"El racismo no es excusa"
Denzel Washington dice que Hollywood no entiende de colores a la hora de la exigencia
Se acerca a la ventana, abre los visillos de esa an¨®nima habitaci¨®n de hotel y se lamenta de no poder pisar la calle. "?Qu¨¦ bonita se ve Espa?a desde aqu¨ª!". A Denzel Washington le gusta ser un ciudadano normal. Nunca pens¨® ni creci¨® para ser el centro de atenci¨®n. Fuera de las pantallas lucha contra ello. Y en las distancias cortas vaya si lo consigue. El actor negro que m¨¢s alto ha llegado nunca en la historia de Hollywood rompe todos los t¨®picos sobre las estrellas del cine. Es agradable, seductor y, por encima de todo, inteligente. ?l lo que quiere es acompa?ar a sus hijos a la graduaci¨®n escolar, disfrutar del ¨¦xito con los dem¨¢s, subirse a un escenario para interpretar a Shakespeare o ponerse detr¨¢s de la c¨¢mara para dirigir una pel¨ªcula peque?a y de poco presupuesto con actores j¨®venes. Con un enorme reloj dorado, una gran sonrisa y muchos menos kilos, Denzel Washington (Nueva York, 1954) present¨® ayer en Madrid Asalto al tren Pelham 123, un filme de acci¨®n dirigido por Tony Scott, basado en la novela de John Godey y remake de otro del mismo t¨ªtulo de los a?os setenta, en el que comparte protagonismo con John Travolta y que se estrena el pr¨®ximo viernes. Int¨¦rprete de grandes t¨ªtulos (Grita libertad, Philadelphia, Malcolm X, Mucho ruido y pocas nueces, American gangster) y con dos oscars por Tiempos de gloria (mejor actor de reparto) y D¨ªa de entrenamiento (mejor int¨¦rprete protagonista), rechaza que por el hecho de ser negro se le haya exigido m¨¢s en Hollywood. "?Cu¨¢ntos actores tienen dos oscars?", se pregunta. "Muy pocos. Yo soy uno de ellos y a m¨ª me ha sido tan dif¨ªcil como a los dem¨¢s. Lo peligroso, al menos en la industria de Hollywood, es que se intente utilizar el racismo como excusa cuando uno no alcanza lo que quiere. El a?o en el que fui candidato a los Oscar por Malcolm X, y Al Pacino estaba nominado por Esencia de mujer. Para ¨¦l era su s¨¦ptima candidatura, yo ya hab¨ªa ganado uno. Entonces, ?Al Pacino no hab¨ªa ganado nada porque era italo-americano? Si a m¨ª me hubieran nominado siete veces y no me hubieran dado ning¨²n Oscar alguien habr¨ªa dicho que era por ser negro. Hay prejuicios y racismo en Hollywood pero como en todo tipo de trabajos. Hay que tener mucho cuidado con todo eso y no utilizar nunca el racismo como excusa".
"La luna de miel con Barack Obama se ha terminado en Estados Unidos"
Contribuyente econ¨®mico en la candidatura de Barack Obama, Washington tiene puestas muchas esperanzas en su presidencia, aunque reconoce que la "luna de miel en Estados Unidos se ha terminado". "La realidad es bien dif¨ªcil para los norteamericanos pero lo que est¨¢ claro es que uno solo no lo puede cambiar. Es demasiado pronto para juzgarle y ha heredado una situaci¨®n sumamente dif¨ªcil. Est¨¢ intentando cambiar las cosas, reconducir la situaci¨®n, pero lo que es verdad es que uno de cada diez americanos est¨¢ en paro y para ellos la vida no es mejor con la presidencia de Obama. Me gusta su intento de lograr una reforma en el sistema de salud, las cosas que est¨¢ cambiando en el Senado y la presi¨®n a la que est¨¢ sometiendo a los pol¨ªticos para trabajar con mayor celeridad y, sobre todo, esa puerta que ha abierto en el mundo para la comunicaci¨®n. Una puerta que llevaba cerrada ocho a?os", exclama sorprendido.
Es plenamente consciente de su gancho comercial y de que su sola presencia atrae a los espectadores a la taquilla, pero tambi¨¦n de que hay que evitar que eso mismo te devore. Desde que gan¨® en 2002 el Oscar al mejor actor por D¨ªa de entrenamiento su cach¨¦ se dispar¨®. No es que lo lamente, pero s¨ª le preocupa el hecho de que eso solo le haga participar en pel¨ªculas grandes y comerciales. "Entiendo la parte del negocio, pero cuanto m¨¢s dinero gano, la pel¨ªcula en la que participo tiene tambi¨¦n que ganar m¨¢s dinero y quiz¨¢s los personajes no son tan interesantes o est¨¢n tan desarrollados. Si me gusta trabajar con Tony Scott es porque aunque haga grandes filmes de acci¨®n, todas sus pel¨ªculas priorizan a los personajes".
Fue esa necesidad de encontrar la verdadera esencia de un actor la que le condujo a ponerse detr¨¢s de la c¨¢mara con Antwone Fisher y The great debaters. "Las dos cosas que m¨¢s satisfacciones me han dado desde mi ¨²ltimo Oscar han sido mis pel¨ªculas como director y el Shakespeare que hice en Broadway", confiesa. "La primera vez que dirig¨ª lo hice porque estaba cansado de trabajar como actor y la segunda tambi¨¦n. Ya no sent¨ªa la misma adrenalina. Dirigir me daba miedo, me excitaba. Es una profesi¨®n muy dura pero yo no crec¨ª pensando que iba a ser una estrella, con todo el mundo mir¨¢ndome. Yo lo que quer¨ªa era ser un jugador de f¨²tbol para trabajar en equipo y dirigiendo lo he conseguido. Quiero conocer el ¨¦xito con los dem¨¢s y como director he visto ese ¨¦xito colectivo. He disfrutado compartiendo con los actores lo que yo s¨¦, poder ver en su mirada su deseo. Me da m¨¢s placer ver a los dem¨¢s tener ¨¦xito que el m¨ªo". Y cuando lo dice, uno de verdad que se lo cree.
Comprometido con una carrera de 30 a?os, dice que su ¨²nico deber es hacer bien su trabajo y no estafar a los que compran una entrada. Engorda y adelgaza seg¨²n las exigencias del gui¨®n, aunque confiesa que a veces coge kilos por puro placer. Le da igual hacer de h¨¦roe o de villano, aunque ser el malo de la pel¨ªcula le atrae m¨¢s, pero su ¨¦xito tambi¨¦n se lo achaca a la "gracia de Dios". Hombre religioso, Washington recomienda a los j¨®venes actores dos cosas: "Rezar y estudiar". Luego piensa y a?ade: "Pero sobre todo estudiar".
Est¨¢ todav¨ªa pendiente de la invitaci¨®n que le hizo Obama para jugar baloncesto con ¨¦l en la Casa Blanca. "Todav¨ªa no he ido. Todo el mundo quiere ir a la Casa Blanca a conocer al presidente. Yo soy algo m¨¢s tranquilo. Ya ir¨¦, si la invitaci¨®n sigue en pie".
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