Phelps, a pecho descubierto
El nadador estadounidense rebaja su r¨¦cord del mundo de los 200 metros mariposa usando un ba?ador cl¨¢sico
La gracia con que se mueve Michael Phelps por el desastroso Mundial de Roma le hace m¨¢s grande. El martes sonre¨ªa y felicitaba a su rival, Paul Biedermann, un nadador de segunda fila que embuti¨® sus 100 kilos en un ba?ador impermeable y le arrebat¨® su r¨¦cord mundial de 200 metros libre. Podr¨ªa haber denunciado la estafa a la que hab¨ªan sido sometido ¨¦l y el p¨²blico. Los cient¨ªficos que trabajan en la FINA tienen documentos que demuestran que sin los ba?adores de Jaked y Arena este r¨¦cord habr¨ªa sido imposible, al menos por los participantes en este campeonato. Phelps, sin embargo, dej¨® el agua correr. Dijo que no se hab¨ªa entrenado lo suficiente. Que s¨®lo se empez¨® a preparar en marzo, con 10 kilos de sobrepeso, y que despu¨¦s de seis meses fuera de las piscinas sus tiempos eran aceptables. Ayer reapareci¨® en los poyetes de salida con sus gafas espejadas. "Nunca miro hacia atr¨¢s", dijo. "Las carreras que pasan, pasan". Las miles de personas que se agolparon en las gradas observaron su reacci¨®n tras el fracaso. Esperaban ver un hombre roto. Un megal¨®mano humillado. No fue exactamente as¨ª. Lo que vieron fue algo novedoso en cualquier caso. Vieron el pecho de un nadador, sus pectorales y sus abdominales al sol. Algo raro en estos Mundiales. Y vieron a Phelps nadar los 200 mariposa con la misma gracia con que Caravaggio debi¨® pintar La Incredulidad de Santo Tom¨¢s.
Hizo 1m 51,51s. Es la octava vez desde 2001 que rebaja su plusmarca
Su derrota del d¨ªa anterior estaba olvidada. "Nunca miro atr¨¢s", dijo
Pese a la gran carrera de Korzeniowski, nadie pudo evitar otra exhibici¨®n del campe¨®n
Sus rivales se obsesionan con imitar la batida de delf¨ªn, propia de la mariposa
Algunos ejecutivos de la FINA, preocupados por cuidar el dinero de la industria textil, argumentan que la carrera tecnol¨®gica que domina la nataci¨®n genera puestos de trabajo. Tal vez se refieran a los palafreneros de las piscinas. En Roma hay decenas. Todos los equipos los tienen. Aparecen antes y despu¨¦s de las pruebas para ayudar a sus se?ores a ponerse y a quitarse los trajes de goma. Uno de ellos debi¨® quitarle el mono al espa?ol Melqu¨ªades ?lvarez con una navaja, porque el sudor le hab¨ªa creado una especie de brea pegajosa que le sold¨® el poliuretano a la epidermis provoc¨¢ndole un ataque de histeria. Pero normalmente se les ve al final de las carreras, presurosos, para bajar la cremallera de la espalda a los nadadores y as¨ª liberarlos de la armadura que suele hacerles ampollas en el t¨®rax. Eso no ocurri¨® ayer con Phelps. Tampoco con el japon¨¦s Takeshi Matsuda. Ambos se lanzaron al agua a pecho descubierto.
"El martes, cuando le vi perder en los 200 libre, pens¨¦ que ten¨ªa alguna posibilidad", dijo el japon¨¦s. Matsuda, que nad¨® en la calle cuatro, se hab¨ªa preparado a conciencia concentr¨¢ndose antes del Mundial en la estaci¨®n granadina de Sierra Nevada para perfeccionar el nado subacu¨¢tico. La batida de delf¨ªn, propia de la mariposa y de la nataci¨®n subacu¨¢tica, es una de las t¨¦cnicas que han convertido a Phelps en el mejor de la historia. Sus rivales se obsesionan con imitarle. Intentan de ese modo evitar que el estadounidense se les escape en los virajes. Eso hizo Matsuda en Sierra Nevada, subiendo y bajando escaleras para fortalecer las piernas. No fue el ¨²nico. El polaco Pawel Korzeniowski, que nad¨® junto a Matsuda en la calle cinco, llevaba a?os prepar¨¢ndose para dar el golpe bajo el agua. Cuando terminaron los Juegos le dijo a su entrenador: "?No quiero entrenar ocho kil¨®metros diarios! Quiero hacer seis. El resto, lo necesito dedicar al nado subacu¨¢tico. No puede ser que Phelps me saque dos metros en cada viraje". Con este prop¨®sito, Korzeniowski se compr¨® una aleta de m¨¢s de un metro en Ucrania, para poner los pies y ejercitarse haciendo la patada del delf¨ªn durante horas. Ayer obtuvo su resultado. Junto al mono de Arena, sus virajes le permitieron adelantar a Matsuda en la ¨²ltima pared. Desde 2005 a 2009 hab¨ªa bajado 0,7 segundos y ayer, de una tacada, recort¨® su marca en m¨¢s de un segundo.
Nada de lo que hicieron sus rivales fue suficiente para frenar a Phelps en su prueba fetiche. "Sal¨ª a hacer 1,51 segundos [hizo 1m 51,51s]. Me propuse buscar aguas tranquilas en los primeros 50. Una vez que me qued¨¦ solo, todo fue seg¨²n el plan". Cuando toc¨® la pared hab¨ªa batido el r¨¦cord mundial de la prueba por octava vez desde el a?o 2001. A pecho descubierto.
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