Autogobierno hacia adentro
La constituci¨®n de Euskadi como comunidad pol¨ªtica por primera vez en la Historia, que se consagra en la Constituci¨®n de 1978 y el Estatuto de Gernika, puso en las manos de las instituciones vascas la capacidad de operar sobre los aspectos m¨¢s importantes en la vida de la ciudadan¨ªa. Como consecuencia del gran pacto incluyente que alumbr¨® el Estatuto, hoy disfrutamos de un servicio vasco de salud y de un sistema de protecci¨®n social que han sido modelo, se puso en marcha la primera televisi¨®n auton¨®mica del Estado, tenemos una Polic¨ªa Aut¨®noma integral, hemos hecho nuestro modelo educativo, gestionamos los puertos, las carreteras y los ferrocarriles dentro de la comunidad, etc. Pero, sobre todo, disfrutamos de un sistema fiscal propio que pone en nuestras manos la mayor herramienta de transformaci¨®n de la sociedad: la capacidad para redistribuir los recursos. Hasta tal punto es as¨ª, que 9 de cada 10 euros que recaudamos se quedan en Euskadi.
Hay duplicidades palmarias en el gasto y se ralentiza la toma de decisiones
La LTH de 1983 requiere una seria evaluaci¨®n de sus luces y sombras
Pero el autogobierno hay que evaluarlo tambi¨¦n hacia adentro. Porque el autogobierno vasco no culmina con la aprobaci¨®n del Estatuto de Gernika (incluso se podr¨ªa decir que el proceso auton¨®mico nunca culmina, pues est¨¢ en permanente evoluci¨®n). Lo cierto es que, formalmente, culmina en 1983 con la Ley de Territorios Hist¨®ricos (LTH), que instaura una suerte de modelo confederal provincialista, basado en la bilateralidad entre administraciones vascas y en la bilateralidad con el Estado. Se prima as¨ª el modelo de inspiraci¨®n netamente foral, frente a una visi¨®n nacional o de pa¨ªs. Y en este punto somos especialmente cr¨ªticos.
Son varios los autores y diversos los estudios que denuncian la "p¨¦rdida de calidad de la autonom¨ªa" en Euskadi ocasionada por la colisi¨®n y la invasi¨®n de competencias que se produce entre el Gobierno vasco y las Diputaciones Forales y, por supuesto, entre ¨¦stas y los ayuntamientos. Efectivamente, esta colisi¨®n y duplicidad se da sistem¨¢ticamente en sectores como la asistencia y los servicios sociales, la agricultura y la ganader¨ªa o en la promoci¨®n econ¨®mica y el turismo, lo que, unido a una falta palmaria de liderazgo y de armonizaci¨®n en las pol¨ªticas, ha provocado desajustes muy importantes.
As¨ª, a d¨ªa de hoy, algunos ciudadanos de Guip¨²zcoa tienen hasta un 250% menos de cobertura en asistencia social que un ciudadano igual de vasco, pero que viva en Vitoria-Gasteiz. Hoy todos los ciudadanos alaveses que as¨ª lo soliciten tienen derecho al pago de los libros de texto para la educaci¨®n obligatoria de sus hijas e hijos, mientras que los vizca¨ªnos no. O estos ciudadanos, los vizca¨ªnos, junto a los guipuzcoanos no tienen derecho a un peaje social para las autopistas, del que sin embargo s¨ª disfruta la ciudadan¨ªa alavesa.
Podr¨ªamos seguir con ejemplos del resultado que ha arrojado la falta de una pol¨ªtica nacional o de pa¨ªs junto con el desarrollo equivocado de una ley, la de Territorios Hist¨®ricos de 1983, que requiere una seria evaluaci¨®n de sus luces y sombras. Reformar entre todos esta ley es un compromiso ineludible para los responsables pol¨ªticos en Euskadi.
Como lo es tambi¨¦n la aprobaci¨®n de una ley Municipal que reconozca la mayor¨ªa de edad de nuestras entidades locales. Que les dote de mecanismos de financiaci¨®n estables y previsibles en lo tocante a sus competencias y que garantice su presencia con pleno derecho en el Consejo Vasco de Finanzas, una reivindicaci¨®n hist¨®rica de nuestros ayuntamientos que cobra mayor sentido en la actual situaci¨®n de crisis econ¨®mica y de bajada dr¨¢stica de la recaudaci¨®n.
A pesar de que se haya trasladado que est¨¢ dedicado exclusivamente al denominado monotema, el acuerdo que hemos suscrito entre el PSE y el PP del Pa¨ªs Vasco tambi¨¦n garantiza la aprobaci¨®n de esta ley Municipal en la presente legislatura. Y hace falta esa ley no s¨®lo porque seamos la ¨²nica comunidad del Estado que no la tiene, sino porque su inexistencia, junto a las deficiencias provocadas la ineficaz aplicaci¨®n de la Ley de Territorios Hist¨®ricos y a la falta de una pol¨ªtica de pa¨ªs mencionada anteriormente, han provocado duplicidades palmarias en el gasto de una misma competencia y vienen ralentizando y dificultando la toma de decisiones p¨²blicas en el ya de por s¨ª complicado entramado institucional vasco.
Hemos accedido al Gobierno vasco, entre otras muchas cosas, para tratar de cambiar esta realidad. Y queremos cambiarla sin negar las cosas positivas: tanto las realizadas por el PNV -en solitario o junto a otras formaciones pol¨ªticas-, como las que se derivan del buen desarrollo de nuestro marco de autogobierno, incluida la Ley de Territorios Hist¨®ricos. Porque la Euskadi del siglo XXI no puede depender fundamentalmente de nuestra historia pasada, sino del proyecto de futuro con el que consigamos ilusionar a la sociedad.
Jos¨¦ Antonio Pastor Garrido y ?scar Rodr¨ªguez Vaz son portavoz y secretario general del Grupo Parlamentario Socialistas Vascos-Euskal Sozialistak.
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