El resumen de la perfecci¨®n
Un viaje en busca de la m¨²sica, la poes¨ªa, el arte y el vino que ha embriagado a personajes como Dante, Miguel ?ngel, Puccini o Sting. Un escondite sublime de Italia repleto de ciudades tesoro, rutas art¨ªsticas y privilegiados vi?edos
Las faldas de sus montes verdes caen limpiamente al mar. Una curiosa coreograf¨ªa de nubes bajas acaricia a menudo sus colinas voluptuosas. Los cipreses responden ondulantes al suspiro suave del viento. Extra?a que all¨ª, en el firmamento de la Toscana, Galileo Galilei dedujera que es la Tierra la que gira alrededor del Sol. M¨¢s bien parece al rev¨¦s.
Tampoco asombra que cuando Dante escribi¨® sus episodios del Para¨ªso para La divina comedia se mostrase m¨¢s realista que teologal. Pod¨ªa perfectamente haber visto brotar centellas vivas y llover flores como rub¨ªes, tal como cuenta en esa obra maestra universal. No ser¨ªa una alucinaci¨®n ni nada exagerado en la regi¨®n donde el genio vivi¨® en el siglo XIV. Ese trozo sublime de la Italia occidental, con sus paisajes, ciudades tesoro y rutas vin¨ªcolas y art¨ªsticas, es ni m¨¢s ni menos que un resumen de la perfecci¨®n.
Sting encontr¨® en este refugio contra el mal gusto su lugar de inspiraci¨®n
Una regi¨®n que pari¨® a Puccini, acogi¨® a Miguel ?ngel o actualmente es refugio de estrellas como Sting. Un escondite donde alejarse del mal gusto, a salvo entre las c¨²pulas y torres de palacios y catedrales, merodeando por plazas y puentes, al fresco de las riberas y la brisa que mece la costa.
Toscana es un buen lugar para definir la civilizaci¨®n. Aunque hoy cueste adaptarse a las avalanchas tur¨ªsticas de Florencia, que siempre hay que suavizar con un buen helado, sobran rincones donde evadirse. Un paseo por esa ciudad circular que es Siena, tras unos buenos sorbos de buen vino por la ruta del Chianti, una conveniente parada en Volterra o San Gimignano...
Un d¨ªa en Lucca. Por esas plazas, por esas calles creci¨® Puccini. Entre sus aceras llanas y sus pasadizos estrechos, sujeto al v¨¦rtigo de la torre del reloj o la de Guinigi, el joven Giacomo, ap¨®stol de la ¨²ltima gran ¨®pera italiana, precursor de un eclecticismo que era el futuro, fue incubando ese talento sobrenatural por la melod¨ªa perfecta. Tambi¨¦n lo hizo algunas d¨¦cadas antes Luigi Boccherini, que acab¨® nacionaliz¨¢ndose espa?ol. Y es que las calles de Lucca esconden una m¨²sica de explanada y aroma de caf¨¦ con poso, una armon¨ªa de tejados rojos y fuentes rebosantes que rememoran su origen etrusco. Uno se siente a gusto y en paz por all¨¢, entre la seguridad que proporcionan sus discretas murallas y el resguardo lejano de los montes de Carrara, donde Miguel ?ngel sab¨ªa que se escond¨ªan sus esculturas dentro del m¨¢rmol.
El im¨¢n de la Toscana tir¨® siempre de Puccini. Principalmente Lucca, donde vino al mundo en una familia de m¨²sicos y fue organista y maestro de coro de la catedral de San Mart¨ªn. Despu¨¦s, con su retiro en Torre del Lago. All¨ª, alejado del ruido, centrado en la poderosa llamada de la m¨²sica, compuso La Boh¨¨me, Madama Butterfly, Il trittico, su inconclusa Turandot... Lo hizo justo en ese refugio donde vivi¨® 20 a?os y hoy se celebra un festival con su nombre.
Pero el sonido de la Toscana no s¨®lo lo componen las desesperadas tragedias de Puccini. Por all¨ª encuentran amparo otras m¨²sicas m¨¢s actuales como las de Sting. El inspirador de The Police tiene all¨ª su refugio, entre los vi?edos, los olivos y las plantas de lavanda que rodean su perdida y suntuosa villa al socaire del valle que riega el r¨ªo Arno. All¨ª graba en un estudio, hace vino y aceite, ofrece conciertos a sus amigos y se pierde en la meditaci¨®n y el yoga. All¨ª ha aprendido a tocar el la¨²d y ha encontrado tambi¨¦n la inspiraci¨®n que le ha hecho viajar del pop, el rock y el jazz hacia sonidos medievales y renacentistas. Los que inspiraron su disco en 2006 Songs from the labyrinth y ahora If on a winter's night, que saldr¨¢ en oto?o en un sello cl¨¢sico como Deutsche Grammophon.
Est¨¢ visto que el aire de Toscana purifica, convierte y obliga a sus hijos a volver a los or¨ªgenes. El viaje siempre es s¨®lo de ida. Porque una vez conoces y disfrutas su color, su belleza, su sabor; el sonido abierto de las hojas y sus campos al viento, es imposible arrancarlo de dentro.
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