Pisar a una diosa
Qu¨¦ puede ser un disco de luz en la noche que controla las mareas y los ciclos de fertilidad? Pues una diosa, qu¨¦ va a ser, y eso es justo lo que pensaron de la Luna los antiguos. Los magos la usaron despu¨¦s para hacer magia, los poetas para cantar versos y los novelistas para fingir viajes. Pero todo este g¨¦nero lunar se traslad¨® de pronto a la estanter¨ªa de no-ficci¨®n el 21 de julio de 1969, cuando Neil Armstrong baj¨® la escalerilla de su veh¨ªculo y se convirti¨® en el primer ser humano que pisaba a una diosa. Hace ahora 40 a?os.
Los ¨²ltimos 40 a?os de exploraci¨®n espacial han escrito una deslumbrante historia de proezas t¨¦cnicas muy superiores a ¨¦sa, pero ninguna ha rozado el impacto de aquel Apollo 11 comandado por Armstrong en la imaginaci¨®n personal y colectiva. La transmisi¨®n en directo del paseo lunar del astronauta destroz¨® todos los r¨¦cords previos de la televisi¨®n mundial -que inclu¨ªan la m¨ªtica actuaci¨®n de los Beatles en el show de Ed Sullivan-, y la conversaci¨®n de Richard Nixon con Armstrong fue "la llamada m¨¢s hist¨®rica que ha salido jam¨¢s de la Casa Blanca", seg¨²n el propio presidente. Aunque Nixon tambi¨¦n a?adi¨®: "Espero que no la carguen a mi cuenta".
Y las cuentas son ahora el problema. La exploraci¨®n espacial es arriesgada, las vidas humanas son siempre un precio demasiado alto y algunos accidentes terribles contribuyeron a frenar las misiones tripuladas. Pero la econom¨ªa es la raz¨®n principal de que el ¨²ltimo viaje tripulado a la Luna ocurriera en 1972. La carrera con los rusos que hace 40 a?os justificaba con ¨ªnfulas de alta estrategia pol¨ªtica los gastos de la NASA se evapor¨® en 1974, cuando la entonces Uni¨®n Sovi¨¦tica cancel¨® su programa sobre misiones tripuladas a la Luna con el que hab¨ªa intentado superar al Apollo.
Pero la NASA ya est¨¢ metida en un proyecto para mandar all¨ª cuatro astronautas en 2018, y los cient¨ªficos no consideran imposible el futuro establecimiento de colonias lunares. Ni siquiera consideran que el coste sea prohibitivo, porque se basar¨¢n en recursos locales. Las rocas de la Luna, por ejemplo, tienen un 40% de ox¨ªgeno. El hombre volver¨¢ a la Luna, y alg¨²n d¨ªa para quedarse. Cuesti¨®n de tiempo... y de dinero.
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