"El Partido Socialista no representa en Francia ninguna esperanza"
El hombre que ha desatado una tormenta en el Partido Socialista franc¨¦s (PS) y que navega (c¨®modamente) por ella se llama Manuel, tiene 47 a?os y habla perfectamente espa?ol y catal¨¢n. Naci¨® en Barcelona; su padre, Xavier, fue un pintor reputado que a finales de los cuarenta emigr¨® a Par¨ªs, y ¨¦l, Manuel Valls, pas¨® muchos veranos de la infancia ("y muchos inviernos") en Barcelona. El parlamentario y alcalde de Evry desde 2001 anunci¨® hace unas semanas que se presentar¨¢ a las futuras primarias socialistas destinadas a elegir al oponente a Nicolas Sarkozy en las elecciones presidenciales de 2012. Lleva meses denunciando la calamitosa situaci¨®n del PS, su necesidad de desembarazarse de lo que queda de herencia marxista y de transformarse, incluso con otro nombre y otras siglas. Hace una semana recibi¨® en su Blackberry una carta de la primera secretaria del partido, Martine Aubry que le ordenaba, m¨¢s o menos, esto: "C¨¢llate o vete del partido". Su respuesta vino a decir: "Ni me callo ni me voy".
"Pensar en otro tipo de sociedad que no sea capitalista carece de sentido"
"Si no nos transformamos por completo, podemos desaparecer"
Pregunta. ?Esperaba la carta?
Respuesta. No, porque Martine Aubry me propuso, tras las elecciones europeas, entrar en la direcci¨®n del partido. Pero no vi verdadera intenci¨®n de cambio. No acept¨¦. Pero no me esperaba esa carta. Nunca, en la historia del PS, un secretario general ha enviado a un dirigente del partido un mensaje as¨ª, diciendo "te callas o te vas".
P. Era una carta muy dura...
R. S¨ª. Dec¨ªa cosas como "si piensas verdaderamente lo que dices, te tienes que ir", "al partido se pertenece para servir, no para servirse de ¨¦l". Yo s¨¦ lo que es la disciplina del partido. He sido militante desde los 17 a?os. He tenido much¨ªsimos cargos. En el Parlamento he sido disciplinado con la consigna de voto, aunque no haya estado de acuerdo. Pero ahora no hay decisiones a las que ser fiel, no hay un verdadero debate. La gente percibe que este partido no parece preparado para gobernar.
P. ?Pens¨® en dimitir?
R. Jam¨¢s.
P. ?Por qu¨¦ asegura que el PS est¨¢ herido de muerte?
R. Porque, por primera vez en su historia, no representa ninguna esperanza. Aunque el problema viene de lejos.
P. ?De d¨®nde?
R. Desde la ca¨ªda del Muro de Berl¨ªn, la izquierda europea tiene problemas para articular un proyecto global y coherente. La existencia del bloque sovi¨¦tico le permit¨ªa presentar la versi¨®n buena o luminosa de la izquierda frente a la fuerza oscura del comunismo. Era el punto de equilibrio. Ahora, frente al capitalismo, el sentido mismo del socialismo europeo se ha ido perdiendo. Porque pensar en otro tipo de sociedad que no sea capitalista no tiene sentido. As¨ª lo pienso yo.
P. ?Y el socialismo franc¨¦s?
R. Por un lado, la socialdemocracia no ha sabido responder a lo que vivimos. Por eso, en plena crisis del capitalismo, la derecha gana las elecciones europeas. En el socialismo franc¨¦s existe adem¨¢s una especie de nostalgia de una alternativa al capitalismo. El fracaso planetario del comunismo ha hecho que la izquierda francesa haya ca¨ªdo en una especie de pesimismo social, angustiada ante los cambios, con una visi¨®n siempre triste del futuro. No hemos sabido tampoco modernizarnos, desde el punto de vista te¨®rico, como los socialistas alemanes, o los espa?oles, o los ingleses. Somos capaces de gobernar de una forma realista: cambiamos la siderurgia, cerramos minas si hace falta, convertimos Par¨ªs en una capital financiera, pero...
P. ?Pero?
R. No somos capaces de asumir te¨®ricamente lo que luego hacemos cuando gobernamos. Con Lionel Jospin en el poder, privatizamos muchas empresas. Pero luego no aceptamos del todo el papel de la nueva econom¨ªa. Adem¨¢s, la presi¨®n de la extrema izquierda acompleja a algunos socialistas franceses.
P. ?Y cu¨¢l es el papel de la izquierda en una sociedad capitalista y que siempre ser¨¢ capitalista?
R. La lucha contra las desigualdades. Para la izquierda, las desigualdades provienen de injusticias y defiende movilizar toda la maquinaria del Estado para corregirlas. La derecha es m¨¢s fatalista. Esto se ve en la educaci¨®n. Ahora mismo es m¨¢s dif¨ªcil para el hijo de un obrero en Francia acceder a una gran escuela de ¨¦lite que hace 30 a?os. En Francia hay tres campos en los que la izquierda debe apostar fuerte: la escuela, los guetos en los suburbios y la convivencia social entre todos los grupos ¨¦tnicos y sociales.
P. ?Y c¨®mo se incorpora eso en el Partido Socialista?
R. Somos un partido de alcaldes (Par¨ªs, Lyon, Estrasburgo, Lille...), de presidentes de regiones. Sabemos gobernar. Con sentido pr¨¢ctico, con visi¨®n realista de la sociedad, respecto a la empresa, la seguridad, la inmigraci¨®n. La gente conf¨ªa en nosotros para que les gobernemos en las ciudades y en las regiones. Pero cuando se trata de gobernar el Estado, la cosa cambia. Tenemos una crisis de liderazgo. Hay que transformarse completamente. Porque si no, podemos desaparecer. En Francia, la vida pol¨ªtica es as¨ª, tremenda. Y una de las maneras de transformarse es abriendo el partido con unas primarias que, como en Estados Unidos, convoquen a militantes y simpatizantes, al mayor n¨²mero de gente que vote.
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