Las bolas de Obama
Obama, recibido como el mes¨ªas, ha perdido ya su traje de Superm¨¢n para convertirse en un malabarista a pie de calle que realiza un dif¨ªcil juego de precisi¨®n con al menos seis bolas en el aire. Todav¨ªa no se le ha ca¨ªdo ninguna pero los espectadores, lo dicen los sondeos que reflejan una moderada ca¨ªda de popularidad del presidente hasta un 53%, temen que el artista pierda la magia que ha encantado al mundo en el fulgurante arranque del espect¨¢culo.
Primera bola. Es roja, es posiblemente la m¨¢s pesada y dif¨ªcil de manejar y su vuelo depende en gran medida del contrapeso del Congreso: la reforma sanitaria, que legitimar¨¢ pol¨ªticamente o quebrar¨¢ la presidencia Obama. Barack ha decidido jugarla a fondo porque el pa¨ªs que dedica m¨¢s dinero a la sanidad recibe una asistencia insoportablemente deficiente, que amenaza con quebrar las finanzas p¨²blicas, dejando adem¨¢s a 46 millones de ciudadanos sin cobertura m¨¦dica alguna. Ocurre que cuanto m¨¢s explica el presidente lo que pretende hacer, en di¨¢logos directos con la poblaci¨®n salt¨¢ndose al Capitolio, los ciudadanos menos lo entienden y dudan de la bondad de un cambio de sistema. Algo ininteligible visto desde Europa. Como tampoco se entiende, afecta a la agenda dom¨¦stica de Obama, el autismo de Wall Street, que sigue a su bola y no ha aprendido nada. El fiscal de Nueva York denunciaba el jueves que dos ex grandes bancos: Citigroup y Merrill Lynch, pagaron a 1.400 ejecutivos bonos por m¨¢s de un mill¨®n de d¨®lares por cabeza en 2008, tras perder 55.000 millones de d¨®lares.
A¨²n no se le ha ca¨ªdo ninguna, pero los sondeos reflejan un descenso de su popularidad hasta el 53%
Bola n¨²mero dos. Oriente Pr¨®ximo. Desde la llegada de Obama a la presidencia, s¨®lo un pa¨ªs, entre 25 grandes naciones, ha empeorado su relaci¨®n con Estados Unidos: Israel. El sondeo multinacional, con 27.000 encuestados, Pew Global Attitudes Project (pewglobal.org), que pregunta como el mundo ve a Estados Unidos, refleja una clara mejor¨ªa de su imagen y de su pol¨ªtica exterior desde el comienzo de la presidencia Obama. La esponja de Barack ha servido para lavar esa cara fea de Estados Unidos. ?ste es, por ahora, el primer ¨¦xito medible de la Am¨¦rica de Obama. La remontada de imagen se produce sobre todo en Europa occidental: Alemania (sube un 79%), Francia (78%) y Espa?a (un 64% ). Tambi¨¦n es notable en Latinoam¨¦rica, sobre todo, por este orden, en M¨¦xico, Brasil y Argentina. China e India tambi¨¦n perciben m¨¢s positivamente el papel de EE UU en el mundo, no as¨ª Rusia, donde s¨®lo 1 de cada 3 rusos cree en Obama. La esponja no funciona tan bien en el mundo musulm¨¢n, con las excepciones de Egipto, y el entusiasmo que desata Barack, por motivos familiares, en Indonesia. La animosidad contra EE UU no cede, y es profunda, en Pakist¨¢n, los territorios palestinos y Turqu¨ªa.
Washington e Israel parecen llevar un rumbo de colisi¨®n. Obama, como le ocurri¨® en 1996 a Bill Clinton, ha chocado con Benjam¨ªn Netanyahu con la exigencia de que detenga la construcci¨®n de nuevos asentamientos de colonos jud¨ªos en Cisjordania. Esta semana Obama envi¨® a Jerusal¨¦n al zar de Oriente Pr¨®ximo, George Mitchell, al secretario de Defensa, Robert Gates, y a su consejero de Seguridad Nacional, para tratar de abrir brecha en la muralla del Gobierno derechista israel¨ª e impedir que sabotee el proceso de paz con los palestinos. Pero la historia se repite. "?Qui¨¦n co?o se cree que es el jodido Netanyahu?" Esta reveladora frase la pronunci¨® Clinton, encendido tras su primera entrevista con Bibi Netanyahu hace 13 a?os. Lo cuenta Aaron David Miller, consejero para Oriente Pr¨®ximo de seis secretarios de Estado norteamericanos, en su brillante libro de sugerente t¨ªtulo The much too promised land (La tierra demasiado prometida).
Bola tres. Ir¨¢n. ?Y si la calle gana la partida a los cl¨¦rigos?, o, por el contrario, Ahmadineyad, apoyado en los Guardianes de la Revoluci¨®n, triunfa y endurece su postura contra el Gran Sat¨¢n yanqui ?Qu¨¦ debe hacer Obama? ?Pedir tiempo, mantener la oferta de negociar, o aceptar finalmente la bomba isl¨¢mica?
Bola tres. Afganist¨¢n. La guerra de Obama, que los norteamericanos aceptan a rega?adientes tras la sangr¨ªa de Irak, y que es rechazada de plano por las opiniones p¨²blicas occidentales. Bola cuatro. Rusia. Bola cinco. El cambio clim¨¢tico. Bola seis. China. El encuentro de esta semana en Washington consolida la imagen del verdadero G-2. "Esta relaci¨®n va a definir el siglo XXI", Obama dixit. ?Y Europa? No est¨¢, ni se le espera. La peque?a y pesquera Islandia toca a la puerta de la UE y nos anuncian que el brit¨¢nico Tony Blair, ?le recuerdan? podr¨ªa ser nuestro primer presidente. De momento, 32.000 ciudadanos ya han firmado en contra (stopblair.eu). fgbasterra@gmail.com
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