨²tiles sanitarios. Vuela bastante. "Sobre todo a Am¨¦rica Latina y a los pa¨ªses de Europa del Este", explica. Es decir, por lo general vuelos de m¨¢s de cuatro horas. Sin embargo, pasa casi todo el tiempo sentado, trabajando en su port¨¢til o, si el viaje es muy largo, durmiendo. "Ya me he acostumbrado a viajar y no me cuesta trabajo permanecer mucho rato sentado. Ya no me molesta", dice.
As¨ª, Bueno, como le pas¨® a Mendoza, puede llegar a formar parte de ese 3% de los pasajeros de viajes de largo recorrido que sufren este trastorno, seg¨²n los especialistas. Una cifra que, sin embargo, la Federaci¨®n para el Estudio y Prevenci¨®n de Enfermedades de las Venas (Fesprev) eleva al 7%. Al margen de los porcentajes, la OMS intenta tranquilizar a los viajeros. "Hay que recordar que el riesgo de sufrir una trombosis venosa durante los viajes sigue siendo relativamente bajo", dijo Catherine Le Gal¨¨s-Camus, subdirectora de la OMS para Enfermedades No Transmisibles.
Pero m¨¢s all¨¢ de las llamadas a la calma de la OMS y de las palabras tranquilizadoras de las compa?¨ªas a¨¦reas -m¨¢s conscientes de que, a pesar de que tambi¨¦n afecta a los viajeros en autob¨²s y coche, este s¨ªndrome se asocia sobre todo a los viajes en avi¨®n-, las asociaciones de consumidores critican la estrechez cada vez mayor que sufren los pasajeros. "A las compa?¨ªas les importa poco la comodidad. Priorizan tener el m¨¢ximo n¨²mero de plazas", dice Ruben S¨¢nchez, portavoz de la organizaci¨®n de consumidores Facua. "Hay vuelos en los que el viajero tiene m¨¢s sensaci¨®n de estar en un autocar que en una aeronave", sigue. Esta asociaci¨®n tambi¨¦n se queja de una "alarmante falta de informaci¨®n sobre el s¨ªndrome" por parte de las compa?¨ªas.
Ram¨®n Dom¨ªnguez-Mompell, jefe de Servicios M¨¦dicos de Iberia, no est¨¢ de acuerdo con S¨¢nchez. "El espacio que hay en los aviones de Iberia es suficiente. Adem¨¢s, el espacio entre las butacas, lejos de ser cada vez m¨¢s escaso es mayor. Cualquiera de los autobuses de largo recorrido tienen mucho menos espacio que nuestros aviones", dice. Y a?ade: "El espacio, desde un punto de vista m¨¦dico no es un factor desencadenante", dice. Dom¨ªnguez-Mompell explica que la l¨ªnea a¨¦rea informa de los riesgos del s¨ªndrome mediante un v¨ªdeo que se emite en todos los vuelos de m¨¢s de tres horas. En la revista de la compa?¨ªa, que los pasajeros encuentran en los asientos, hay adem¨¢s un art¨ªculo que explica la patolog¨ªa y c¨®mo evitarla.
Sin embargo, no s¨®lo hay pol¨¦mica en el espacio entre butaca y butaca. Tambi¨¦n en el nombre del mal. El jefe de servicios m¨¦dicos de Iberia explica que a pesar de que en un principio se asoci¨® este s¨ªndrome con los viajes en avi¨®n ya no se hace. "Conseguimos que se dejase de llamar s¨ªndrome de la clase turista y pasase a ser s¨ªndrome de trombosis venosa profunda", argumenta. Lo consideran m¨¢s correcto incluso que el de s¨ªndrome del viajero. "Es una patolog¨ªa que se produce en una persona con factores intr¨ªnsecos y ambientales. Pero no se ha evidenciado la relaci¨®n causa efecto entre el viaje y la trombosis venosa profunda", dice.
Dejando a un lado el n¨®mbre, se han hecho numerosos estudios para aclarar causas adicionales de este s¨ªndrome. Hace cinco a?os el Instituto Brit¨¢nico para la Aviaci¨®n realiz¨® un seguimiento m¨¦dico a 899 pasajeros de vuelos entre Londres y Johannesburgo (Sur¨¢frica) para estudiar esta patolog¨ªa. Observaron que en el 10% de los casos presentaban una prote¨ªna en la sangre que produc¨ªa peque?os co¨¢gulos, posibles responsables de una trombosis.
Miguel ?ngel Santos Gast¨®n, presidente de la Fesprev explica que, adem¨¢s, el riesgo es mayor cuanto m¨¢s se viaja. "El peligro aumenta un 12% en las personas que realizan un vuelo de larga duraci¨®n al a?o y mucho m¨¢s en los que vuelan mucho en poco tiempo", dice. Esto es, seg¨²n Santos Gast¨®n, debido a que el riesgo de padecer el s¨ªndrome del viajero no desaparece completamente tras el vuelo, sino unas cuatro semanas despu¨¦s. Tambi¨¦n puede presentarse despu¨¦s del vuelo.
Los consumidores piden medidas. "Tendr¨ªan que medirse a fondo los par¨¢metros de calidad de los aviones y autocares", argumenta Facua. Pero s¨®lo algunas l¨ªneas a¨¦reas -tal vez por la mala prensa de ser asociadas al s¨ªndrome de la clase turista- han tomado medidas para informar sobre ¨¦l.Daniela Dumitrascu conoce esos viajes largos e inc¨®modos en autob¨²s de los que se queja Facua. Suele ir como m¨ªnimo tres veces al a?o a Rumania, casi siempre en autob¨²s. "Llego completamente molida, pero prefiero ir en bus porque aunque es un viaje de casi tres d¨ªas es m¨¢s barato que el avi¨®n y puedo llevar cosas a mi familia", cuenta. Dumitrascu no conoce el s¨ªndrome. S¨®lo sabe que debe bajar cada vez que para el autob¨²s. "Es mejor porque sino acabo con dolor de cabeza y las piernas hechas polvo", asegura. Pura l¨®gica, dice. Sin embargo, ella, como una mayor¨ªa de viajeros, agradecer¨ªa m¨¢s informaci¨®n. Y tambi¨¦n m¨¢s espacio.
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