La Almudena nombra a las Trece Rosas
Una placa recuerda a las mujeres fusiladas junto al cementerio hace 70 a?os
Hace 70 a?os y un d¨ªa, Concha Carretero esperaba desnuda y de espaldas, ante una columna de hombres armados, la descarga final. Ayer recordaba: "Fue un simulacro para asustarme, para obligarme a hablar". No la mataron, pero le dieron una brutal paliza que la dej¨® inconsciente casi un d¨ªa. Cuando despert¨®, sus compa?eras de la prisi¨®n de Ventas le comunicaron la mala noticia: "Se las han llevado esta madrugada". Hab¨ªan fusilado a sus amigas, las 13 militantes de las Juventudes Socialistas Unificadas y el Partido Comunista conocidas ya para siempre como las Trece Rosas.
Con 91 a?os, y como cada cinco de agosto, Concha acudi¨® ayer a la tapia donde fueron ejecutadas para rendirles homenaje. "No he faltado nunca. Iba cuando Franco estaba vivo, casi sola, a escondidas. Y seguir¨¦ viniendo mientras viva". Ayer se sobrepuso al calor y a la emoci¨®n para cantar bien alto uno de los himnos de la prisi¨®n, una cancioncilla sat¨ªrica que da cuenta de la personalidad de aquellas mujeres -"c¨¢rcel, hotel maravilloooso, lleno de higiene y lujo a todo confort, donde no hay agua, ni comida. ?En el infierno se est¨¢ mucho mejor!"...-. "Eran unas ni?as llenas de vida, alegres, honradas, valientes. Aquello fue un mazazo".
"Eran unas ni?as llenas de vida, valientes", recuerda Concha Carretero
En el homenaje de ayer, 70 a?os despu¨¦s de la tragedia, Concha ech¨® de menos algunas caras conocidas -como la de su "camarada" Maruja Borrell, fallecida en marzo-, pero vio muchas nuevas, probablemente atra¨ªdas por la presencia de los pol¨ªticos, como la secretaria de organizaci¨®n del PSOE, Leire Paj¨ªn, o el secretario general del PSM, Tom¨¢s G¨®mez.
Con los intrusos llegaron las intromisiones -"en la tapia del cementerio se habl¨® de Camps y del caso G¨¹rtel", lamentaba un fiel asistente a los actos de recuerdo cada a?o en La Almudena- y la divisi¨®n. El Partido Comunista y el PSM hab¨ªan convocado, por separado, sendos homenajes, uno a las 11 y otro a las 10. Al terminar, se descubri¨® una placa que sustitu¨ªa a otra colocada en los ochenta para incluir los nombres de las 13 v¨ªctimas y cumplir as¨ª la ¨²ltima voluntad de una de ellas, Julia Conesa: "Que mi nombre no se borre de la historia...".
Paj¨ªn defendi¨® la ley de memoria, que "pone en valor el sacrificio de los que lucharon por la libertad". Concha Carretero regres¨® a casa orgullosa de haber sido capaz, un a?o m¨¢s, de recordar ante otros el trago m¨¢s amargo "para que nadie olvide lo que pas¨® y para que nunca se vuelva a repetir".
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