La Junta birmana alarga la prisi¨®n domiciliaria de la Nobel Suu Kyi
La sentencia aparta a la l¨ªder opositora de la carrera electoral para 2010
La l¨ªder prodemocr¨¢tica de Myanmar (antigua Birmania) y premio Nobel de la Paz, Aung San Suu Kyi, fue condenada ayer a tres a?os de trabajos forzados por violar las condiciones de su arresto domiciliario, aunque la Junta Militar, que desde 1962 gobierna el pa¨ªs con pu?o de acero, conmut¨® inmediatamente la sentencia por 18 meses de detenci¨®n domiciliaria. La longitud de la pena implica que Suu Kyi seguir¨¢ bajo arresto durante las elecciones generales previstas para el a?o que viene. La sentencia provoc¨® duras condenas de la comunidad internacional. La Uni¨®n Europea asegur¨® que endurecer¨¢ las sanciones contra el r¨¦gimen de los generales, mientras que el presidente de EE UU, Barack Obama, exigi¨® la "liberaci¨®n inmediata e incondicional" de Suu Kyi. La l¨ªder opositora, de 64 a?os, ha pasado 14 de los ¨²ltimos 20 a?os privada de libertad, desde que la Junta Militar se neg¨® a reconocer la victoria electoral de su partido, la Liga Nacional para la Democracia, en 1990.
La UE endurecer¨¢ el embargo contra el r¨¦gimen militar de Myanmar
Los jueces consideran a Suu Kyi culpable de violar una ley de seguridad interna, porque el pasado mayo acogi¨® durante dos noches a un estadounidense que entr¨® en su casa tras cruzar a nado un lago. El hombre, John Yettaw, de 54 a?os, ha sido condenado a siete a?os de prisi¨®n.
El veredicto de culpabilidad era esperado, ya que, seg¨²n los cr¨ªticos del r¨¦gimen, sirve a los intereses de los militares de mantener alejada de la escena p¨²blica a la carism¨¢tica l¨ªder. As¨ª lo record¨® el primer ministro brit¨¢nico, Gordon Brown, quien se mostr¨® "entristecido y enfurecido" por el resultado de "la farsa de juicio". "?sta es una sentencia puramente pol¨ªtica, dise?ada para evitar que participe en las elecciones del a?o que viene. Mientras Aung San Suu Kyi y todos los opositores pol¨ªticos presos en Birmania sigan detenidos y no puedan ser parte del proceso pol¨ªtico, las planeadas elecciones de 2010 no tendr¨¢n credibilidad ni legitimidad", dijo en un comunicado.
El presidente franc¨¦s, Nicolas Sarkozy, afirm¨® que las sanciones de la UE deben golpear a la Junta donde duele: en el comercio maderero y el de rub¨ªes. La secretaria de Estado estadounidense, Hillary Clinton, declar¨® que Suu Kyi no deb¨ªa haber sido juzgada nunca, y pidi¨® su liberaci¨®n y la de los otros 2.000 presos pol¨ªticos.
El juicio ha sido celebrado en el centro penitenciario Insein, en Yangon, donde la l¨ªder birmana se encontraba encarcelada desde mayo. Diplom¨¢ticos extranjeros y periodistas fueron admitidos en la sala. Unos 2.000 polic¨ªas y militares fueron desplegados en los alrededores de la c¨¢rcel, informa Reuters. El r¨¦gimen hab¨ªa asegurado que grupos de la oposici¨®n tanto dentro como fuera del pa¨ªs estaban planeando ataques que coincidieran con la vista.
Los peri¨®dicos estatales incluyeron ayer un editorial en el que advert¨ªan a los simpatizantes de Suu Kyi que no causen problemas y a los pa¨ªses extranjeros que no se inmiscuyan en los asuntos de Myanmar. "La gente que est¨¢ a favor de la democracia no desea ver disturbios y protestas que puedan da?ar su objetivo", dice el comentario. "La Constituci¨®n aprobada y la pr¨®xima ley electoral decidir¨¢n qui¨¦n puede presentarse a las elecciones", se?ala el diario Nueva luz de Myanmar, voz oficial del r¨¦gimen. El peri¨®dico acusa a EE UU de estar "ansioso por instalar un Gobierno marioneta en Myanmar para expandir su poder militar en Asia", y advierte que el pa¨ªs podr¨ªa seguir la suerte de Irak y Afganist¨¢n.
Yettaw, un morm¨®n cuyo hijo muri¨® en un accidente de moto hace dos a?os, dijo en el juicio que nad¨® hasta la casa porque Dios lo hab¨ªa enviado para que advirtiera a Suu Kyi de que unos "terroristas" pretend¨ªan asesinarla. El fiscal argument¨® que, aunque no lo invitara, ella le dio cobijo y comida, y rompi¨® los t¨¦rminos del arresto domiciliario. Suu Kyi afirm¨® que no denunci¨® su presencia por razones humanitarias.
Los abogados de la l¨ªder birmana esgrimieron que no deb¨ªa ser considerada responsable de las acciones de Yettaw, y que el marco legal de su inicial detenci¨®n domiciliaria estaba enmarcado en una ley de 1975 que ha sido sustituida por normas posteriores. Yettaw sufre epilepsia, diabetes y estr¨¦s postraum¨¢tico, consecuencia de su paso por el Ej¨¦rcito estadounidense. El juicio, que ha durado tres meses, ha provocado fuertes protestas internacionales, pero el jefe de la junta de los generales, Than Shwe, ha resistido imperturbable todas las presiones para que libere a Suu Kyi, y rechaz¨® la petici¨®n del secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, para visitar a la l¨ªder en la c¨¢rcel durante el viaje que realiz¨® el mes pasado a Yangon.
La mujer m¨¢s fuerte de Yangon
Cuando Aung San Suu Kyi recibi¨® ayer la sentencia y vio su detenci¨®n domiciliaria prolongada otros 18 meses, emiti¨® una escueta frase: "Gracias por el veredicto". Ataviada con un vestido tradicional birmano de colores rosa y gris claro, la prisionera pol¨ªtica m¨¢s famosa del mundo supo que los 14 a?os que ha pasado bajo arresto durante los ¨²ltimos 20 a?os hab¨ªan sido prorrogados una vez m¨¢s.
La Junta birmana teme la poderosa influencia de esta luchadora por la democracia, y no pod¨ªa permitir que estuviera en la calle cuando se celebren elecciones generales el a?o que viene. La l¨ªder opositora seguir¨¢ all¨ª donde los militares quieren que est¨¦: en su casa, aislada del mundo y de sus millones de seguidores. Antes del juicio, no le dejaban tener tel¨¦fono, Internet ni cadenas de televisi¨®n por sat¨¦lite, aunque recib¨ªa algunos peri¨®dicos y pod¨ªa escuchar la radio y ver la televisi¨®n nacional. Es poco probable que tras la nueva condena sus contactos con el exterior aumenten.
Mujer gr¨¢cil, de gran carisma y profunda fe budista, Suu Kyi es hija del general nacionalista Aung San, considerado el fundador del Myanmar moderno. Fue ¨¦l quien negoci¨® la soberan¨ªa con el Reino Unido y fue capaz de unir a los diferentes grupos ¨¦tnicos. Pero en julio de 1947, seis meses antes de que el pa¨ªs consiguiera la independencia, fue asesinado, junto con la mayor¨ªa de los otros l¨ªderes nacionalistas, por sicarios a sueldo de un rival pol¨ªtico. Ten¨ªa tan s¨®lo 32 a?os, y la menor de sus tres hijos, Suu Kyi, dos.
La memoria de su progenitor la marc¨® para siempre. De ¨¦l hered¨®, probablemente, el amor por su pa¨ªs, el sentido de su misi¨®n, la autodisciplina y una gran capacidad de resistencia. Suu Kyi vivi¨® sus primeros a?os en Birmania (actualmente Myanmar); luego en India, donde su madre fue nombrada embajadora en 1960, y posteriormente en el Reino Unido, donde estudi¨® en la Universidad de Oxford y se titul¨® en pol¨ªticas, econom¨ªa y filosof¨ªa. Tras graduarse, trabaj¨® en la ONU en Nueva York. En 1972, se cas¨® con Michael Aris, un acad¨¦mico experto en Asia central y T¨ªbet, con quien tuvo dos hijos.
En 1988, tras m¨¢s de dos d¨¦cadas ausente, regres¨® a Birmania, y coincidi¨® con las violentas revueltas que tuvieron lugar en el pa¨ªs. Inicialmente viaj¨® para cuidar a su madre enferma, pero luego se puso al frente del movimiento democr¨¢tico, influenciada por la filosof¨ªa de no violencia de Mahatma Gandhi y conceptos budistas. Aunque la Junta Militar la detuvo y no le permiti¨® participar en las elecciones de mayo de 1990, su partido, la Liga Nacional para la Democracia, venci¨® por gran mayor¨ªa. Los militares nunca aceptaron la derrota. Michael muri¨® en 1999, a los 53 a?os, de un c¨¢ncer, sin haber podido ver a su esposa desde 1995. Suu Kyi recibi¨® el Premio Nobel de la Paz en 1991. Hoy sigue siendo una potente fuerza de cambio.
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