El desaf¨ªo latinoamericano
Hubo un d¨ªa en que un periodista brit¨¢nico decidi¨® contar Am¨¦rica Latina. La Am¨¦rica Latina que desbrozaba, en medio de enormes escollos, el camino hacia la democracia y que registraba, pese a los lastres, avances sociales y econ¨®micos nunca vistos. La Am¨¦rica Latina sin estridencias que ¨¦l conoc¨ªa bien y los medios se empe?aban en ignorar, quiz¨¢s porque no encajaba en los topicazos al uso, o quiz¨¢s porque estaban muy ocupados con las salidas de tono de Hugo Ch¨¢vez. Y el periodista escribi¨® uno de esos libros que te reconcilia con la profesi¨®n.
Michael Reid se aventur¨® en su empresa con pudor y solvencia, sinti¨¦ndose "como un invasor" que se arriesga a "recibir una bofetada de los propietarios del territorio violado". Dif¨ªcilmente, El continente olvidado ofender¨¢ a los interesados: es una reivindicaci¨®n de la mayor¨ªa de edad de Am¨¦rica Latina frente a la condescendencia con la que reporteros, acad¨¦micos y no pocos pol¨ªticos de Europa y EE UU suelen tratar a la regi¨®n. El proyecto es ambicioso: Reid explica una realidad continental a partir de m¨²ltiples realidades fragmentadas, viajando de lo general a lo particular, y viceversa. Y engarza el presente de Latinoam¨¦rica con su historia y con las corrientes de pensamiento que han conformado idiosincrasias e instituciones.
El continente olvidado
Michael Reid
Varios traductores
Belacqva. Barcelona, 2009
464 p¨¢ginas. 25 euros
El autor sale airoso del reto gracias a su propio bagaje: como corresponsal en Brasil, Per¨² y M¨¦xico para The Guardian y la BBC, ha pateado el terreno durante dos d¨¦cadas. Como editor, a partir de 1999, de la secci¨®n Am¨¦ricas del semanario The Economist, se ha sumergido en los recovecos de la alta pol¨ªtica y los an¨¢lisis financieros. Reid nos conduce desde la barriada lime?a de San Juan de Lurigancho a los debates sobre el Consenso de Washington; desde los pasillos del FMI a los cambios en Brasil. Se trata de un recorrido esclarecedor, tejido con una prosa ¨¢gil y sobria, en la l¨ªnea del buen periodismo anglosaj¨®n (a la que, lamentablemente, la traducci¨®n al espa?ol no hace justicia).
La cita de Octavio Paz que abre el libro -"Lo primero es curarnos de la intoxicaci¨®n de las ideolog¨ªas simplistas y simplificadoras"- es toda una declaraci¨®n de intenciones. Armado con datos, Reid desmonta lugares comunes y falacias que han alimentado la percepci¨®n de Am¨¦rica Latina, como la "teor¨ªa de la dependencia", que responsabiliza de todos los males al voraz capitalismo mundial y que sigue gozando de predicamento en el discurso antiglobalizaci¨®n.
En ese sentido, el texto deja algunos damnificados: aquellos profetas del infortunio que han hecho del victimismo la marca de la casa. O aquellos que se empe?an en perpetuar una visi¨®n caricaturesca de Am¨¦rica Latina, poblada de estereotipos ("buenos salvajes" rousseaunianos, abnegados revolucionarios y ONG justicieras asediados por oligarcas, multinacionales, militares, la CIA y unos cuantos pastores evang¨¦licos). O aquellos intelectuales que aplauden con las orejas cualquier alarde de fusiles y pasamonta?as, mientras miran con displicencia los esfuerzos de los Gobiernos reformistas democr¨¢ticos, de izquierda o de derecha, por combinar la estabilidad econ¨®mica, la apertura a la inversi¨®n y una s¨®lida pol¨ªtica social.
Los esquemas de la guerra fr¨ªa son inservibles para explicar una regi¨®n que ha cambiado en los ¨²ltimos 20 a?os, y que, junto a Europa y EE UU, recuerda Reid, constituye el tercer gran grupo de democracias del mundo. De las dictaduras que atenazaban Latinoam¨¦rica en los setenta, s¨®lo pervive Cuba. Las mujeres han ocupado el Ministerio de Defensa en Chile, Colombia o Argentina mucho antes que en Espa?a. M¨¦xico forma m¨¢s ingenieros al a?o que EE UU, China o India. Nueve de cada diez hogares tienen acceso a agua potable y electricidad. El crecimiento econ¨®mico y la movilidad social han permitido la expansi¨®n de la clase media y el surgimiento de una ¨¦lite mestiza. Lejos del autor, sin embargo, caer en la complacencia. Dos quintas partes de la poblaci¨®n latinoamericana viven en la pobreza. La fragilidad institucional y las carencias educativas amenazan con hipotecar el futuro. Por eso es importante mantener el apoyo a esa "revoluci¨®n silenciosa", y m¨¢s ahora que asistimos a una nueva batalla "por el alma de Am¨¦rica Latina": la del reformismo democr¨¢tico frente a la autocracia populista que emerge beligerante, cargada de diagn¨®sticos equivocados y recetas caducas.
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