FRUTA PROHIBIDA
Los narcos tienen est¨®mago delicado. Lo s¨¦ porque comen mis platillos. Es posible que despu¨¦s de probar mis guisos reciban quince disparos en el intestino, pero a ellos les preocupa el perejil.
Soy due?o y lavaplatos de Mi Bella Ilusi¨®n. Con el mismo nombre, el negocio fracas¨® como peluquer¨ªa y tienda de abarrotes. Esas bellas ilusiones permitieron la nuestra. Los mariscos no fallan. No en este desierto. Cuando los dedos se adormecen de disparar una AK-47, se antoja un c¨®ctel de pulpo.
"Es nuestro ecosistema", dice el ?ato, que estudi¨® Oceanograf¨ªa y puede conferenciar sobre un osti¨®n.
Al ?ato le gustan las frutas. En mi infancia s¨®lo los afeminados com¨ªan frutas. No sugiero que el ?ato sea puto. Si un hombre come papaya, all¨¢ ¨¦l. Respeto los prejuicios de cada quien. A fin de cuentas vivimos en la era de Internet.
Las frutas me inquietan por otro motivo. Mis dedos est¨¢n cubiertos de pellejo rojizo por el caldo de camar¨®n que les ha ca¨ªdo encima; cortamos callo de hacha con machete, respiramos humos, cerramos el horno a patadas. No es sitio para vegetales.
Nada de esto importar¨ªa si no existiera el Vinagre. Los capos m¨¢s crueles han tenido apodos enga?osos: el Panda, la Mu?eca, el Fleco Rubio. El Vinagre es peor, y es vegetariano. Su apodo tiene que ver con su dieta y con su car¨¢cter. Despelleja a sus v¨ªctimas mientras un chef le prepara "caviar de mango".
Ning¨²n Jefe de Jefes hab¨ªa sido vegetariano. Un borracho se atrevi¨® a insinuar que al Vinagre le gustan las zanahorias, pero no en la boca. El ?ato sali¨® de la cocina a gritar que se puede ser vegetariano y ser cabr¨®n: "?Ah¨ª est¨¢ Hitler!". Le pregunt¨¦ si hab¨ªa aprendido eso en Oceanograf¨ªa. "En Wikipedia", contest¨® con desprecio. El Vinagre es delicado con el tema de las zanahorias. El borracho que lo insult¨® amaneci¨® en un bre?al. Ten¨ªa la cabeza en las manos y el pene en la boca. La firma del Vinagre.
As¨ª supe que el ?ato le pasaba informaci¨®n. Tal vez el capo lo vio comer fruta y le cay¨® bien. Como dos alcoh¨®licos que se encuentran en un pueblo de menonitas.
Una ma?ana vi al ?ato hundir un term¨®metro en un l¨ªquido verde. Pens¨¦ que preparaba una droga. Su respuesta me desconcert¨®: "Es t¨¦ verde".
Hab¨ªa dejado de trabajar para m¨ª.
A los pocos d¨ªas, tres capos llegaron a Mi Bella Ilusi¨®n con su gente de confianza. Pidieron pescado relleno y preguntaron si el ajo "hac¨ªa repetir". El guiso era un poco m¨¢s fuerte. El ?ato rellen¨® los huachinangos de explosivos y huy¨® por la ventana de la cocina. Me salv¨¦ de la explosi¨®n porque hab¨ªa ido a orinar. Cuando abr¨ª la puerta, una llamarada me quem¨® las piernas. Ahora tengo los pies peor que las manos.
Tal vez el Vinagre es vegetariano por estrategia. Nadie busca a un capo en una fruter¨ªa.
Ahora el ?ato trabaja en un barco atunero. Detecta los cambios de temperatura en el agua y las zonas donde hay plancton. Ayuda a la pesca y a meter coca¨ªna en la pesca. Le dicen el Wikipedia.
Mi Bella Ilusi¨®n fracas¨® por tercera vez. Nadie ha querido comprarla. Me jod¨ª, pero tengo un consejo que dar: En el desierto, desconf¨ªa de la fruta.
Juan Villoro es autor de De eso se trata (Anagrama).
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.