Artes exquisitas del siglo XVIII

El Museo Municipal de Arte muestra en el cuartel del Conde Duque la exposici¨®n Lo exquisito. Artes suntuarias del siglo XVIII, formada con fondos del Museo Municipal de Historia, ahora en obras. En ella se invita al visitante a recrear su mirada con selectas producciones de manufacturas art¨ªsticas y artesanales de cristal, porcelana, madera pol¨ªcroma o metales preciosos en f¨¢bricas cuya creaci¨®n fue inducida por la Corona en Madrid durante aquella laboriosa centuria.

De su impulso surgieron los primeros mimbres industriales del futuro bastidor productivo madrile?o. Hasta entonces y desde la Edad Media, la espader¨ªa y la armer¨ªa de fuego hab¨ªan sido los ¨²nicos aunque muy principales vectores. La armer¨ªa fue singularmente descollante en Madrid gracias al empleo de aleaciones procedentes de herraduras de caballer¨ªas en la fundici¨®n de los ca?ones.

Ya en el siglo de la Ilustraci¨®n -espoleado por el ideario racionalista y aplicado por personas emprendedoras como el platero Antonio Mart¨ªnez, en el paseo del Prado, o Juan de Goyeneche que llev¨® sus batanes hasta Nuevo Bazt¨¢n- surgi¨® un refulgente collar de f¨¢bricas en torno a Madrid: tapices de Santa B¨¢rbara, cerca de la iglesia de igual nombre; porcelanas del Retiro, factor¨ªa trasplantada por Carlos III desde Capodimonte al lugar donde hoy se yergue el monumento al ?ngel Ca¨ªdo -dicen que su enigm¨¢tica cota le sit¨²a a 666 metros sobre el nivel del mar-; tabacos de la Real F¨¢brica de Embajadores; carruajes, cerca del p¨®sito de Alcal¨¢, entre Serrano y Cibeles; o plata en las Plater¨ªas de Mart¨ªnez, inicialmente industria privada y regia luego, albergada en un edificio junto al Museo del Prado en pie hasta su derribo en 1922. O la ub¨¦rrima F¨¢brica de Cristal de La Granja, en Segovia.

Antonio Mart¨ªnez levant¨® un emporio joyero que distingui¨® a Madrid con sus deslumbrantes dise?os: monedas, candelabros, jofainas, tinteros y salseros de espl¨¦ndida hechura, algunos de los cuales se exponen al p¨²blico en la sala Pedro de Ribera, ¨ªntima por su reducido pero fastuosamente decorado espacio octogonal con vitrinas. Llaman la atenci¨®n la diversidad y la calidad de las labores entonces producidas, como los muebles, de exuberante riqueza; los naipes -junto con el papel de fumar de Alcoy, principal art¨ªculo de exportaci¨®n espa?ola durante el siglo XIX-; o los abanicos, de los que se exponen deslumbrantes piezas.

La colecci¨®n que ha hecho aflorar aqu¨ª -y mientras perduran sus obras- el viejo Museo Municipal de Fuencarral 78, ofrece ejemplares de ¨¢mbar, n¨¢car y pedrer¨ªa labrados con primor inigualado. Dada la diversidad de ajuares atesorados durante siglos, cabe al visitante relacionar las piezas expuestas con los escenarios o las factor¨ªas de donde proceden. As¨ª, dos cuadros que representan la entrada en Madrid de Carlos III procedente de su reino napolitano, dan cuenta de la decoraci¨®n textil de calles y plazas c¨¦ntricas con deliciosos resposteros, dentro de la tradici¨®n ornamental madrile?a a base de elementos ef¨ªmeros tan propios de una Corte como la de Madrid entre los siglos XVI y XVIII.

Otro lienzo de gran formato sobre el Estanque Grande del Jard¨ªn del Buen Retiro permite descubrir en lontananza la f¨¢brica de porcelanas que qued¨® destruida tras la ofensiva inglesa del general Hill contra el Madrid ocupado por las tropas francesas de Napole¨®n en octubre de 1812. Todo lo mostrado incita a evocar una ¨¦poca cuyas graves tribulaciones sociales y pol¨ªticas parecen ocultarse bajo el brillo arrancado a la plata, el cristal, la porcelana y la caoba por sabias manos artesanas que, con el empuje de vigorosos mentores, supieron crear tan rica belleza.

Lo exquisito. Artes suntuarias del siglo XVIII del Museo de Historia. Martes a s¨¢bado, de 10.00 a 21.00. Domingos y festivos, de 10.30 a 14.30. Conde Duque, 9. Gratis. Hasta enero.