Explosi¨®n controlada
La tard¨ªa dimisi¨®n de B¨¢rcenas como tesorero del PP da margen a Rajoy, pero es insuficiente
Luis B¨¢rcenas ha presentado su dimisi¨®n como tesorero del Partido Popular. Mantiene, sin embargo, su acta como senador por Cantabria. Con este gesto, Mariano Rajoy empieza, al fin, a depurar responsabilidades por la implicaci¨®n de algunos altos cargos de su partido en la trama de corrupci¨®n dirigida por Francisco Correa. Se trata, con todo, de un gesto limitado, y no s¨®lo por el hecho de que B¨¢rcenas abandone su puesto de manera supuestamente transitoria, seg¨²n se hace constar en los comunicados emitidos por el PP y el propio interesado; es limitado porque de los dos cargos que ostenta B¨¢rcenas, uno org¨¢nico y otro institucional, s¨®lo deja el que podr¨ªa afectar a la honorabilidad de su partido y no el que la compromete respecto a su representaci¨®n en el Senado. Si la direcci¨®n nacional del PP estuviera convencida de la absoluta inocencia de B¨¢rcenas tendr¨ªa que haber actuado al rev¨¦s: mantenerlo en su puesto org¨¢nico y exigir el abandono del cargo de senador. Detr¨¢s de esta decisi¨®n asoma de nuevo, en consecuencia, una utilizaci¨®n de las instituciones como parapeto contra la acci¨®n de los tribunales.
Las diversas instancias judiciales por las que ha transitado la instrucci¨®n del caso G¨¹rtel, desde la Audiencia Nacional hasta el Tribunal Supremo, pasando por el Tribunal Superior de Madrid, han considerado que los indicios contra B¨¢rcenas eran suficientes para imputarlo y, por tanto, la asunci¨®n de responsabilidades pol¨ªticas era inevitable. La ¨²nica inc¨®gnita es por qu¨¦ el PP ha escogido este momento. Y, sobre todo, por qu¨¦ lo ha escogido con la improvisaci¨®n que ayer qued¨® de manifiesto en la sede de la calle de G¨¦nova: mientras la secretaria general de los populares, Mar¨ªa Dolores de Cospedal, segu¨ªa defendiendo la continuidad de B¨¢rcenas como senador y tesorero, ¨¦ste trataba con Rajoy los t¨¦rminos de su dimisi¨®n. Una explicaci¨®n pol¨ªtica podr¨ªa ser tal vez que los dirigentes del PP han visto en la ventaja electoral concedida por el ¨²ltimo bar¨®metro del CIS al PP sobre el PSOE una oportunidad para neutralizar los efectos negativos del abandono de B¨¢rcenas y reforzar el liderazgo de Rajoy. La explicaci¨®n judicial tendr¨ªa que ver, en cambio, con la posibilidad de que sea inminente la tramitaci¨®n del suplicatorio para procesar a B¨¢rcenas, tras la deferencia del Tribunal Supremo al permitirle declarar bajo la ins¨®lita figura de "imputado provisional".
La explosi¨®n controlada que hay impl¨ªcita en la dimisi¨®n de B¨¢rcenas resuelve una parte de los problemas judiciales a los que se enfrenta el PP, pero a costa de acentuar otros. El presidente de la Generalitat valenciana, Francisco Camps, tiene a partir de ahora menos argumentos para no asumir responsabilidades pol¨ªticas por la causa que tiene pendiente en el Tribunal Superior de Justicia de su comunidad. Y la direcci¨®n nacional del PP, por su parte, subraya el doble rasero con el que est¨¢ abordando la situaci¨®n judicial de sus distintos dirigentes. Al margen de que deber¨ªa rendir cuentas por haber intentado desacreditar a jueces, fiscales y medios de comunicaci¨®n para desviar la atenci¨®n y transferir las responsabilidades de unos hechos que, finalmente, han llevado a la dimisi¨®n del tesorero del partido.
Aunque la dimisi¨®n se presente como transitoria, Rajoy ha ampliado su margen de actuaci¨®n en el tratamiento pol¨ªtico del caso G¨¹rtel. Pero son muchos, y muy graves, los asuntos que quedan pendientes, sin contar con los que se van a a?adir en los pr¨®ximos d¨ªas, vista la solidez de las pruebas que pesan sobre el Gobierno de Esperanza Aguirre por el espionaje pol¨ªtico. Ser¨ªa un error que el presidente del PP empleara ese margen para buscar la impunidad de los encausados, en lugar de hacerlo para desterrar la sombra de la corrupci¨®n que se cierne sobre su partido.
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