Casas Viejas protege su pasado
Cultura declara Bien de Inter¨¦s Cultural los sitios y los documentos sobre la revuelta de los campesinos anarquistas en 1933 que termin¨® con 26 asesinatos
Lo que ocurri¨® fue tan atroz que hasta el pueblo se borr¨® del mapa. Casas Viejas, un municipio de la comarca de la Janda gaditana con 3.000 habitantes -casi todos jornaleros que viv¨ªan en chozas y trabajaban las tierras de varias familias ricas- dej¨® de existir en 1936. El miedo lo ocult¨® bajo el nombre de Benalup de Sidonia, un miedo que mantuvo el silencio durante d¨¦cadas y del que sus habitantes comenzaron a zafarse en 1998, cuando el pueblo recuper¨® su nombre y, con ¨¦l, su dignidad. Ahora, en Benalup-Casas Viejas no hay que bajar la voz cuando se habla de los sucesos que comenzaron el 10 de enero de 1933 en el local del sindicato Los Invencibles, con la sublevaci¨®n de los campesinos anarquistas, y que terminaron al amanecer del d¨ªa 12. La revuelta se sald¨® con la muerte de 26 personas, entre ellos 12 hombres del pueblo que la Guardia de Asalt¨® fusil¨® como represalia. S¨®lo cinco hab¨ªan participado en la proclamaci¨®n del comunismo libertario. Nadie tendr¨¢ que esconderse, ni bajar la voz nunca m¨¢s para preservar la memoria de aquellos que decidieron luchar contra el Gobierno de la II Rep¨²blica por mejorar sus condiciones de vida. Los lugares en los que se desarrollaron los sucesos de Casas Viejas van a inscribirse en el Cat¨¢logo General del Patrimonio Hist¨®rico Andaluz como Bien de Inter¨¦s Cultural (BIC) en la tipolog¨ªa de Sitio Hist¨®rico.
El pueblo contar¨¢ con un centro de interpretaci¨®n para analizar los hechos
La declaraci¨®n de BIC, pendiente a¨²n de su publicaci¨®n en el Bolet¨ªn Oficial de la Junta de Andaluc¨ªa (BOJA), implicar¨¢ preservar lo que queda en el pueblo de esos lugares y la documentaci¨®n con los testimonios de testigos y descendientes de las v¨ªctimas. Para algunos, como Manuela Lago, sobrina y nieta de dos de los anarquistas que perecieron en la revuelta, la declaraci¨®n de BIC es un paso muy importante. "Para m¨ª esto es lo m¨¢s grande. Ahora es cuando ellos van a descansar en paz", afirma Manuela, quien lleva el nombre de su t¨ªa que muri¨® acribillada a los 17 a?os."El olvido ha sido m¨¢s por ignorancia que por maldad", dice resignado Juan P¨¦rez Silva, hijo de una de las protagonistas de la sublevaci¨®n: Mar¨ªa Silva Cruz, La Libertaria. Juan, de 75 a?os, no se acuerda de su madre, ¨¦l ten¨ªa poco m¨¢s de un a?o cuando se la llevaron. Estaba embarazada de seis meses. Ha puesto ya tres denuncias ante la Audiencia Nacional para saber d¨®nde est¨¢n sus restos y qu¨¦ pas¨® desde que se la llevaron de su casa de Paterna hasta que, un mes despu¨¦s, muri¨® ejecutada.
"Cada d¨ªa que pasa soy m¨¢s rebelde. Si despu¨¦s de 40 a?os de dictadura, 30 de democracia y 20 de PSOE no se ha aclarado nada, apaga y v¨¢monos. Esto no tiene arreglo", lamenta Juan desde su casa de San Jos¨¦ del Valle. La Libertaria fue una de las protagonistas de la sublevaci¨®n que un grupo de campesinos anarquistas realizaron en Casas Viejas, siguiendo las consignas de la CNT, que hab¨ªa planeado una insurrecci¨®n nacional para el 8 de enero de 1933. La brutalidad con la que el Gobierno de la II Rep¨²blica aplast¨® la revuelta fue, en opini¨®n de muchos historiadores, uno de los detonantes de la dimisi¨®n de Manuel Aza?a como presidente del Gobierno.
"La declaraci¨®n de BIC ten¨ªa que haberse hecho mucho antes, como ha pasado en otros pa¨ªses. Yo no quiero saber qui¨¦nes fueron sus verdugos, porque los hijos de esos se?ores son hoy mis amigos. Un hijo no puede escoger a su padre. Yo no busco revanchas, pero la palabra perd¨®n, para m¨ª, suena a hueco. Creo que el hombre que amarra a una mujer embarazada y abusa de ella durante un mes no tiene perd¨®n. Lo s¨¦ porque me lo cont¨® el cocinero que hac¨ªa los potajes para los se?ores", dice el hijo de La Libertaria quien, como el resto de los implicados, lucha para que esa memoria no se pierda.
A partir de ahora, el trabajo de investigaci¨®n de los familiares y, especialmente, de los historiadores Salustiano Guti¨¦rrez y Jos¨¦ Gonz¨¢lez y la antrop¨®loga Bel¨¦n G¨®mez estar¨¢ protegido por la declaraci¨®n de BIC.
Adem¨¢s de un centro de interpretaci¨®n que ocupa el lugar en el que se alzaba la choza de Curro Cruz, Seisdedos, en la que los anarquistas resistieron hasta perecer calcinados; Cultura proteger¨¢ lo poco que queda de aquellos d¨ªas. Tanto el local del sindicato en el que se decidi¨® la insurrecci¨®n, como la fonda en la que mont¨® su cuartel la Guardia de Asalto de la Rep¨²blica, el antiguo Cementerio o la choza de los Seisdedos ya no existen tal y como fueron entonces. Lo que s¨ª permanece intacto es parte del cuartel de la Guardia Civil, que ahora es la casa de Catalina S¨¢nchez. "Esto siempre fue de mi familia. Cuando pas¨® todo eso mi abuela lo ten¨ªa alquilado a la Guardia Civil. Pagaban 12 duros al mes", recuerda la anciana. Manuela Lago, de 53 a?os, se emociona cuando ve la escalera. La nieta de Francisco Lago, que no supo lo que hab¨ªa pasado en su familia hasta los 16 a?os porque el tema era tab¨², recorr¨ªa todas las tumbas del cementerio buscando los nombres de los suyos. "Lo hac¨ªa siempre, hasta que me enter¨¦ de que fueron a la tierra. Me dijeron que estaban entre las dos palmeras y, desde entonces, pasaba por los lados; para no pisarlos", recuerda.
Enero de 1933
- Madrugada del 11. Los campesinos anarquistas rodean a la Guardia Civil e hieren de muerte a dos guardias.
- Tarde del 11. Llega la Guardia de Asalto. Comienzan las detenciones. Rodean la choza de Seisdedos donde se refugian algunos sublevados.
- Medianoche. Llegan 90 Guardias de Asalto. Queman la choza y mueren 8 personas.
- 7 de la ma?ana del 12. Detienen a 12 hombres del pueblo y los fusilan.
- Mueren 26 personas. Tres son guardias. Cinco han participado en la revuelta. El resto, son inocentes.
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