Sat¨¦lites contra cr¨ªmenes y dictaduras
El servicio ofrecido por Google Earth ayuda a los investigadores a descubrir campos de internamiento, fosas comunes y huellas de matanzas
Cuando Curtis Melvin regres¨® de Corea del Norte en 2005 y empez¨® a buscar en Google Earth las im¨¢genes de los lugares que hab¨ªa visitado, no imaginaba que el resultado de ese trabajo dar¨ªa la vuelta al mundo. Este estudiante de doctorado de la Universidad George Mason de Washington deseaba utilizar la p¨¢gina digital para localizar monumentos pero acab¨® identificando instalaciones nucleares y fosas comunes.
Su trabajo, resumido en la p¨¢gina web North Korea Uncovered (Corea del Norte al descubierto) y descargado 150.000 veces en dos a?os, es el ejemplo m¨¢s destacado de lo que los ciudadanos pueden conseguir con im¨¢genes por sat¨¦lite al alcance de todos los que tengan una buena conexi¨®n a Internet.
Un estudiante hall¨® instalaciones ocultas del r¨¦gimen de Corea del Norte
"Colgu¨¦ en la red la primera versi¨®n del mapa [de Corea del Norte] en abril de 2007. Desde entonces decenas de personas de todo el mundo han empezado a enviarme se?ales", explica Melvin por tel¨¦fono desde su despacho de Washington. "Empezamos a publicar sitios que nadie hab¨ªa visto en Occidente": la red el¨¦ctrica, las carreteras principales y tambi¨¦n la red de ferrocarril con paradas a las puertas de las lujosas residencias del dictador norcoreano Kim Jong-il, testimonio de la enorme distancia entre la vida de la poblaci¨®n y la del querido l¨ªder.
Pero hay dos im¨¢genes que llaman la atenci¨®n entre las decenas que han sido publicadas en su mapa. La primera es la de los mont¨ªculos que cubren las colinas cerca de la ciudad de Hamhung, al noroeste del pa¨ªs. Seg¨²n las informaciones recogidas por Melvin, los circulitos que puntean la tierra son las fosas comunes donde se enterraron a centenares de miles de norcoreanos que murieron a causa de la tremenda hambruna que el pa¨ªs sufri¨® a finales de los noventa. La segunda es la de los campos de trabajo donde est¨¢n encerrados los prisioneros pol¨ªticos del r¨¦gimen de Pyongyang.
Melvin pudo localizar las im¨¢genes gracias a Joshua Stanton. Este abogado que trabaj¨® hasta 2002 para el Ej¨¦rcito de EE UU en Corea del Sur, ha pasado los ¨²ltimos a?os recogiendo documentaci¨®n sobre las violaciones de los derechos humanos en la mitad norte de la pen¨ªnsula coreana. "A partir de 2003 empezaron a conocerse los testimonios de los supervivientes y sus descripciones de los campos de concentraci¨®n", cuenta Stanton, "pero fue s¨®lo gracias a Google Earth que consegu¨ª comparar las informaciones que ten¨ªa para buscar las instalaciones en los mapas por sat¨¦lite y poderlas describir. En las im¨¢genes se ve todo lo que el Gobierno norcoreano ha desmentido siempre".
Para sus pesquisas, Stanton aprovech¨® los datos de un informe publicado en 2003 por el US Human Rights Committee, una ONG que desde 2001 investiga los cr¨ªmenes del r¨¦gimen de Kim Jong-il. En el documento estaban las im¨¢genes a¨¦reas de algunos de los campos que la organizaci¨®n hab¨ªa conseguido de archivos desclasificados por las agencias federales. Pero Stanton pudo localizar en Google Earth al menos un kwan-li-so (como se llaman en coreano los campos de trabajo) del que no se ten¨ªan fotos. "Utiliz¨® las coordenadas que nosotros ten¨ªamos y lleg¨® a tener im¨¢genes nuevas como las del campo 16", reconoce el director general de la ONG y ex dirigente del Pent¨¢gono, Chuck Downs, "as¨ª que en la pr¨®xima edici¨®n del informe incorporaremos tambi¨¦n los descubrimientos de Stanton". Downs, que durante muchos a?os fue asesor del Congreso estadounidense para asuntos de Corea del Norte, subraya que "el Comit¨¦ fue la primera organizaci¨®n en entender la importancia del an¨¢lisis de las im¨¢genes satelitales para investigar violaciones de los derechos humanos".
Contaban desde luego con un antecedente importante. El 10 de agosto de 1995, la entonces embajadora de Estados Unidos ante la ONU, Madeleine Albright, mostr¨® al Consejo de Seguridad fotos a¨¦reas de Srebrenica, en Bosnia-Herzegovina: las im¨¢genes en secuencia temporal fueron presentadas como prueba de la matanza cometida por las tropas serbobosnias contra la poblaci¨®n musulmana.
El mismo tipo de an¨¢lisis podr¨ªa ahora reabrir la investigaci¨®n sobre uno de los episodios m¨¢s controvertidos de la guerra de Afganist¨¢n: la masacre, en noviembre de 2001, de miles de talibanes prisioneros del se?or de la guerra, aliado de Estados Unidos, Abdul Rashid Dostum.
La organizaci¨®n Physicians for Human Rights (PHR), que hall¨® en 2002 una fosa com¨²n en Dash i Leili, en el sur del pa¨ªs, donde se supone que se enterraron los cad¨¢veres de los milicianos, encarg¨® a la American Association for Advanced Science (AAAS, editora de la revista Science) una investigaci¨®n sobre las im¨¢genes por sat¨¦lite de la zona. "Estuvimos all¨ª en 2002 y, con las coordinadas exactas, pudimos recuperar las im¨¢genes anteriores a 2008 y ver qu¨¦ hab¨ªa pasado", explica desde Boston la subdirectora de PHR, Susannah Sirkin. "A partir de 2006 las fotos revelan que la tierra ha sido movida", a?ade. Para Sirkin es la confirmaci¨®n de la sospecha de la ocultaci¨®n de pruebas de los responsables de la matanza.
El 11 de julio, The New York Times cit¨® el trabajo de PHR en un reportaje sobre la complicidad de la Administraci¨®n Bush en el fracaso de las investigaciones. Un d¨ªa despu¨¦s, el presidente Barack Obama anunci¨® la intenci¨®n de reabrir al caso. "Investigar de verdad lo que pas¨®", dice Sirkin, "es importante para Afganist¨¢n y tambi¨¦n para Estados Unidos".
El doble uso de las im¨¢genes sensibles
Si la difusi¨®n de las im¨¢genes a¨¦reas por Internet ha despertado el entusiasmo de los activistas de los derechos humanos, la otra cara de la moneda es la seguridad nacional. Desde que Google Earth fue lanzado en 2005, ha habido una sucesi¨®n de quejas por parte de gobiernos preocupados por el peligro de que las fotos por sat¨¦lite puedan ayudar a terroristas a planear ataques en ciudades y lugares sensibles o contra las tropas desplegadas en misiones internacionales. El caso m¨¢s llamativo fue el del atentado a los hoteles Taj Mahal y Oberoi-Trident de Bombay de noviembre de 2008, que caus¨® m¨¢s de 170 muertos. El ¨²nico detenido admiti¨® que los comandos que atacaron los hoteles se hab¨ªan entrenado con los mapas de Google Earth.
Otro caso que reabri¨® el debate fue el descubrimiento de una instant¨¢nea de 2006 de la base militar de Shamsi (Pakist¨¢n) en la que aparec¨ªan tres aviones no tripulados Predator. La imagen -todav¨ªa visible en el archivo digital de The Times- probaba que las fuerzas estadounidenses usaron la base para sus operaciones en el conf¨ªn entre Afganist¨¢n y Pakist¨¢n. Las autoridades paquistan¨ªes hab¨ªan siempre negado haber concedido el uso de bases en su territorio para ataques con drones en Afganist¨¢n o Pakist¨¢n.
Un caso muy parecido al que revel¨® el The Daily Telegraph en 2007: en las casas de algunos insurgentes iraqu¨ªes se hab¨ªan encontrado im¨¢genes de la base brit¨¢nica de Basora, en Irak. El episodio, seg¨²n un informe de la agencia estatal estadounidense Open Source Center, marc¨® un antes y un despu¨¦s en las relaciones de Google Earth con los Gobiernos. "Despu¨¦s del accidente de Basora [se lee en el documento] Google Earth empez¨® a negociar directamente con los gobiernos para tranquilizarles. As¨ª acord¨® borrar las im¨¢genes de las bases brit¨¢nicas en Irak y otras instalaciones". Fuentes de Google Earth aseguran que la pol¨ªtica actual de la empresa es eliminar las im¨¢genes consideradas sensibles bajo petici¨®n de gobiernos, instituciones o incluso ciudadanos privados.
Para los expertos que han utilizado el servicio de Google en las investigaciones sobre violaciones de derechos humanos, los temores son injustificados. "En determinadas ocasiones se tiene que tener en cuenta el riesgo para la seguridad nacional -comenta Lars Bromley, director del programa Tecnolog¨ªas geo-espaciales y Derechos humanos de la American Association for Advanced Science-, pero creo que si alguien quisiera hacer un atentado igual le valdr¨ªan los mapas tradicionales o visitar el lugar. Y tampoco es tan sencillo usar las im¨¢genes por sat¨¦lite. No es lo que se ve en las pel¨ªculas. La calidad de las fotos no permite ver todo lo que se quisiera".
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