La fingida rendici¨®n de Sastre
El ¨²ltimo ganador asegura que no aspira al triunfo y que el podio no le hace "ni til¨ªn ni til¨¢n"
Hay personas que no cambian por mucho que se altere su entorno, su estatus o su medio ambiente. Una de ellas es Carlos Sastre, el actual campe¨®n del Tour, al que su nueva jerarqu¨ªa no le ha trastocado su tendencia al ocultamiento, su pasi¨®n por el realismo humilde, su presunta voluntad de borrarse de los cielos estrellados y cubrirse tras una nube de aparente indiferencia. Ayer, tomadas literalmente sus declaraciones en el d¨ªa de descanso, presuntamente se borr¨® del Tour: "No veo una segunda victoria, porque hay un poder absoluto de un equipo [Astana] y eso priva del espect¨¢culo". Y del podio, por el que presuntamente, no luchar¨¢ porque no le hace "ni til¨ªn ni til¨¢n". "Ahora hago mi carrera y la del equipo", dijo. Y de la resignaci¨®n. "Porque ya he ganado el Tour aunque para muchos fuera una casualidad", argument¨®. Y de la indiferencia con la que le trata, seg¨²n ¨¦l, la organizaci¨®n de la ronda francesa, manifestada en no dejarle vestir de amarillo en la contrarreloj de M¨®naco. "Y que me mantengan a la sombra, sin aparecer en el libro de ruta. ?sa es la importancia que le dan al ¨²ltimo vencedor", se quej¨®.
Sastre se parece cada d¨ªa m¨¢s a s¨ª mismo. Sus declaraciones de ayer recordaban a las que hizo en la Vuelta a Espa?a de 2008 cuando tambi¨¦n se borr¨® anticipadamente alegando el cansancio f¨ªsico y, sobre todo, psicol¨®gico de su triunfo en el Tour. Y la ¨²ltima semana se dedic¨® a dar hachazos a la carrera con esa actitud de ciclista indomable que ha hecho de la resistencia su gran argumento.
Cuesta, pues, creer que Sastre, el del motor di¨¦sel, el infatigable, el persistente, se haya borrado del mapa del Tour como el Tour le ha borrado del libro de ruta: ni una sola fotograf¨ªa del madrile?o de 33 publicadas, publicidad aparte, y una sola del maillot amarillo, la que luce un espectador con el leoncito del patrocinador en brazos. Cuesta creer que Sastre, que cit¨® tres veces la palabra resignaci¨®n para negarla como definitoria de su estado de ¨¢nimo, no reserve algunas balas para los Alpes. Disparos o fuegos artificiales. Ya se ver¨¢. Es su t¨¢ctica habitual. Todos le esperan en el pelot¨®n y por eso se ha descolgado a la cola de las previsiones, a esa luz de gas que le hace el Tour pero en la que ¨¦l se encuentra c¨®modo.
"Yo no ser¨¦ juez y parte en los Alpes", dice. "El que quiera ganar que se lo trabaje, que ataque, que rompa la carrera y la decida a su favor". Como presuntamente Sastre se ha borrado, no ser¨¢ ¨¦l quien ense?e el camino a los dem¨¢s. Pero ya se sabe. En estos casos, trat¨¢ndose de Sastre, todo es presunto. No confundir con presuntuoso. Si acaso, una humildad simulada, una rendici¨®n fingida.
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