Corales como cuernos de venado
El mar de los cayos permite adentrarse, mediante el snorkel o la inmersi¨®n, en un mundo fant¨¢stico donde las tortugas verdes se codean con los peces loro
A media hora de La Habana, lejos del ruido pol¨ªtico y de la singularidad cubana, hay dos islotes rodeados de corales, aguas turquesas y playas kilom¨¦tricas. Son Cayo Largo, en pleno Caribe, y Cayo Santa Mar¨ªa, en la costa norte de Villa Clara. La estancia all¨ª puede ser prolongada o tan s¨®lo un alto de 24 horas en su viaje a Cuba, pero de igual modo servir¨¢ para poner la mente en blanco...
01 Cayo Largo
Da igual el estado mental con que llegues a Cayo Largo: si est¨¢s dispuesto a nadar entre corales y a cumplir ciertos ritos m¨ªnimos, saldr¨¢s de aqu¨ª con el cerebro limpio y poblado de cielitos, chromis, biajaibas, estrellas de mar, peces loro, barracudas y otros seres incre¨ªbles que habitan los fondos de este islote del Caribe.
Situado a unos 180 kil¨®metros al sur de La Habana, a media hora en avi¨®n de la capital, Cayo Largo nada tiene que ver con Varadero ni con otras playas de Cuba. Los cayos, y en especial ¨¦ste del archipi¨¦lago de Los Canarreos, alcanzan otra dimensi¨®n filos¨®fica; es por ello que uno puede enterrar los problemas en el polvo de arena fin¨ªsima de Playa Para¨ªso, Lindamar o Punta Mal Tiempo, adonde las tortugas verdes van a desovar cada a?o.
La barrera de coral que protege Cayo Largo y otros cayuelos de la zona tiene m¨¢s de 50 millas de longitud y es su principal fuente de riqueza. El rompeolas puede cruzarse por varios puntos y est¨¢ a 20 minutos de tierra, un salto que es necesario dar en barco para entrar a este otro mundo verde esmeralda.
En realidad, hay dos Cayo Largo. Uno est¨¢ bajo las aguas; el otro lo compone una l¨ªnea alucinante de 25 kil¨®metros de playas v¨ªrgenes que puedes caminar con los pies descalzos, pues sus arenas blanqu¨ªsimas est¨¢n formadas por residuos coralinos y siempre est¨¢n frescas.
El lujo de Cayo Largo es lo sencillo, lo salvaje; por eso es especial. No hay que buscar aqu¨ª grandes hoteles ni almuerzos suculentos en ambientes paradis¨ªacos. El mar, simplemente el mar, la arena y la sensaci¨®n de que uno lo est¨¢ descubriendo todo por primera vez es el gran lujo y el gran pelotazo.
Con 37,5 kil¨®metros cuadrados, Cayo Largo es la segunda isla en extensi¨®n del archipi¨¦lago de Los Canarreos, el m¨¢s conocido de todos los que bordean Cuba por su orilla caribe?a.
En ¨¦l tambi¨¦n se encuentra la Isla de la Juventud y m¨²ltiples cayos e islotes bell¨ªsimos como Cantiles, Rosario, los Majaes o los Cayos Pedraza, deshabitados y cubiertos de diversos tipos de mangle. En total, son unos 350 cayos que se extienden a lo largo de 150 kil¨®metros en un mar de escasa profundidad protegido por la barrera coralina.
Algunos de estos islotes quedan cerca de Cayo Largo, como Los Alcatraces o Cayo Rico, y salir de excursi¨®n a recorrerlos es uno de los grandes placeres de este viaje.
En Cayo Largo hay un puerto deportivo con catamaranes y barcos de alquiler, y desde aqu¨ª se sale a la aventura, que puede convertirse en una maestr¨ªa en naturaleza y saber criollo si va al tim¨®n un capit¨¢n llamado Evelio, que lleva a?os navegando por la zona.
De camino a los arrecifes Los Ballenatos, una de las zonas m¨¢s aconsejables para hacer buceo con careta y tubo de respiraci¨®n, Evelio te explicar¨¢ que all¨ª la barrera coralina es especialmente hermosa y accesible, y que en los fondos podr¨¢s ver corales de fuego, cerebros, abanicos, gorgonias y unos corales puntiagudos bautizados en Cuba como tarros de venao (cuernos de venado).
Sobresalen en estos arrecifes dos min¨²sculos cayos de nombre peculiar, Los Ballenatos y el Hijo de los Ballenatos. Seg¨²n Evelio, son llamados as¨ª porque en ocasiones pasan cerca ballenas con sus cr¨ªas, igual que en determinadas ¨¦pocas del a?o uno puede avistar grandes peces en la zona exterior de la barrera.
Si en su parte interior la barrera coralina tiene escasa profundidad, fuera el pared¨®n baja enseguida hasta los 200 o 400 metros, y despu¨¦s, a los 1.500 o 2.000 metros cuando uno se adentra en la corriente del Golfo.
El mundo submarino de Cayo Largo tiene dos grandes ventajas: la primera es que uno lo puede disfrutar sin ser un experto nadador y sin necesidad de utilizar equipos de inmersi¨®n; la segunda es que bucear entre corales y peces tropicales de nombres tan sugerentes como la rabirrubia, el loro guacamayo o el macab¨ª pone la mente azul y cura de cualquier neura.
Desde luego, si el viajero lo que desea es bucear en serio y bajar hasta los 35 metros, donde est¨¢n los grandes mogotes coralinos y los laberintos de roca donde nadan gigantescos aguaj¨ªes, cuberas, jocuses, roncos pomp¨®n y catalinetas, entonces s¨ª puede decir que al venir a Cayo Largo ha llegado al para¨ªso.
Hay tres grandes ¨¢reas de inmersi¨®n, la m¨¢s cercana, a 20 minutos, y la m¨¢s distante, a dos horas de navegaci¨®n, en las inmediaciones de Cayo Sigua y Cayos Blancos. Es imposible recomendar ninguna, pues todas tienen sus peculiaridades y son incre¨ªblemente bellas.
Para los que no tenemos la suerte de bucear a esas profundidades, un d¨ªa perfecto con Evelio puede transcurrir como sigue: lo primero, a 10 minutos de la base na¨²tica, una parada en el arenazo de la peque?a isla conocida como Mujeres de Arena, donde hay cientos o miles de estrellas de mar, algunas de tama?o considerable. A la misma distancia est¨¢ Cayo Iguana, plagado de reptiles a la espera de que alguien les eche un poco de comida.
La barrera coralina de los Ballenatos es una visita obligada (e incluida en todas las excursiones) y aqu¨ª se impone un ba?o generoso. Sin mucho esfuerzo y sin darte cuenta pasar¨¢s una hora serpenteando entre los corales, y con un poco de suerte, entre abril y octubre, en la ¨¦poca de su apareamiento, podr¨¢s ver tortugas verdes, caguamas y careyes, las tres especies end¨¦micas de la zona. En esos meses, en muchas playas de Cayo Largo es posible encontrar hembras depositando los huevos en la arena.
Rumbo a Cayo Rico, a una hora de navegaci¨®n, hay varios cayuelos interconectados por canales que forman incre¨ªbles y extensas piscinas naturales donde es un placer tomar el ba?o y abandonar el cuerpo y el alma.
Desde luego, el sol es de una potencia caribe?a, as¨ª que todas las precauciones son necesarias en este viaje. Las cremas solares y las lociones antimosquitos son imprescindibles.
En Cayo Rico, o en cualquier otro que decida anclar Evelio para comer a bordo, hay playas v¨ªrgenes impresionantes. Muchas son agotadoras; uno camina y camina cientos de metros y el agua no te cubre; tanto es as¨ª que el barco o el catamar¨¢n han de fondear lejos de tierra firme.
Aunque sea s¨®lo un espejismo, uno siente que nadie antes ha pisado esas arenas. En cierto modo es verdad, pues hasta que comenz¨® el desarrollo tur¨ªstico de Cayo Largo, en los a?os setenta, s¨®lo la Isla de la Juventud estaba habitada en el archipi¨¦lago. Algunos de los canales entre los cayos han sido bautizados tan recientemente que, por ejemplo, llevan el nombre de canal del amor, puesto por los visitantes canadienses por razones obvias, o bien Evelio y otros capitanes los llaman simplemente primer canal, segundo canal, tercer canal, y as¨ª sucesivamente.
Por cierto, en estos canales se practica a placer la pesca con mosca y al spinning. Existe un turismo especializado y muy fiel que viene a realizar este deporte y busca especies como el s¨¢balo, el macab¨ª o la palometa. Se han capturado ejemplares de hasta 1,80 metros y 75 kilos de peso, que se devuelven al agua.
Tambi¨¦n en la zona, aunque lejos, hay ca?ones hundidos, clavos gigantes y anclas ancestrales sumergidas, ya que, por sus caracter¨ªsticas, estos cayos, y sobre todo la Isla de la Juventud, antes llamada Isla de Pinos, fueron ¨¢rea de trabajo y refugio de corsarios y filibusteros.
Hay otro Cayo Largo que no est¨¢ en el mar, sino en la propia isla, donde s¨®lo hay cuatro hoteles (dos de ellos, administrados por la cadena mallorquina Meli¨¢) y poco m¨¢s de mil habitaciones para un frente de playas fabulosas de 25 kil¨®metros.
La mayor¨ªa es salvaje. En algunas pr¨¢cticamente no hay nada m¨¢s que un chiringuito y unos pinares, como en Playa Para¨ªso, donde lenguas de mar y arenazos se suceden caprichosamente y la playa cambia en cuesti¨®n de meses, seg¨²n las corrientes y el viento.
Sirena, la otra playa famosa de Cayo Largo, est¨¢ m¨¢s civilizada sin dejar de ser medio salvaje. Tiene un ranch¨®n para beber y comer, tumbonas y deportes n¨¢uticos, pero aun siendo la m¨¢s popular y visitada, uno puede caminar y caminar sin sentir a la gente ni agobio alguno... Resistencia para los mojitos y un buen libro es la mejor compa?¨ªa.
Para llegar a las playas de Mal Tiempo, Para¨ªso y Sirena es necesario coger un trenecito que pasa por los hoteles, la mayor¨ªa de ellos situados en la playa Lindamar, que, siendo buena, est¨¢ m¨¢s movida y es de peor categor¨ªa. Tambi¨¦n se puede alquilar un taxi, un coche o una moto, e ir por libre, que es lo m¨¢s recomendable.
Entre mediados de abril y el mes de octubre, en las playas de la isla tiene lugar un espect¨¢culo singular: las tortugas llegan a la playa a desovar. En Cayo Largo funciona una granja que se puede visitar y est¨¢ dedicada a la preservaci¨®n de las tres especies de tortugas end¨¦micas de la zona y al rescate de los nidos en peligro. El a?o pasado nacieron en la granja m¨¢s de 11.000 tortugas, que fueron liberadas ante la mirada impresionada de los turistas.
En Cayo Largo, todos los hoteles son de pulserita, a lo que hay que sumar el ritmo cubano...
Ya se sabe que con el sistema todo incluido hay que ser condescendiente; el servicio y la comida no ser¨¢ la mejor, pero en este caso eso es lo de menos. El lujo de Cayo Largo es que todo est¨¢ a medio descubrir. Cuando el d¨ªa termina, uno se ha limpiado y ha dejado las preocupaciones varadas en una playa silvestre u olvidadas en los arrecifes de coral junto a peces de mil colores.
02 Cayo Santa Mar¨ªa
Aunque asomado al Estrecho de la Florida, y por tanto, en el Atl¨¢ntico, puede decirse que Cayo Santa Mar¨ªa es Caribe puro. Kil¨®metros de playas fabulosas, aguas de poco fondo protegidas por una gran barrera de coral, cayuelos cercanos unidos por canales, vegetaci¨®n de manglar, mar de color turquesa y sol abrasador hacen de este lugar un sitio privilegiado que nada tiene que envidiar a los cayos e islotes de la costa sur.
En avi¨®n, Cayo Santa Mar¨ªa est¨¢ a poco m¨¢s de media hora de La Habana. Por tierra (380 kil¨®metros) son cuatro horas largas.
El cayo o, mejor dicho, los cayos (pues en realidad son tres: Las Brujas, Ensenachos y Cayo Santa Mar¨ªa) est¨¢n unidos a la localidad de Caibari¨¦n por un espectacular camino de piedras que atraviesa la bah¨ªa de Buenavista, Reserva Natural de la Biosfera. Este camino sobre el mar, de 48 kil¨®metros, premiado internacionalmente por su respeto al medio ambiente, es el primer regalo al visitante si uno llega en coche. El pedrapl¨¦n se termin¨® hace poco m¨¢s de una d¨¦cada y hasta entonces estos cayos estuvieron deshabitados, por lo que sus playas y mares est¨¢n pr¨¢cticamente intocados.
El desarrollo tur¨ªstico de la zona es a¨²n incipiente. En Cayo Las Brujas, el primero al que se llega, hay unas pocas caba?as. Despu¨¦s est¨¢ Cayo Ensenachos, con un hotel de lujo administrado por Occidental. Cayo Santa Mar¨ªa, el ¨²ltimo y m¨¢s grande de todos, tiene dos kil¨®metros de ancho y 13,5 de longitud, casi todos de playas de excelente calidad. En este cayo hay tres hoteles administrados por la cadena Sol-Meli¨¢.
Desde una peque?a marina situada en Cayo Las Brujas salen cada d¨ªa excursiones a hacer snorkel a unos corales cercanos y a otro punto de buceo sobre los restos de un barco hundido. Es un placer ba?arse entre miles de peces que no temen al hombre. Pasas cerca de Cayo Borracho, Cayo Franc¨¦s y Cayo Espa?ol, hasta que el catamar¨¢n se detiene en un canalizo desde donde se puede llegar a nado a una playa inexplorada. Otra gozada.
Una de las grandes ventajas que tiene Cayo Santa Mar¨ªa y que la diferencia de otros islotes es su conexi¨®n con tierra firme, que permite al viajero combinar sol y ciudad. A 50 kil¨®metros de los cayos est¨¢ Caibari¨¦n, ciudad de 40.000 habitantes que todav¨ªa conserva las casonas, almacenes y palacetes de su ¨¦poca de esplendor, cuando era puerto comercial. A 10 kil¨®metros est¨¢ Remedios, una de las primeras villas fundadas por los espa?oles en Cuba (1514), que conserva plazas, iglesias y calles coloniales con soportales y columnas que son de postal.
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Gu¨ªa
Informaci¨®n
Hasta el 31 de octubre, Mundicolor ofrece paquetes combinados de estancias en La Habana y en Cayo Largo, Cayo Santa Mar¨ªa, Cayo Coco y Cayo Guillermo a partir de 1.124 euros por persona en r¨¦gimen todo incluido (en agencias). Politours (en agencias) tambi¨¦n tiene un paquete similar a partir de 1.600 euros por persona en agosto. Existen numerosas agencias de viajes en la isla, como Cubatur (www.cubatur.cu), Cubanacan (www.cubanacan.cu), Havanatur (www.havanatur.cu) o Solways (www.solwayscuba.com), entre otras, que organizan visitas a los cayos. Las marinas de Cayo Largo y Cayo Las Brujas (en Cayo Santa Mar¨ªa) no tienen muchos barcos, as¨ª que conviene reservar si se quiere alquilar una embarcaci¨®n exclusiva. Hay tarifas de fin de semana que se ofertan desde los hoteles. Puede salir casi al mismo precio que el billete de avi¨®n (unos 110 euros).
Dormir
Los mejores hoteles en Cayo Santa Mar¨ªa y Cayo Largo son los Sol-Meli¨¢. Son los m¨¢s confortables y con buen servicio.
? Sol Cayo Largo (0053 45 24 82 60; www.solmelia.com). El mejor de Cayo Largo por sus instalaciones y sus habitaciones. La doble, desde 120 euros por persona con todo incluido.
? Sol Pel¨ªcano (0053 45 24 83 33; www.solmelia.com). Hotel ideal para bucear y disfrutar de Cayo Largo por sus vistas. A partir de 71 euros por persona, todo incluido.
? Playa Blanca (www.playablanca.cu). El antiguo Barcel¨® de Cayo Largo abrir¨¢ sus puertas en noviembre de este a?o con precios en torno a los 86 euros por persona.
? Meli¨¢ Cayo Santa Mar¨ªa (0053 42 35 02 00; www.solmelia.com). Es el cinco estrellas m¨¢s ¨ªntimo de todos (no admite ni?os). Tiene cuatro restaurantes y otros tantos bares. Habitaci¨®n doble con todo incluido, desde 112 euros por persona.
? Sol Cayo Santa Mar¨ªa (0053 42 35 15 00; www.solmelia.com). Ideal para familias. La doble, a partir de 92 euros por persona con todo incluido.
? Meli¨¢ Las Dunas (0053 42 35 01 00; www.solmelia.com). Este cinco estrellas es el m¨¢s nuevo y el m¨¢s grande de Cayo Santa Mar¨ªa y ofrece habitaciones dobles con todo incluido desde 90 euros por persona.
? Hotel Occidental Royal Hideaway (91 395 97 10; 0053 42 35 03 00; www.occidentalhotels.com). En Cayo Ensenachos. Este cinco estrellas tiene habitaciones dobles desde 122,5 euros por persona todo incluido.
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