Para¨ªsos fiscales: el infierno
?Por qu¨¦ los para¨ªsos fiscales son un infierno? Porque atraen a evasores de impuestos en sus pa¨ªses de origen, reduciendo en ¨¦stos la recaudaci¨®n, que debe recaer entonces sobre los paganos habituales. Y porque han sido y son protagonistas indispensables de la actual crisis financiera internacional: acogieron y acogen a una banca en la sombra y sin control, que distribuy¨® las hipotecas y otros activos t¨®xicos empaquetados y disfrazados por la gran banca de inversi¨®n, que acab¨® en la quiebra y requiri¨® el rescate ?a cargo de los contribuyentes! Sin contar los casos de lavado de dinero supersucio (de la droga, trata de blancas, de armas y dem¨¢s lindezas).
Los 40 potentes minienclaves semifeudales, rocas coloniales y Estados transfiscales absorben 8,2 billones (con b) de euros de particulares, que generar¨ªan 178.000 millones en impuestos, seg¨²n Tax Justice Network. El 13% del PIB mundial, estima la OCDE. El ¨²ltimo G-20 dio en abril la se?al para reconducir su tri¨¢ngulo evasi¨®n fiscal / secreto bancario / ausencia de supervisi¨®n financiera, hacia un intercambio de informaci¨®n con las Haciendas vecinas. No acab¨® con ellos, pese a proclamar que "la ¨¦poca del secreto bancario ha terminado". Los empuja s¨®lo a reformarse un poco, ergo los legitima, alegan cr¨ªticos radicales como Juan Hern¨¢ndez Vigueras (Al rescate de los para¨ªsos fiscales: la cortina de humo del G-20, Icaria).
Andorra empieza hoy a reconducir el secreto bancario, implantar la reforma fiscal y lanzar la asociaci¨®n con la UE
Quiz¨¢ no es bastante, pero s¨ª mucho. El primer ministro de Andorra desde el pasado d¨ªa 5 de junio, el joven socialdem¨®crata Jaume Bartumeu presenta hoy al Consell General (Parlamento), el proyecto de ley que levantar¨¢ parcialmente el secreto bancario. Es el trampol¨ªn para sacar por siempre al pa¨ªs pirenaico de la lista de sospechosos, y seguir¨¢ con la firma de varios convenios de doble imposici¨®n. Forma parte de un paquete de medidas que abarca pagar impuestos en serio por vez primera: sobre las rentas bancarias del capital; sobre beneficios empresariales; sobre el consumo (IVA); sobre las rentas del trabajo superiores a 35.000 euros (un tipo del 10%, de momento).
Cuando culmine esas tareas, a final de a?o, el cap de Govern pedir¨¢ a Bruselas un ambicioso acuerdo de asociaci¨®n, que supere la reticente y fragmentaria cooperaci¨®n actual, tan miserable que no da ni para reconocer los t¨ªtulos acad¨¦micos. Un dise?o apasionante, que puede rastrearse en el texto de los profesores Vil¨¤ y Clavera Andorra i Europa, el canvi necessari (Edicions del GPS).
El cambio andorrano es una revoluci¨®n tranquila. Empez¨® en 2001, cuando el hoy primer ministro ya propuso la "herej¨ªa" de pagar impuestos: alcanz¨® 4 esca?os, de 28. En 2005, ya con 12 parlamentarios, insisti¨® en la reforma fiscal y lanz¨® la idea de la asociaci¨®n con la UE. Hasta el pasado 26 de abril, en que logr¨® mayor¨ªa suficiente (14).
?Por qu¨¦ esa peregrinaci¨®n? Internamente, porque "la gente ten¨ªa miedo de los impuestos directos, pero vio c¨®mo proliferaban los indirectos", recuerda. Y gracias a presiones externas, que ilustran la interrelaci¨®n entre el mundo global y el local, lo glocal. En torno a la cumbre del G-20, Nicolas Sarkozy amenaz¨® con abdicar como copr¨ªncipe si Andorra no se pon¨ªa las pilas, amenaza que encajaba con su estrategia de abanderar una supervisi¨®n financiera mundial. Liechtenstein qued¨® despanzurrado como escondite de fortunones alemanes. El andorrano com¨²n escuch¨®, vio y pens¨® que el tozudo Jaume deb¨ªa tener raz¨®n. Le vot¨®. Hoy Andorra empieza a salir del secular falso para¨ªso. Le queda un intenso trecho hasta la modernidad.
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