?Ahorro o especulaci¨®n?

Se sabe que el Gobierno central est¨¢ estudiando subir del 18% al 20% la parte del IRPF que grava los rendimientos del ahorro. Inmediatamente hay reacciones de algunos sectores y medios sobre el error que ello supondr¨ªa, dando dos razones. La primera, que se desincentivar¨ªa la necesaria tendencia de los espa?oles a un mayor ahorro, para preparar su futuro y su jubilaci¨®n. Y porque producir¨ªa una fuga de capitales hacia otros pa¨ªses de la UE. Casualmente, yo hab¨ªa defendido recientemente en estas mismas p¨¢ginas un incremento del tipo sobre las plusval¨ªas, no de dos puntos sino claramente mayor. Tambi¨¦n se sabe que el Gobierno tiene fuertes presiones, que por ahora resiste, para suprimir el impuesto de sucesiones. Quiero continuar con el debate para aclarar conceptos. Comparto plenamente que se debe estimular el ahorro, pero sin favorecer la especulaci¨®n ni el enriquecimiento sin esfuerzo.

El ahorro deber¨ªa ser favorecido con un tipo ventajoso inferior al general y la especulaci¨®n, castigada con un tipo mayor

Si alguien retrae su consumo y coloca el dinero en un dep¨®sito o un activo a plazo, o lo invierte en una empresa, esto significa ahorrar. No s¨¦ cual deber¨ªa ser el tipo, pero este ahorro no debe ser castigado fiscalmente, aunque sea discutible que deba pagar por sus rendimientos mucho menos de lo que pagar¨ªa si estos ingresos fueran el fruto del trabajo.

El caso es distinto si alguien compra unas acciones en Bolsa y las vende al cabo de un mes con un buen beneficio, o si alguien compra un piso como inversi¨®n y lo revende a los tres a?os por el doble de precio. Ambas operaciones son l¨ªcitas y respetables, pero hay que llamarlas por su nombre: esto es especular. No deber¨ªa estar prohibido (tal vez con algunas excepciones) pero no es aceptable que sea estimulado. La cultura del "negocio f¨¢cil sin trabajar" es la que en buena parte nos ha llevado a la crisis actual.

Hoy en d¨ªa, desde las reformas fiscales del PP de finales de la d¨¦cada de 1990, si alguien ingresa 50.000 euros al a?o como salario, se le aplica un tipo medio del 30% con un tope del 43%. Si alguien obtiene esta misma cantidad como intereses de su ahorro, beneficios de una empresa o resultado de una compraventa especulativa, debe pagar como m¨¢ximo el 18%, por grande que sea el beneficio. Digo c¨®mo m¨¢ximo, porque aunque el tipo sea fijo, hay mecanismos de inversi¨®n que permiten disminuir mucho el impuesto. Lo que t¨¦cnicamente se denomina "renta del ahorro" esconde operaciones muy distintas que necesitar¨ªan tratamientos fiscales opuestos. El ahorro deber¨ªa ser favorecido con un tipo ventajoso inferior al general, pero la especulaci¨®n deber¨ªa ser castigada con un tipo mayor. Estamos escondiendo algunas cosas bajo el nombre de otras mucho m¨¢s dignas. Igualmente, en el impuesto de sucesiones deber¨ªa haber una franja importante exenta, pero no suprimirlo para las grandes fortunas.

La segunda raz¨®n, la "fuga de capitales" hacia el exterior es mucho m¨¢s s¨®lida ya que retrata comportamientos por desgracia probables de algunos inversores, y plantea unos problemas que s¨®lo se pueden abordar en el ¨¢mbito pol¨ªtico, tanto en el europeo como en el espa?ol: el problema de la competencia fiscal entre Estados o comunidades. En un espacio econ¨®mico con un mercado unificado, una libertad total de movimientos de productos y de capitales, una misma moneda y una ¨²nica pol¨ªtica monetaria marcada por un ¨²nico Banco Central no pueden existir normas fiscales divergentes en las distintas ¨¢reas ya que generaran importantes distorsiones.

Es necesaria una "armonizaci¨®n fiscal" que no supone que todos los reg¨ªmenes fiscales deban ser id¨¦nticos, pero s¨ª con diferencias pactadas y compensadas. ?ste es un problema que tenemos en la Uni¨®n Europea por no haber desarrollado el Tratado de Maastricht y que tenemos tambi¨¦n en el Estado, en el que algunas comunidades, sea por razones de privilegios hist¨®ricos o por estar gobernadas por gobiernos del PP, est¨¢n ejerciendo una competencia fiscal desleal con el resto, entre ellas con Catalu?a. Si una comunidad aut¨®noma decide suprimir sus impuestos propios, ?c¨®mo puede luego reclamar m¨¢s financiaci¨®n?

Es cierto que mientras no exista la necesaria armonizaci¨®n en la zona Euro, estamos obligados a ser m¨¢s prudentes en la reforma fiscal espa?ola, y en los ajustes catalanes, pero tampoco hay que exagerar este peligro, ya que las diferencias existentes actualmente no han causado los pretendidos problemas de fuga, lo que da a pensar que este anuncio tiene una parte de "chantaje" a los gobiernos.

Joan Maj¨® es ingeniero y ex ministro.