El iceberg de la violencia dom¨¦stica
Investigadores de la Universitat de Val¨¨ncia analizan el entorno de la agresi¨®n
Considerada una conducta que se circunscribe al entorno privado, la violencia dom¨¦stica se denuncia todav¨ªa con muy poca frecuencia. Lo corroboran los datos de la ¨²ltima macroencuesta del Instituto de la Mujer: el 3,6% de las mujeres residentes en Espa?a mayores de 18 a?os declar¨® haber sido v¨ªctima de malos tratos por su pareja, pero s¨®lo 62.700 mujeres presentaron denuncia (alrededor del 10%). ?Qu¨¦ pasa con el resto?
El catedr¨¢tico y director de la Unidad de Investigaci¨®n Familia e Intervenci¨®n Social de la Universitat de Val¨¨ncia, Enrique Gracia, lleva a?os investigando el problema. Y hace hincapi¨¦ no tanto en los casos extremos de violencia (las asesinadas, desgraciadamente, se conocen) sino en los casos que no se denuncian. Para explicarlo elige la met¨¢fora del iceberg: "Al no ser denunciados, la mayor¨ªa de los casos de violencia dom¨¦stica, tal como sucede con la parte sumergida del iceberg, son supuestamente invisibles para la sociedad, pero ?realmente son invisibles?, ?nadie oye nada?, ?nadie ve nada?".
La mayor¨ªa de los casos de violencia dom¨¦stica parecen invisibles
Las razones por las que una mujer no denuncia obedecen a diversos factores y hay muchos estudios al respecto, por eso, este catedr¨¢tico prefiere "ampliar el horizonte" y se pregunta por las actitudes y la respuesta del entorno social de agresor y v¨ªctima, un entramado muy complejo integrado por familiares, amigos, compa?eros, vecinos, instituciones y hasta profesionales (polic¨ªas, profesionales de la salud, etc.) que generalmente ha recibido muy poca atenci¨®n, a pesar de que podr¨ªa desempe?ar un importante papel tanto en la mejor comprensi¨®n como en la prevenci¨®n del problema.
El catedr¨¢tico de Psicolog¨ªa Social resalta algunos datos preocupantes acerca de la violencia dom¨¦stica. "Hay datos del Centro de Investigaciones Sociol¨®gicas y de recientes Eurobar¨®metros que ponen de manifiesto que el 11% de personas conoce a alguna mujer maltratada en el lugar de estudio y trabajo, el 18% a alguna en el vecindario y el 19% en su c¨ªrculo de amigos o amistades", pero lo m¨¢s sorprendente, a?ade, es que seg¨²n un estudio de Comisi¨®n Europea "el 46% de los ciudadanos considera que la conducta provocativa de las mujeres es la causa de la violencia que sufren, y no hay grandes diferencias entre lo que piensan ambos sexos".
El especialista argumenta que existen "caldos de cultivo" caracterizados por una mayor tolerancia de la violencia y que pueden incrementar el riesgo de que una mujer se convierta en v¨ªctima de malos tratos. Es el caso, por ejemplo, de las comunidades y entornos sociales desestructurados. Estos espacios m¨¢s tolerantes hacia la violencia podr¨ªan ser parte de la explicaci¨®n de las elevadas tasas de violencia sufridas por las mujeres inmigrantes. Un colectivo que, a pesar de ser un grupo minoritario con respecto a la poblaci¨®n espa?ola (alrededor del 10%), constituye cerca de un tercio de todas las denuncias y sufren un porcentaje mayor de asesinatos (aproximadamente el 40% de las mujeres muertas por violencia de g¨¦nero).
Con respecto al papel que desempe?a el entorno social de la v¨ªctima, desde la unidad de investigaci¨®n que dirige el profesor Gracia se ha comprobado que la respuesta preferida o m¨¢s com¨²n en la poblaci¨®n general es la de mediaci¨®n frente a la denuncia. Tambi¨¦n forman parte de este contexto social diversos colectivos profesionales. Por ejemplo, las mujeres maltratadas atendidas con frecuencia en los servicios de urgencia hospitalarios. Sin embargo, "los ¨ªndices de detecci¨®n de violencia dom¨¦stica en estos servicios siguen siendo muy bajos".
La polic¨ªa tambi¨¦n integra el entorno social de la v¨ªctima. En la mayor¨ªa de las situaciones de violencia de g¨¦nero, la polic¨ªa es la puerta de acceso de las v¨ªctimas al sistema judicial. Por ello, su actitud es un elemento central en la efectividad y calidad de las intervenciones, en la predisposici¨®n de la v¨ªctima a denunciar y en la prevenci¨®n de futuros incidentes. Los investigadores de la Universitat de Val¨¨ncia apuntan que "es necesario transmitir tanto a los polic¨ªas como al resto de colectivos profesionales pr¨®ximos a la intervenci¨®n un mensaje de tolerancia cero ante la violencia dom¨¦stica". Para ello, habr¨ªa que realizar un importante esfuerzo en la formaci¨®n de los profesionales.
Pero adem¨¢s de todo esto, las pol¨ªticas de prevenci¨®n e intervenci¨®n necesitan incluir medidas destinadas a incrementar las respuestas p¨²blicas intolerantes contra la violencia reforzando la idea de que el c¨ªrculo social que rodea a las v¨ªctimas (y tambi¨¦n al agresor) tiene una importante responsabilidad en la protecci¨®n y ayuda de las mismas. Para Gracia, "faltan recursos tanto a nivel estatal como auton¨®mico". Dice que se han articulado algunas medidas como la Ley de Protecci¨®n Integral contra la Violencia de G¨¦nero, pero es necesario dotarlas de presupuesto. En este sentido, destaca la situaci¨®n de un programa para reeducar maltratadores surgido en la facultad de Psicolog¨ªa de la Universitat y que subsiste, sin ning¨²n tipo de ayuda p¨²blica, gracias a la filantrop¨ªa de los voluntarios y la instituci¨®n acad¨¦mica, que cede el espacio. Desde 2006, el programa dirigido por la profesora Marisol Lila, ha atendido a m¨¢s de 200 agresores.
Gracia insiste en que no basta. "Es necesario propiciar un cambio social, que el iceberg cambie de latitud y con la elevaci¨®n de las temperaturas, se derrita", concluye.
Datos llamativos
- En el trabajo: El 11% de las personas conoce a alguna mujer maltratada en el lugar de estudio y trabajo.
- En el vecindario: El 18% conoce a alguna mujer maltratada entre sus vecinos.
- Entre los amigos: El 19% conoce el caso de alguna mujer maltratada en su c¨ªrculo de amigos o amistades.
- Sobre la conducta: El 46% de los ciudadanos considera que la conducta provocativa de las mujeres es la causa de la violencia que sufren.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.