Uribe intenta enfriar Suram¨¦rica
El presidente colombiano se afana en su gira para explicar la mayor presencia militar de EE UU en su territorio, pero la regi¨®n es reacia a aceptar el proyecto
El presidente de Colombia, ?lvaro Uribe, cosech¨® algo de comprensi¨®n y varios reparos en la gira rel¨¢mpago que finaliz¨® ayer por siete pa¨ªses suramericanos para convencerlos de la necesidad de su pa¨ªs de recibir militares norteamericanos en siete de sus bases actuales. Brasil, Argentina y Uruguay cuestionaron el acuerdo que est¨¢ negociando Uribe con el Gobierno de Barack Obama, Bolivia fue el m¨¢s cr¨ªtico, Per¨² lo apoy¨®, mientras que Chile y Paraguay respetaron la decisi¨®n soberana de Colombia.
Ante el presidente brasile?o, Luiz In¨¢cio Lula da Silva, acab¨® la marat¨®n de tres d¨ªas de Uribe por las siete capitales, que hab¨ªa sido anunciada de urgencia por el Gobierno colombiano el lunes. Bogot¨¢ dijo que el jefe de Estado quer¨ªa conversar con sus pares suramericanos -el viaje excluy¨® a Ecuador y Venezuela- sobre el terrorismo en su pa¨ªs y cuestiones de la Uni¨®n de Naciones Suramericanas (Unasur), cuya cumbre se celebrar¨¢ el lunes en Quito.
Buena parte de los pa¨ªses se limitan a decir que es una cuesti¨®n soberana
La realidad es que buscaba explicar la ampliaci¨®n del acuerdo militar con EE UU. El pacto dar¨ªa acceso a los estadounidenses a la base a¨¦rea de Palanquero, la m¨¢s importante de Colombia. A finales de julio, el presidente de Venezuela, Hugo Ch¨¢vez, puso en revisi¨®n las relaciones con Colombia por el proyecto de EE UU. "?ste puede ser el primer paso hacia una guerra en la regi¨®n, porque EE UU es la naci¨®n m¨¢s agresiva del mundo", dijo Ch¨¢vez.
Antes de que Uribe llegara a Brasilia, hab¨ªa estado all¨ª de visita el consejero de Seguridad Nacional de Obama, el general Jim Jones, que intent¨® aclarar que EE UU no tendr¨¢ bases propias en Colombia y que sus militares s¨®lo continuar¨¢n la lucha conjunta contra el narcotr¨¢fico y misiones "humanitarias". El asesor de asuntos internacionales de Lula, Marco Aur¨¦lio Garc¨ªa, expres¨®, tras reunirse el martes con Jones, su "percepci¨®n de que las bases no contribuyen a la distensi¨®n" sino que parecen "resquicios de la guerra fr¨ªa", que "ya acab¨®".
La semana pasada, en una visita de la presidenta de Chile, Michelle Bachelet, a Lula, el anfitri¨®n, en ¨®ptimas relaciones con Obama, hab¨ªa manifestado: "A m¨ª no me agrada la idea de una base militar americana en Colombia". Sin embargo, las explicaciones de Uribe dieron sus frutos y la presidenta de Chile cambi¨® de parecer. Despu¨¦s del encuentro del pasado mi¨¦rcoles en Santiago, el ministro de Relaciones Exteriores chileno, Mariano Fern¨¢ndez, admiti¨® que "hay que respetar las decisiones soberanas".
El periplo hab¨ªa comenzado el martes por Lima, donde el presidente peruano, Alan Garc¨ªa, se mostr¨® como el principal aliado de Uribe en la regi¨®n al asegurarle: "Siempre estaremos respaldando ese trabajo fundamental que ha hecho usted" en Colombia y en Suram¨¦rica. La suerte del jefe del Estado colombiano fue diametralmente opuesta ese d¨ªa en La Paz. "Eso [la presencia militar de EE UU en Colombia] no es contra las FARC [Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia] ni contra el narcotr¨¢fico. Es para la regi¨®n", advirti¨® el presidente boliviano, Evo Morales. Ecuador y Nicaragua tambi¨¦n rechazan el futuro acuerdo entre Obama y Uribe.
De Buenos Aires Uribe se fue con sabor amargo. Tras reunirse con su par Cristina Fern¨¢ndez, el Gobierno argentino no coment¨® el encuentro, pero fuentes oficiales relataron que la presidenta le pidi¨® a Uribe "bajar la conflictividad en la regi¨®n" y le advirti¨® de que "lo de las bases no colabora con este objetivo". El presidente colombiano acab¨® su segundo d¨ªa de gira en Asunci¨®n, donde el presidente paraguayo, Fernando Lugo, no s¨®lo se ofreci¨® a mediar entre ¨¦l y su amigo Ch¨¢vez, sino que acept¨® con alg¨²n matiz el acuerdo con EE UU. El ministro de Relaciones Exteriores de Paraguay, H¨¦ctor Lacognata, dijo que "las decisiones son aut¨®nomas y soberanas de cada pa¨ªs", pero reclam¨® que "ese tipo de iniciativas tengan la garant¨ªa de que eventualmente no pongan en riesgo la seguridad de pa¨ªses vecinos".
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