330 datos de adoptantes en Internet
El mal uso de los programas p2p provoca habituales filtraciones involuntarias - Protecci¨®n de Datos ha abierto 42 procedimientos por casos similares
Los programas de intercambio de archivos no dejan de jugar malas pasadas a los usuarios descuidados. Centenares de expedientes de parejas que quer¨ªan adoptar a un ni?o extranjero acabaron en Internet, a la vista de cualquiera, en diciembre de 2007. La Agencia Espa?ola de Protecci¨®n de Datos (AEPD) ha sancionado a la asociaci¨®n de adopci¨®n internacional poseedora de los datos con 6.000 euros por infracci¨®n grave.
Son casos que se han vuelto frecuentes. Cada vez m¨¢s ciudadanos utilizan sistemas p2p (peer to peer, de par a par) como el eMule para compartir canciones, v¨ªdeos, pel¨ªculas y todo tipo de archivos. Pero algunos no dominan su uso, se equivocan y ponen a disposici¨®n del ciberespacio, por error, bases de datos de las empresas, asociaciones, sindicatos, hospitales o partidos pol¨ªticos para los que trabajan. La AEPD ha abierto ya 42 expedientes por este tipo de casos. El a?o pasado, sancion¨® con 150.000 euros a una cl¨ªnica de abortos en Bilbao que filtr¨® a Internet informaci¨®n sobre 4.000 pacientes.
Una trabajadora se llev¨® a casa la lista de personas y us¨® mal el eMule
El goteo de casos que llegan a la Agencia es incesante, a pesar de que hay una sola persona en Espa?a que vigila la Red en busca de filtraciones de este tipo para comunicarlas a la Agencia: un polic¨ªa local de Ourense que dedica todos sus ratos libres a ser vigilante de la Red.
La asociaci¨®n de adopci¨®n internacional recientemente sancionada, con sedes en Madrid y Castilla-La Mancha, acababa de abrir sus puertas cuando se produjo el error. Estaban elaborando su primera base de datos con las parejas que se hab¨ªan inscrito para adoptar un ni?o. Una de las empleadas se guard¨® el material en un pen drive, para trabajar en casa. En el ordenador de su casa estaba instalado el eMule, apret¨® la casilla que no era, y los datos acabaron en la Red. Hab¨ªa 336 registros de parejas que quer¨ªan adoptar ni?os y de los menores en proceso de adopci¨®n, de 15 trabajadores de Castilla-La Mancha -incluyendo sus cuentas bancarias- y de 24 empleados de Madrid.
La presidenta de la asociaci¨®n se enter¨® de lo ocurrido, seg¨²n se?ala en conversaci¨®n telef¨®nica, porque se lo comunic¨® uno de los adoptantes. Puso una denuncia ante la polic¨ªa y despu¨¦s descubri¨® que todo hab¨ªa sido culpa de una de sus trabajadoras, que fue despedida. La presidenta dice que, por fortuna, "la asociaci¨®n estaba comenzando su andadura y los ¨²nicos datos que aparec¨ªan eran los nombres y apellidos de las personas que quer¨ªan adoptar". "Si hubiera pasado m¨¢s tarde, con toda la informaci¨®n que recopilamos, habr¨ªa sido peor", a?ade. "Pero hay muy poca informaci¨®n sobre las medidas que deben adoptar las empresas en materia de protecci¨®n de datos. Los requisitos para abrir una entidad de adopci¨®n internacional son muy estrictos. Sin embargo, nadie te dice ni una palabra sobre c¨®mo debes proteger los datos personales que manejas".
Dada la falta de malicia de la asociaci¨®n, se les impuso una sanci¨®n baja, de 6.000 euros. Durante el ¨²ltimo a?o se han dictado numerosas resoluciones con casos parecidos. Han acabado en Internet cuestiones tan dispares como los nombres de 220 socios de un club de caza andaluz; informaci¨®n sobre los 538 clientes de una doctora nutricionista de Pontevedra -incluyendo datos tan indiscretos como el peso, la talla y la circunferencia abdominal del paciente-; las cuentas corrientes de los clientes de un gimnasio gallego; datos de los due?os de una serie de viviendas en Alicante gestionadas por un mismo administrador de fincas, de los solicitantes de unas viviendas de protecci¨®n oficial y de 40.000 clientes de una operadora de telefon¨ªa.
Casi todos los sancionados, en sus alegaciones, hablan de "lamentable", "inexplicable", o "involuntario" error. El director de la Agencia de Protecci¨®n de Datos, Artemi Rallo, pide a los poderes p¨²blicos, a las empresas y a los particulares que se tomen en serio esta cuesti¨®n. "Debe evitarse la instalaci¨®n de estos programas en los ordenadores del puesto de trabajo y controlar que los datos no puedan exportarse. Si los empleados se los llevan a casa, a su ordenador privado, se multiplican los riesgos. Las redes p2p cada vez son m¨¢s populares pero a¨²n no sabemos c¨®mo manejarlas de forma correcta".
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