Llega el banquero tranquilo
La banca es una de las mayores canteras de prejubilados tempranos. Sin embargo, hay quien es llamado a una segunda vida profesional, para torear desaf¨ªos de altura. Le ocurri¨® ya a Jos¨¦ Mar¨ªa Ayala, nuevo presidente del Instituto del Cr¨¦dito Oficial (ICO), en 2004. Hab¨ªa dejado a un lado una larga carrera en el sector financiero privado y, en particular, en el BBVA, cuando el Gobierno tripartito catal¨¢n le busc¨® para hacerse cargo de una patata caliente: sanear la entidad de cr¨¦dito p¨²blico de la Generalitat, el Instituto Catal¨¢n de Finanzas (ICF). Era un gestor de perfil t¨¦cnico, con formaci¨®n de abogado y con ba?o de experiencia internacional, ya que hab¨ªa presidido el BBVA Banco Ganadero de Colombia.
Tras los 23 a?os con CiU en el poder, el ICF se hab¨ªa convertido, seg¨²n la izquierda, en una especie de "m¨¢quina de favores" para empresarios afines, y no necesariamente con un proyecto empresarial boyante, como la textil Puigner¨® o la audiovisual Lauren. Una de las pr¨¢cticas con las que se hab¨ªan propuesto terminar los socialistas era la de que los propios departamentos del Gobierno fueran quienes avalaran los cr¨¦ditos: en caso de impago, ten¨ªan que hacerse cargo de la deuda, de modo que durante a?os se habl¨® de subvenciones encubiertas. A¨²n hoy, la Generalitat debe responder de cr¨¦ditos por 72 millones.
Ayala dio un vuelco al ICF como a un calcet¨ªn, tras cerrar temporalmente el grifo de los cr¨¦ditos. El banco sali¨® de los n¨²meros rojos en 2005 y volvi¨® a incrementar la actividad sobre unas nuevas bases m¨¢s s¨®lidas, en las que la morosidad se rebaj¨® de cuajo, aunque en 2008, en plena crisis, ¨¦sta se volvi¨® a disparar al 5,3%, un nivel similar al que se encontr¨® a su llegada. Algunas inversiones s¨ª se le han atragantado, y, en particular, ha pagado cara, como el sector privado, la participaci¨®n del ICF en la financiaci¨®n a Habitat para comprar la inmobiliaria de Ferrovial.
Pero el gran term¨®metro para medir su actuaci¨®n en el ICO ser¨¢ muy distinto: lograr apagar el clamor sobre la falta de cr¨¦dito que llega desde las empresas. Quienes conocen a Ayala, que ha optado por vivir entre Madrid y Barcelona en lugar de elegir un traslado a la capital, coinciden en que, lo mismo que afront¨® su reto anterior con calma pasmosa, dif¨ªcilmente se le ver¨¢ alterado por el trabajo en este nuevo envite. Su talante es tranquilo, austero. Habla bajito y a menudo echa mano de un contenido sentido del humor y una fina iron¨ªa. El Bar?a, la lectura y el mar son su gran afici¨®n. -
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