Cerveza Kilimanjaro para la sed del motero
De Kenia a Sur¨¢frica, tr¨¢fico denso o llanuras sin l¨ªmite. Los paisajes cobran una inusual belleza sobre dos ruedas
Del ecuador a Ciudad del Cabo, 11.000 kil¨®metros en moto por seis pa¨ªses a cada cual m¨¢s intenso. Pinceladas de un viaje apasionante.
01 Kenia
Nairobi es la gran ciudad de ?frica del Este. Interracial y ca¨®tica. Paso obligado para la aventura africana. La cerveza Tusker, con su elefante en la etiqueta, es extraordinaria, pero conviene pedirla bien fr¨ªa porque a los kenianos les gusta tibia. En Jungle Junction gobierna el alem¨¢n Christofer Handschub. Antiguo mec¨¢nico de BMW, ofrece alojamiento y fiables reparaciones en los veh¨ªculos de los trotamundos antes de que se adentren en la jungla. M¨¢s all¨¢ de sus puertas, empieza el reino de lo imprevisible y de la falta de repuestos. Cuenta que lleg¨® al Polo Norte en una moto con sidecar; nadie sabe si es cierto o no, pero los viernes organiza estupendas barbacoas en su maravilloso jard¨ªn.
La motocicleta elegida es una BMW R80/GS del a?o 1992. Se la compr¨¦ al jefe de la televisi¨®n alemana. Est¨¢ impecable. No durar¨¢ mucho tiempo as¨ª de reluciente. Las carreteras del pa¨ªs son un infierno de baches, polvo y veh¨ªculos humeantes que s¨®lo respetan la ley del m¨¢s grande. Cien kil¨®metros al norte, en Nanyuki, se encuentra la l¨ªnea del Ecuador. Esta zona fue el origen de la revuelta Mau Mau contra los colonizadores ingleses. El horizonte es selv¨¢tico y la tierra ruge intensamente roja. Las plantaciones espolvorean de esmeralda las colinas. En Nyeri se puede visitar la tumba de Lord Baden Powell, fundador de los Boy Scouts, quien mira eternamente la inmensa mole del Monte Kenia y los dominios del parque nacional de los Aberdares.
02 Tanzania
Arusha es la capital tur¨ªstica del norte tanzano y puerta de acceso al imponente Kilimanjaro. La cerveza local se llama igual que la famosa monta?a. La animada poblaci¨®n, llena de turistas anglosajones tra¨ªdos en masa por operadores tur¨ªsticos, alberga el Tribunal Penal Especial para el genocidio de Ruanda. Enclavada en una inmensa sabana territorio Masai, el ganado y el polvo campan a su antojo. Las carreteras no mejoran en Tanzania. Hay tramos donde el asfalto desaparece por completo. Dar es Salaam es el gran puerto comercial del ?ndico. El calor resulta siempre asfixiante pero los alojamientos son confortables y la vida nocturna animada. Es la ¨²nica v¨ªa de entrada a la masificada isla de Zanz¨ªbar.
Trescientos kil¨®metros al oeste, se atraviesa el parque de Mikumi. Jirafas, elefantes, babuinos o b¨²falos cruzan libremente la carretera para sorpresa del motorista, mucho m¨¢s vulnerable que los vetustos camiones que, a toda velocidad, recorren el pa¨ªs de d¨ªa y de noche. Al salir del parque, se puede hacer noche en el motel G¨¦nesis, aunque la hospitalidad no se puede decir que sea la caracter¨ªstica principal de varios de los tanzanos que me cruc¨¦. Tal vez los a?os de dictadura comunista les agriaron el humor. Sin embargo, cerca de la frontera existe un oasis. El hotel Karibuni Center de Mbeya est¨¢ regentado por una comunidad cristiana suiza. De habitaciones sencillas, casi monacales, se agradece la limpieza, el precio razonable y la sincera honradez de los empleados.
03 Zambia
Pa¨ªs pobre y aislado, sus habitantes son, sin embargo, de una gran amabilidad no corrompida por el turismo. Miles de ni?os caminan por la carretera. Disciplinados, acuden en fila al colegio. Saludan alegres y saltarines al ruidoso paso de la motocicleta. Lo peor para el viajero es que no hay gasolineras en m¨¢s de quinientos kil¨®metros. El mapa indica una en Chinsali, pero no hay tal. Pregunto en la comisar¨ªa de polic¨ªa. Me acompa?an hasta una tienda semiclandestina donde almacenan combustible en contenedores de pl¨¢stico desperdigados por el suelo. En Mpika hay cajero autom¨¢tico, restaurante y un par de moteles. El Melody, en la misma carretera, es el m¨¢s animado. Al anochecer, camioneros somal¨ªes se cuecen en el bar con whisky made in Sur¨¢frica. Yo prefiero sacudirme la sed con Mosi, la cerveza nacional. Al menos con ella no corro el riesgo de una disenter¨ªa.
Se rompe el cable del embrague y no tengo repuesto. Contrato una desvencijada camioneta para que me lleve hasta la capital. Setecientos kil¨®metros m¨¢s al oeste aparece Lusaka, poco m¨¢s que una calle principal con comercios y oficinas de cambio de divisa. Me pongo en contacto con el brit¨¢nico Gary Andsen, quien repara los veh¨ªculos de Naciones Unidas. Quiz¨¢ sea el ¨²nico mec¨¢nico que puede entender la moto en todo el pa¨ªs.
Zambia, la senda de los elefantes
04 Zimbabue
Uno de los pa¨ªses m¨¢s bellos de ?frica, surcado de grandes r¨ªos y altas monta?as; tambi¨¦n uno de los m¨¢s degradados pol¨ªtica y econ¨®micamente. Epidemia de c¨®lera aparte, no es visita recomendada en ninguna gu¨ªa. La corrupci¨®n se percibe en la misma aduana. Me exigen un soborno de 50 d¨®lares para introducir la moto. Las carreteras debieron ser buenas hace veinte a?os pero hoy todo est¨¢ descomponi¨¦ndose irremediablemente. El asfalto agrietado es un aut¨¦ntico matadero de animales salvajes. Dej¨® atr¨¢s decenas de cad¨¢veres atropellados por los ciegos camiones que recorren ?frica a velocidades insensatas.
Harare, la capital, a¨²n ofrece un ordenado urbanismo de estirpe inglesa. Una anciana blanca atraviesa el pesado tr¨¢fico pedaleando en una bicicleta. Su vestido gaseoso y su sombrerito de paja son vestigios irreales de otro tiempo. Tras la limpia superficie se esconde una realidad triste. Las granjas del interior cesaron de producir tras los ataques; los efectos del desabastecimiento de productos b¨¢sicos los pagaron los m¨¢s pobres. Hay largas colas de suplicantes de visado en la puerta de la embajada de Sur¨¢frica. Las oficinistas se prostituyen por veinte d¨®lares en el hotel Fife Avenue. Todo el mundo quiere huir del infierno. Ya ni siquiera se acepta la propia moneda del pa¨ªs, s¨®lo funcionan las divisas surafricana y norteamericana. Lion, la cerveza nacional, tiene un sabor demasiado amargo.
05 Botsuana
El mayor productor mundial de diamantes. Ordenado y poco corrupto, forma parte junto a Namibia y Sur¨¢frica del ?frica m¨¢s civilizada. Gaborone es una extra?a ciudad con edificios de acero y cristal que refulgen entre ¨¢ridos solares vac¨ªos. La impresi¨®n es de urbe a medio hacer. El hotel Gaborone est¨¢ frente a la estaci¨®n de autobuses y el animad¨ªsimo mercado. En el pub anejo la fiesta dura hasta bien entrada la madrugada. Mejor pedir Windhoek, la cerveza de Namibia, antigua colonia alemana. En el interior del pa¨ªs, los ni?os, cosa rara, no piden limosna. La carretera principal es de buen firme, pero el peligro es constante. Los animales dom¨¦sticos circulan a sus anchas. Vacas, burros y cabras son los amos del asfalto. El Gobierno los regala y nadie se ocupa de pastorearlos.
Naci¨®n poco poblada, hay grandes tramos en los que no se ve un alma. Al norte est¨¢ el maravilloso paraje del delta del Okavango. El gran r¨ªo no desemboca en el mar, sino en el desierto del Kalahari, donde forma una incre¨ªble red de afluentes y d¨¦dalos. Cuando baja el nivel, toda el ¨¢rea se llena de cebras, elefantes y leones (los leones nadadores del Okavango son famosos por su pericia para surcar las aguas). Shakawe es una peque?a poblaci¨®n casi en la frontera con Namibia. All¨ª, una senda arenosa de dos kil¨®metros lleva hasta Drotsky Cabins, un acogedor complejo de sencillos lodges en la misma orilla del r¨ªo.
06 Sur¨¢frica
El choque para quien accede por carretera desde el norte es brutal. Sur¨¢frica no parece formar parte del mismo continente del que toma el nombre. La red viaria es inmejorable y en los supermercados se encuentra de todo. Es como entrar en el sur de Norteam¨¦rica. Los tr¨®picos han quedado atr¨¢s y el horizonte se amansa en dulces praderas y grandes espacios abiertos. Es un pa¨ªs inmenso, rico y hermoso. Sin embargo, alambradas y miedo son omnipresentes. El crimen es una aut¨¦ntica epidemia y las diferencias sociales son evidentes y dolorosas. La minor¨ªa blanca vive encerrada en lujosas prisiones.
Una suave cinta de asfalto lleva hasta la m¨¢gica urbe de Ciudad del Cabo, donde se abrazan dos oc¨¦anos. Hoteles, restaurantes y discotecas. Magn¨ªficos vinos de Stellenbosch y Constantia. En el paseo mar¨ªtimo est¨¢n los apartamentos e inmuebles m¨¢s caros de toda ?frica. Desde la terraza de cualquiera de ellos, los blancos brindan con licores ambarinos. Indiferentes y satisfechos, contemplan sobre el mar la Isla de Robben, donde se levanta la prisi¨®n en la que Nelson Mandela pas¨® 18 de los 27 a?os en los que permaneci¨® encarcelado.
? Miquel Silvestre (Denia, 1968) es autor de la novela Spanya SA (Barataria).?
Gu¨ªa
Kenia
Jungle Junction (00 254 7 22 75 28 65). Amboseli Road. Original hostal en Nairobi.
? Parque Nacional Aberdares (www.kws.org/aberdare.html).
Tanzania
? Everest Chinese Restaurant (everesttzus@yahoo.com; 00 255 272 50 84 19). Moshi Road, Arusha.
? O'Willies Tanzania Irish Pub (www.owillies.com). 'Pub' irland¨¦s en el coraz¨®n de ?frica.
? Genesis Motel (www.genesismotel.com) En Mikumi.
? Hotel Karibuni Center (www.twiga.ch/TZ/karibunicenter.htm). En Mbya.?
Zimbabue
Ruinas del Gran Zimbaue (www.afrizim.com/places/Masvingo/Activities/Great-Zimbabwe.asp).
Botsuana
? Swakop Lodge (www.swakoplodge.com). C¨®modo hostal en Swakopmund.
? Drotsky Cabins (http://namibweb.com/drotskyscabins.htm). 'Lodge' en Shakawe.
Sur¨¢frica
? Alojamientos en Ciudad el Cabo: Ashanti Lodge (www.ashanti.co.za).
Nine Flowers Guesthouse (www.nineflowers.de).
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