El transformador en el coladero
La aseguradora American International Group (AIG) es un coladero. Y a Robert Benmosche le va a tocar tapar el mayor n¨²mero posible de agujeros, por donde no s¨®lo se escapa el dinero, sino tambi¨¦n clientes y empleados que buscan alternativas m¨¢s seguras. Aunque su misi¨®n m¨¢s complicada ser¨¢ devolver al contribuyente los 182.500 millones de d¨®lares de dinero p¨²blico inyectados para rescatarla.
Nadie le envidia. Y como dicen en Wall Street, Benmosche se lanza desde ma?ana a una dif¨ªcil carrera contra el tiempo, porque debe deshacerse cuanto antes de los activos que hundieron a la compa?¨ªa aseguradora m¨¢s potente del mundo. Es el trabajo que no pudo acabar Edward Liddy, completamente quemado por la controversia de las pagas multimillonarias a ejecutivos.
La l¨ªder mundial de los seguros ha tenido cinco jefes en cuatro a?os
Liddy tom¨® las riendas de la entidad en septiembre, tras ser intervenida por el Gobierno de EE UU para evitar una bancarrota que habr¨ªa tirado por el precipicio el sistema y prevenir un colapso global. Liddy dijo en mayo que no pod¨ªa m¨¢s y empez¨® la b¨²squeda. AIG necesitaba a alguien con experiencia, capaz de ejecutar grandes operaciones e integrar sus diferentes partes.
Benmosche, a sus 65 a?os de edad, vuelve para convertirse en el quinto consejero delegado de AIG desde 2005. Entiende y sabe c¨®mo funciona el negocio asegurador. Y en el sector se le conoce adem¨¢s por haber cambiado la cultura en su antigua casa, MetLife, donde durante ocho a?os ejerci¨® como presidente ejecutivo. Fue el responsable de pilotar la salida a Bolsa de la empresa, l¨ªder de los seguros de vida en EE UU. Dicen que para este ejecutivo el ¨¦xito no est¨¢ en el tama?o. Es una de las lecciones de la crisis, con ejemplos como el de Citigroup. La clave para ¨¦l est¨¢ en la rentabilidad. Y ¨¦sa es la p¨®cima que aplic¨® en MetLife hasta que se retir¨® en junio de 2006.
Este transformador tambi¨¦n dej¨® huella en la firma de corretaje PaineWebber, donde capitane¨® la fusi¨®n con Kidder Peabody. Su cometido ahora ser¨¢ aplicar toda esta experiencia en la pr¨®xima fase de reestructuraci¨®n de AIG y dar una inyecci¨®n de confianza que evite que el valor de sus activos siga cayendo, a la vez que responde a su gran accionista, el T¨ªo Sam, que controla el 80% de la entidad.
Desde el Congreso de EE UU, donde las cr¨ªticas no cesan por la cantidad de fondos vertidos en la aseguradora, dan la bienvenida a Benmosche, esperando tiempos mejores. Pero los legisladores le atar¨¢n corto y seguir¨¢n muy de cerca sus movimientos. -
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