La estafa de la vejez tranquila
Unos 150 brit¨¢nicos, la mitad de la Costa del Sol, pueden perder sus viviendas
S¨®lo quer¨ªan tener una jubilaci¨®n tranquila y contratar un producto que les garantizaba un 9% de rentabilidad de su inversi¨®n; parec¨ªa la ocasi¨®n perfecta. Mike McInnes, jubilado brit¨¢nico de 62 a?os afincado en Marbella (M¨¢laga), se remueve en la silla cuando recuerda c¨®mo se vio envuelto en una supuesta estafa que afecta a otros 150 compatriotas, la mitad residente en la Costa del Sol, y que les puede dejar sin sus viviendas.
Le convencieron para que hipotecara su casa en el banco island¨¦s Landsbanki y entregara el 75% de su valor a una filial de Luxemburgo para que se lo invirtiera. "Me garantizaban un ahorro en el impuesto de sucesiones y pens¨¦ que ser¨ªa una buena opci¨®n para no dejar ese lastre a mis hijos", explica. "Todo era demasiado bueno", a?ade.
Hipotecaban sus casas y un banco island¨¦s invert¨ªa el 75% de su valor
El beneficio, que iba a ser del 9%, no pas¨® del 1% el segundo a?o
Le daban el 25% del valor de su vivienda en efectivo y con los beneficios de la inversi¨®n tendr¨ªa suficiente para pagar las letras de la hipoteca e incluso alg¨²n dinero extra. "Hab¨ªa productos similares en el mercado, as¨ª que no desconfiamos".
Las cosas no salieron como promet¨ªan. "Los contratamos en 2006 y en el primer a?o, el beneficio no lleg¨® al 2%. El segundo baj¨® al 1%". Adem¨¢s de no cumplir con lo pactado, la empresa decret¨® suspensi¨®n de pagos en cuanto vio que la crisis econ¨®mica se iba a llevar por delante al banco Landsbanki. Dej¨® colgados a todos sus clientes con las hipotecas sin pagar.
Entre los afectados hay economistas y empresarios jubilados. El propio McInnes era directivo de una empresa de nuevas tecnolog¨ªas hasta que se retir¨®. Todos forman parte de un colectivo que ha denunciado al banco island¨¦s Landsbanki, todav¨ªa gestionado por el Estado, y a su filial en Luxemburgo por publicidad enga?osa y estafa continuada.
Sus casos se instruyen en el juzgado n¨²mero 2 de San Roque (C¨¢diz) y el n¨²mero 4 de Denia (Alicante). Calculan que les han estafado unos 65 millones de euros. Cada una de las viviendas por las que se interesaron rondaba los 500.000 euros. "Se denunci¨® en estas localidades porque all¨ª est¨¢n los despachos de los notarios con los que trabajaba el banco y fue donde se firmaron las escrituras de pr¨¦stamo", explica Santiago de la Cruz, letrado del despacho marbell¨ª Mart¨ªnez Echevarr¨ªa, P¨¦rez y Ferrero Abogados, y encargado de defender los intereses de este colectivo.
El supuesto timo, que calculan afect¨® a unas 600 personas en Europa, tiene ramificaciones en Francia y Portugal. Todos tienen un perfil similar. For¨¢neos con poder adquisitivo medio alto que, despu¨¦s de toda una vida trabajando, hab¨ªan adquirido una propiedad en una zona tur¨ªstica y aspiraban a vivir su vejez de forma tranquila. "Les captaban en reuniones organizadas en hoteles o boleras y se anunciaban en medios escritos en ingl¨¦s", explica De la Cruz. La filial lleg¨® a abrir una sucursal en Marbella.
"Hay casos verdaderamente dram¨¢ticos, como el de un expatriado que lo tramit¨® para pagar un tratamiento contra el c¨¢ncer para su esposa o el de maridos que todav¨ªa no han reunido fuerzas para decirles a sus esposas a lo que se enfrentan", a?ade McInnes, que tambi¨¦n ejerce como portavoz del colectivo.
En el momento en el que dejen de pagar la letra de la hipoteca, el banco puede reclamar la vivienda. Por eso, han pedido a los juzgados que no se ejecuten los embargos de las casas de forma cautelar hasta que se resuelva el futuro del banco island¨¦s.
El juez de Denia lo ha aceptado, pero el instructor de San Roque, que lleva los asuntos de Marbella, no se ha pronunciado. Ambos juzgados han remitido la causa a la Audiencia Nacional, por entender que afecta a v¨ªctimas de m¨¢s de una provincia.
"El colectivo tambi¨¦n se ha personado en la suspensi¨®n de pagos del banco de Luxemburgo y reclama que los contratos se consideren nulos", dice el abogado. Son conscientes de que la entidad, que atraviesa serios apuros econ¨®micos, no estar¨¢ dispuesta a olvidar tantas hipotecas tan f¨¢cilmente, pero no pierden la esperanza de llegar a un acuerdo.
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