El jinete polaco

Es atildado, suave, apenas alza la voz, y procede de un pa¨ªs con tendencia al desarreglo. Es ingeniero qu¨ªmico y pol¨ªtico reformista en la senda del liberalismo modoso. Es Jerzy Buzek, el nuevo jinete polaco, que ensillar¨¢ la primera mitad de la nueva legislatura en el Parlamento Europeo. Conservador al modo no volc¨¢nico, compartir¨¢ la cabalgadura con un socialista, Martin Schulz.

Si un representante de la Europa oriental deb¨ªa encaramarse al puesto, est¨¢ bien que lo haya hecho el contenido Buzek. Porque proviene de Polonia, o sea, algo as¨ª como un hispano del B¨¢ltico, pa¨ªs que por s¨ª solo representa la mitad demogr¨¢fica y econ¨®mica de los nuevos (ya no tanto) socios. Y porque m¨¢s vale un polaco prudente que un checo atrabiliario.

Este jinete no es un Ferrari de la pol¨ªtica, pero tampoco un Bisc¨²ter. Quiz¨¢ un a?oso Seat. Dice que quiere recuperar la afici¨®n de la ciudadan¨ªa por las cosas europeas. Dif¨ªcil asignatura si se recuerda que, convocatoria a convocatoria, la participaci¨®n electoral para la c¨¢mara de Estrasburgo atrae a menos votantes. Dice que hay que escuchar a los euroesc¨¦pticos, que tanto abundan entre los nuevos socios.

Y escuchar siempre es bueno... si no es para ponerse en su cola. Porque el aluvi¨®n de europeos orientales registrado en el ¨²ltimo lustro ha desorientado a los socios m¨¢s experimentados de la Uni¨®n. No en lo econ¨®mico, que se han comportado, sino en lo pol¨ªtico, con abruptos cambios de gabinete, fragmentaci¨®n de partidos y una inequ¨ªvoca voluntad britanizante de marcar distancias con el europe¨ªsmo m¨¢s caliente.

La entronizaci¨®n de Buzek coincide con el retraso del nombramiento de presidente de la Comisi¨®n Europea. Como el ¨²nico verdadero candidato hasta hoy, el repetidor Jos¨¦ Manuel Dur?o Barroso, apenas entusiasma, la decisi¨®n queda pospuesta al oto?o, merced sobre todo a la campa?a en contra atizada por los Verdes. Barroso entra as¨ª en el barrizal de las combinatorias de otros altos cargos, el presidente del Consejo Europeo y el Alto Representante para la Pol¨ªtica Exterior. Y estas combinatorias, de pa¨ªses, ideolog¨ªas y perfiles personales, acaban a veces en rompecabezas. De los aspirantes.