Distintas realidades
No existe una soluci¨®n ¨²nica. La Ca?ada est¨¢ conformada por una sucesi¨®n de realidades demogr¨¢ficas, urbanas, sociales y ambientales que requieren soluciones distintas. A tramos apenas diferenciables de su entorno ciudadano les suceden periferias degradadas. A poblaciones con trabajo fijo les siguen grupos marginados cuya inserci¨®n social se produce por la delincuencia. A okupas originarios con residencia consolidada les suceden compradores forzados por la miseria e inquilinos explotados por especuladores que llegan a tener 10 o 12 viviendas.
Cualquier intento de soluci¨®n debe eliminar la ambig¨¹edad en la administraci¨®n responsable y ser consciente de que la integraci¨®n no se consigue con soluciones urban¨ªsticas. Los problemas sociales localizados en la Ca?ada acompa?ar¨¢n a sus habitantes all¨ª donde vayan, y no podr¨¢n solucionarse sin medidas sociales. La Ca?ada no crea la marginaci¨®n, es simplemente su escondite.
Las relocalizaciones mec¨¢nicas y dictadas por el azar producen guetos de marginaci¨®n. Superado un determinado porcentaje, la poblaci¨®n no integrada ocasiona la desintegraci¨®n social y ambiental del barrio que la recibe.
Debe ser el entorno el que establezca las condiciones de recuperaci¨®n. Hay que desechar la idea de una ciudad lineal. Su ¨²nica continuidad posible es como itinerario no motorizado, que puede conformar un cord¨®n verde que enlace diferentes n¨²cleos creados en sus m¨¢rgenes.
La edificabilidad necesaria para la reubicaci¨®n o el mantenimiento de la edificaci¨®n debe asignarse a la administraci¨®n actuante, nunca a los propietarios de las edificaciones, y debe ser transferible a otras localizaciones cuando el suelo se destine a zona verde. Las expropiaciones para la relocalizaci¨®n pueden tener el car¨¢cter de fondo disponible para este tipo de red, recuperando as¨ª la inversi¨®n. Los tramos ocupados que se conviertan en ciudad deben ser costeados por los propietarios de las viviendas que se legalizan.
Carlos S¨¢nchez Casas es arquitecto.
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