"Los radicales no tienen cojones para despegarse de la tutela de ETA"
En la segunda planta de Zumaldegia, nombre del caser¨ªo que domina una de las peque?as colinas que rodean el municipio de Senpere (Pa¨ªs Vasco franc¨¦s), Julen Madariaga (Bilbao, 1932) se instala en la vieja mesa escritorio en la que su abuelo Ram¨®n redact¨® el primer Estatuto de Estella de 1932. Medio siglo despu¨¦s, y como el resto de sus compa?eros de aquella ¨¦poca, Madariaga es incapaz de poner una fecha concreta al nacimiento de ETA. "Fue un proceso de varios meses, que va desde nuestra ruptura como EKIN con el PNV, la reuni¨®n de Deba en diciembre de 1958 en la que se encarga a Txillardegi [Jos¨¦ Luis ?lvarez Emparanza] buscar un nombre para la organizaci¨®n, el documento enviado a nuestra delegaci¨®n en Caracas con las siglas nuevas, hasta la carta remitida al lehendakari Aguirre y fechada el 31 de julio de 1959, d¨ªa de san Ignacio, en la que se le informa de la creaci¨®n de Euskadi eta Askatasuna (ETA)".
"Otegi no es tonto, pero le falta valor. Ha tenido oportunidad de decir 'no' despu¨¦s de la ruptura de la ¨²ltima tregua"
Junto a Txillardegi, los otros cinco fundadores de ETA son Jos¨¦ Manuel Aguirre, Jos¨¦ Mar¨ªa Benito del Valle, Alfonso Irigoien, I?aki Larramendi y Rafael Albizu. Se dedican a la labor de captaci¨®n y de propaganda, con pintadas de ikurri?as, reparto de pasquines o intercambio de libros entonces prohibidos. Las primeras acciones violentas tienen lugar en esos meses: explosivos en la Jefatura Superior de Polic¨ªa de Bilbao, en el Gobierno Civil de Vitoria; incendios en las redacciones de los diarios Alerta y Hierro en Santander y Bilbao, respectivamente,y el intento de descarrilamiento de un tren lleno de falangistas que se dirig¨ªa a San Sebasti¨¢n para conmemorar el XXV aniversario del Alzamiento Nacional del 18 de julio. Una chapuza en la que los activistas se limitan a aflojar los tornillos que sujetan los ra¨ªles en una curva suave a la salida de Lasarte, donde el tren no circula a m¨¢s de 25 kil¨®metros por hora; pero el maquinista lo vio a distancia y par¨® el tren. La chapuza humilla a los falangistas y se lo hacen pagar caro a "esos aprendices de terroristas". La polic¨ªa, movilizada por la presencia de Francisco Franco, que veranea en esos momentos en la capital guipuzcoana, multiplica las detenciones y Madariaga es arrestado, cayendo en manos del temido comisario Melit¨®n Manzanas, antes de pasar seis meses en la prisi¨®n de Carabanchel. A su salida se inicia el camino hacia la I Asamblea de ETA, que se realiza en mayo de 1962 en la abad¨ªa benedictina de N?tre Dame de Belloc, donde se redactan los principios fundacionales y la orientaci¨®n de ETA. "El nacionalismo de Arana nos resulta antiguo y reaccionario, la democracia cristiana queda a la derecha y la moral cat¨®lica no permite m¨¢s que luchar con las armas en la mano en guerras convencionales". Comienza as¨ª la tr¨¢gica historia de la organizaci¨®n terrorista, que se cobr¨® su primera v¨ªctima mortal en 1968: contestando a la muerte de su dirigente Xabi Etxebarrieta en junio de ese a?o en un tiroteo con la Guardia Civil, ETA decidi¨® semanas m¨¢s tarde matar al comisario Manzanas. Fue el inicio del reguero de muertes que ha provocado en m¨¢s de cuatro d¨¦cadas. 50 a?os despu¨¦s, Madariaga, el pol¨¦mico, criticado y contradictorio fundador de la organizaci¨®n, reconoce que ha dado un giro importante a sus planteamientos. Abandon¨® ETA y tambi¨¦n Herri Batasuna. Hoy, militante de Aralar, sigue siendo una de las voces cr¨ªticas contra ese mundo "que no tiene cojones para despegarse de la tutela de ETA y sus pistolas".
Pregunta. ?Y cu¨¢ndo se produce su ruptura?
Respuesta. La situaci¨®n no pod¨ªa seguir as¨ª, y mi decisi¨®n de dar el pu?etazo encima de la mesa diciendo ?basta ya!, ?hasta aqu¨ª hemos llegado!, coincide con el atentado contra [el concejal] Gregorio Ord¨®?ez [asesinado el 23 de enero de 1995]. Para m¨ª, la br¨²jula de la direcci¨®n etarra hab¨ªa enloquecido. Patxi Zabaleta, Bego?a Garmendia y yo mismo criticamos duramente el atentado contra el dirigente popular, y en una declaraci¨®n del 28 de enero afirmo que "toda acci¨®n armada, sea contra qui¨¦n sea, no es aceptable, y hoy la lucha armada es negativa para nuestros planteamientos independentistas". Asimismo reitero que, lament¨¢ndolo mucho, abandonar¨¦ HB si se confirma que ETA es la autora del atentado y la formaci¨®n pol¨ªtica en la que milito no lo condena. [Pocos d¨ªas despu¨¦s, en una de las decisiones "m¨¢s complicadas y duras" de su vida, dej¨® tambi¨¦n la militancia en HB].
P. Con cerca de 1.000 muertos, 50 a?os despu¨¦s, el balance de ETA es escalofriante.
R. Es muy tr¨¢gico, y al decirlo tienes que tomar una decisi¨®n que te agarra de las partes, porque sabes que a los carcas les das una baza importante. Pero, eso s¨ª, ya la violencia no conduce a nada. Yo me di cuenta de ello, pero no otros. No tuvieron cojones para denunciarlo.
P. Pero usted tard¨® en darse cuenta del fracaso, porque muchos otros rompieron antes con ese mundo. En eso no fue pionero.
R. S¨ª, as¨ª es, pero ¨¦stos [ETA], desgraciadamente, siguen.
P. En 1995 dijo que "el silencio de las armas de ETA ayudar¨ªa a la consecuci¨®n de la paz". Han pasado casi 15 a?os y poco ha cambiado en ETA. ?Qu¨¦ debe hacer?
R. Vista la evoluci¨®n pol¨ªtica, tanto internacional como de nuestro propio entorno vasco, darse cuenta de que es in¨²til continuar la lucha por procedimientos armados y violentos.
P. Sin embargo, ETA sigue sin aceptarlo, como tampoco asume su propia derrota.
R. Claro que no, y por eso seguimos as¨ª. ETA no ha tenido la lucidez ni la valent¨ªa pol¨ªtica de ver que los tiempos han cambiado dentro y fuera del Pa¨ªs Vasco. No ha tenido los arrautzas [huevos] pol¨ªticos y ¨¦ticos para hacerlo. Es la fuite en avant [huida hacia delante], y ya se sabe que cuando se tiene p¨¢nico, todo se ve muy negro.
P. Los ¨²ltimos responsables etarras detenidos son cada vez m¨¢s j¨®venes y con escasa formaci¨®n pol¨ªtica. Tambi¨¦n se refleja en sus documentos y notas. ?C¨®mo los ve hoy?
R. A este lado de la frontera, en los ambientes de refugiados o de familiares de presos se intuye esta situaci¨®n, y algunos abandonan ese entorno. Pero la direcci¨®n es cada vez m¨¢s oscura y m¨¢s negra. No se sabe qui¨¦n decide, qui¨¦n recomienda, qui¨¦n asesora. Compararlo con nuestra ¨¦poca te produce verg¨¹enza ajena. Me refiero a que verte obligado a decir p¨²blicamente: "Nosotros s¨ª ten¨ªamos formaci¨®n pol¨ªtica, un bagaje cultural e ideol¨®gico; hab¨ªamos viajado a Cuba, a Argelia; hab¨ªamos le¨ªdo y comentado m¨¢s de dos libros..., y los de ahora son unos pendejos que no valen para nada, unos descerebrados que s¨®lo saben matar", me parece una falta de modestia, porque nosotros tambi¨¦n cometimos errores.
P. ?Y c¨®mo ve a Batasuna, o como se llame?
R. Como hemos visto en la ¨²ltima rueda de prensa de Otegi, siguen sin tener el valor de decir no a ETA. Es de un oportunismo pol¨ªtico que me da asco. Se dicen abertzales y socialistas y no tienen la valent¨ªa de dar el paso.
P. Entonces, ?no ve a Arnaldo Otegi como ese otro Gerry Adams como algunos quisieron vender? ?Ha perdido protagonismo?
R. Pues s¨ª. ??sta es la famosa vanguardia del carajo? Es m¨¢s de lo mismo. Pero ¨¦l no es tonto. Le falta valor, porque el camino est¨¢ trazado y es claro. Ha tenido oportunidad de hacerlo despu¨¦s de la ruptura de la ¨²ltima tregua.
P. ?Ve moverse algo en las c¨¢rceles tras las declaraciones de presos hist¨®ricos?
R. S¨ª, hay mar de fondo, aunque a los primeros que se han rebelado contra el poder establecido -en este caso, el poder de ETA- les den palo. Pero, abierta la brecha, se comienza a avanzar. Ha sido un goteo, pero ir¨¢ a m¨¢s.
P. Medio siglo despu¨¦s de la creaci¨®n de EKIN y de ETA, usted participa en los inicios de Aralar en 2001. ?C¨®mo fueron sus primeros pasos?
R. Al principio es una forma de atraer a la gente descolgada de ETA, de la izquierda abertzale, de Batasuna, de Zutik, de LKI, de Batzarre o de EA; de varias procedencias. Es un largo proceso liderado por Patxi Zabaleta, y Batasuna, desde el primer momento, ve la iniciativa con malos ojos e intenta darnos el abrazo del oso. Para ellos es "revisionismo", y del acercamiento se pasa a la le?a en serio, a las pintadas, a los pasquines y a las amenazas o insultos p¨²blicos.
P. ?La reacci¨®n de Batasuna respondi¨® a que consideraba la labor de ustedes como una intromisi¨®n en su terreno o fue porque desde el principio denunciaron la utilizaci¨®n de la violencia como recurso pol¨ªtico?
R. Creo que a las dos cosas. Hoy ese mundo es una especie de delegaci¨®n que ETA tolera en tanto en cuanto demuestre siempre su sumisi¨®n total a la organizaci¨®n armada.
P. Aralar, en una legislatura, pasa de un esca?o a cuatro e irrumpe con fuerza en la vida pol¨ªtica de la izquierda nacionalista vasca, demostrando que existe otra v¨ªa en ese mundo no tutelada por ETA.
R. As¨ª es, pero tambi¨¦n es el resultado de un trabajo duro y constante. Es la eclosi¨®n del polluelo que rompe el cascar¨®n y sale libre a la luz. Se avanza, y en cuatro a?os damos el salto con este ¨¦xito.
P. ?Aralar ha debilitado al mundo de Batasuna, que perdi¨® otros 50.000 votos en las auton¨®micas vascas? ?Puede adentrarse aqu¨¦l en un proceso de autodestrucci¨®n como ETA?
R. S¨ª, pero me da miedo especular y hacer escenificaciones o previsiones viendo que puede surgir con el tiempo otra ETA imitando al IRA Aut¨¦ntico y convertirse en algo muy marginal. ETA, en esta huida hacia delante, va a provocar su fin, y si Batasuna no se descuelga de ella, tambi¨¦n va a acabar con su movimiento. Eso lo dije hace tiempo, y si estos majaderos de Batasuna no son valientes, eso ocurrir¨¢.
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