Antonio Catal¨¢n, cronista del coraz¨®n en la transici¨®n
El reportero gr¨¢fico Antonio Catal¨¢n Deus muri¨® en Madrid el pasado 17 de julio a los 56 a?os de edad, v¨ªctima de neumon¨ªa mientras hac¨ªa frente a una leucemia descubierta cuatro meses antes. Hasta el ¨²ltimo momento hizo frente con gran entereza y determinaci¨®n la llegada inesperada de su grave enfermedad, y las dificultades y complicaciones del tratamiento al que estaba siendo sometido.
Desde el inicio de la transici¨®n, Antonio nunca abandon¨® sus c¨¢maras; en la revista Intervi¨², en los primeros a?os ochenta, como cotizado freelance la mayor parte de su vida profesional, y en la reputada agencia Korpa durante la ¨²ltima d¨¦cada. Su especialidad fue la prensa del coraz¨®n, en la que estaba considerado como uno de los mejores profesionales espa?oles. Su buen coraz¨®n y gran experiencia le hizo maestro de no pocos j¨®venes compa?eros en una actividad dif¨ªcil y exigente entre las m¨¢s, sometida a grandes intereses contrapuestos, y siempre pol¨¦mica en el terreno deontol¨®gico.
Desde hace muchos a?os cubr¨ªa las vacaciones de la familia real
Consciente de las dificultades de su oficio, al que lleg¨® como muchos a resulta de una mezcla caprichosa de azar y destino, rehuy¨® las banales pol¨¦micas que acompa?an la actividad de estos reporteros que entregan al p¨²blico testimonio de la vida de los famosos. Nunca exhibi¨® sus conocimientos y se mantuvo reservado ante el auge televisivo del sector y sus excesos. Ello le permiti¨® ser respetado por compa?eros, patrones y estrellas, siempre tenido en cuenta ante los muchos y espinosos problemas que al sector se le han presentado continuamente, y labrarse una consideraci¨®n general que ahora la muerte ha truncado repentinamente.
Desde hac¨ªa muchos a?os, cubr¨ªa informativamente las vacaciones veraniegas de la familia real en Mallorca. Como corresponsal insustituible tambi¨¦n compart¨ªa los inviernos de la jet set en Miami. Cubriendo bodas secretas, huidas de inc¨®gnito y romances vanos, viaj¨® por todo el mundo, conoci¨® los para¨ªsos m¨¢s reservados, pas¨® fatigas en pos del scoop y luch¨® incansable contra exclusivas trucadas y guardaespaldas desabridos. De las miserias morales asociadas al resplandor de los flashes sab¨ªa demasiado.
To?¨ªn era el peque?o de tres hermanos, todos arrastrados a la lucha antifranquista muy j¨®venes, dedicados al periodismo despu¨¦s. Fue casi a¨²n adolescente, activista clandestino de la Fedem, la organizaci¨®n que en los institutos de ense?anza media de Madrid dirigi¨® muchas batallas en los primeros a?os setenta dentro de la ofensiva maximalista del FRAP que tanto contribuy¨® y tan generosamente a la ca¨ªda del r¨¦gimen anterior. Sum¨® literalmente su sangre a la de muchos an¨®nimos j¨®venes que participaron en aquellas acciones que pretend¨ªan abrir brecha en una situaci¨®n mucho m¨¢s estable de lo que ahora se pretende. Particip¨® en las huelgas y algaradas callejeras que fueron minando el franquismo, fue detenido y pas¨® un tiempo en la c¨¢rcel de Carabanchel.
Cuando se inici¨® la transici¨®n a la democracia, sustituy¨® el activismo pol¨ªtico por la esperanza contracultural: fue artesano y form¨® parte de los grupos que retornaron al campo en busca de la utop¨ªa rural. Primero en los pueblos negros de Guadalajara, -aquel Majalrrayo de finales de los a?os setenta-, y luego en el interior de la isla de Mallorca, fue hippie a la espa?ola. Form¨® pareja, tuvo una hija, Alba, y vivi¨® los a?os quiz¨¢s m¨¢s felices de su vida en Son Carri¨°, primero, y en Porto Cristo, despu¨¦s, donde los huertos fueron sustituidos por su nuevo sue?o, el mar balear que surcar¨ªa sin pausa durante los siguientes a?os, al que siempre volver¨ªa y con el que ahora se reunir¨¢ para siempre.
Jos¨¦ Catal¨¢n Deus, periodista y escritor, es hermano de Antonio Catal¨¢n.
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