El ¨²ltimo tren
Si la oratoria de Dem¨®stenes era la expresi¨®n del refinamiento intelectual ateniense, Jos¨¦ Montilla no es el Dem¨®stenes catal¨¢n. Aunque quiz¨¢ tampoco podamos comparar nuestra pol¨ªtica con la ateniense. Consciente de que la pol¨ªtica es gesti¨®n, pero tambi¨¦n ideas y la capacidad de ser expresadas, el presidente de la Generalitat conoce su desventaja, que intenta compensar con el tema bien aprendido y agarrado a unas fichas que no siempre le son propicias. En te¨®rica desventaja con el l¨ªder de la oposici¨®n, Artur Mas, Montilla opta por la seguridad del gui¨®n y por rehuir al contrario. Pero como en el sumo, la mayor envergadura no lleva necesariamente a la victoria si el contrincante utiliza la fuerza ajena a su favor. Los encuentros parlamentarios de Mas y Montilla demuestran durante el curso pol¨ªtico que Mas, mejor orador, acaba en tablas y con cara de desesperaci¨®n buscando al contrincante. Como hasta ahora el poder, a Mas se le escapa Montilla.
Artur Mas parece un moderado apoyado, en lo que al proyecto nacional respecta, por un entorno radical claramente soberanista
Artur Mas afrontar¨¢ a partir de septiembre el curso m¨¢s importante de su carrera pol¨ªtica. Con la perspectiva de elecciones en noviembre de 2010, el l¨ªder de CiU preparar¨¢ lo que se perfila como su ¨²ltima campa?a electoral, su ¨²ltima oportunidad. Converg¨¨ncia i Uni¨® habr¨¢ pasado ocho duros a?os en el desierto que habr¨¢n hecho la democracia de este pa¨ªs m¨¢s saludable por una cuesti¨®n de alternancia democr¨¢tica. Pero Mas afronta su gran oportunidad con una br¨²jula extra?a que a veces despista. Tras articular la idea de la Casa Gran del Catalanisme, no se sabe todav¨ªa si su gran proyecto pol¨ªtico es la versi¨®n actualizada del pal de paller, que h¨¢bilmente situaba a Jordi Pujol en el centro del espectro pol¨ªtico, o la antesala de convertir a Converg¨¨ncia a una estrategia a la Ibarreche.
Artur Mas parece un moderado apoyado por un entorno m¨¢s radical por lo que al proyecto nacional respecta. Un entorno claramente soberanista, que est¨¢ a favor de poner el concierto econ¨®mico como objetivo pol¨ªtico y que convierte en ambiguo el horizonte pol¨ªtico de CiU. Artur Mas se mueve entre la ambici¨®n de mantener el electorado tradicional de CiU, en parte heredado de la UCD, y el intento de atrapar a los votantes m¨¢s radicales, flirteando con el independentismo. Pero Mas es consciente de que puede perder su electorado natural si no calcula bien la ambig¨¹edad.
Ungido sucesor por Jordi Pujol, Mas est¨¢ en un proceso de distanciamiento del l¨ªder hist¨®rico, que fuera del poder se expresa con mayor radicalidad. En dos ocasiones al menos, Mas ha pedido a Pujol, en foros de la direcci¨®n del partido, moderaci¨®n en las posiciones pol¨ªticas y en los debates internos, consciente de que radicalizar debates sobre las relaciones con Espa?a, el concierto econ¨®mico o una posici¨®n de dura confrontaci¨®n respecto a la financiaci¨®n puede pasarle factura a poco m¨¢s de un a?o de las elecciones en Catalu?a. El endurecimiento de las posiciones que expresa el ex presidente en los ¨²ltimos tiempos no coincidente con la pol¨ªtica moderada y pactista que tantos ¨¦xitos le procur¨® en la presidencia. Como Miquel Roca hab¨ªa dicho en alguna ocasi¨®n, Pujol nunca era tan moderado como cuando se acercaba una campa?a electoral. Exactamente lo que Mas pretende, aunque para ello tenga ahora que distanciarse de la l¨ªnea pujolista, consciente de que las elecciones las podr¨ªa ganar si no hay sobresaltos y la dureza de la crisis econ¨®mica erosiona a los partidos en el Gobierno catal¨¢n.
Tras sus buenos pero insuficientes resultados electorales, Mas sabe que su ¨²ltima oportunidad depende de una campa?a suave. Sobre todo, sin los aspavientos del notario cuando el PP se recupera como una alternativa de gobierno en Madrid tal como demuestran los datos de la ¨²ltima encuesta del CIS.
?Con qui¨¦n cuenta Mas? El nombramiento del sucesor desde arriba ha debilitado su control del partido, que a pesar de ser disciplinado, no es ¨¦l quien controla, sino Felip Puig quien lleva a?os trabaj¨¢ndoselo. Fue tambi¨¦n Puig y el entorno del presidente Pujol quienes impulsaron a Oriol Pujol como portavoz en el Parlament. Un cargo que disput¨® con Josep Rull y al que no ha sabido sacar el jugo esperado con m¨¢s ¨ªmpetu que consistencia.
Si Mas impone su l¨ªnea moderada, puede ganar las elecciones y llegar a la meta de una carrera con un duro proceso de aprendizaje personal y pol¨ªtico. Si pierde, puede pretender liderar la transici¨®n, pero dif¨ªcilmente conseguir¨¢ que no se abran las hostilidades entre los aspirantes internos y de ¨¦stos con la Uni¨® de Duran.
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