Los turistas buscan en Valencia comida, sol y arquitectura
La llegada de visitantes a la ciudad disminuye con motivo de la crisis
Vengan con amigos o con la familia, del extranjero o del resto de Espa?a, los turistas que visitan Valencia estos d¨ªas tienen clara la trilog¨ªa en la que invertir¨¢n su dinero y su tiempo: comida -en especial tapas y paella-, sol y playa, y la arquitectura de Calatrava y del centro hist¨®rico de la ciudad. Los m¨¢s j¨®venes a?aden un cuarto elemento, la fiesta.
El visitante medio, italiano o ingl¨¦s preferentemente, llega a Valencia aconsejado por alg¨²n conocido, pasa unos pocos d¨ªas y se empapa del t¨®pico espa?ol, mucho beber, mucho comer, poco dormir y a ponerse como cangrejos en los arenales. "Vinimos porque tenemos amigos que ya hab¨ªan visitado la ciudad y nos dijeron que era maravillosa, con muchas cosas que ver. Adem¨¢s, est¨¢ la movida...", comentan Elisa y Silvia, dos italianas que, gu¨ªa en mano, se dirigen a la catedral. Su primera impresi¨®n de la ciudad es muy grata: "La Ciudad de las Artes y las Ciencias es muy bonita. Hemos estado en el Museo y el Oceanogr¨¢fico", aunque aseguran que "las playas en Italia son mejores".
Los taxistas se quejan de los viajes cerrados, que les dejan sin clientes
La Ciudad de las Artes y las Ciencias destaca s¨®lo por su arquitectura
El sector de los cruceros sigue funcionando a pesar de la crisis
"Los productos frescos son lo mejor", se?ala una turista alemana
El emblema arquitect¨®nico de la ciudad despierta la alabanza de los visitantes, aunque m¨¢s por los propios edificios que por los contenidos que ofrece. "En nuestro grupo varios somos arquitectos, y nos ha interesado ver la obra de Calatrava", apunta Thomas, un holand¨¦s que viene acompa?ado por nueve amigos. Aunque ahondando un poco se quita la careta profesional para sincerarse: "El principal motivo de visitar Valencia es que el vuelo nos ha salido muy barato y la fiesta est¨¢ muy bien".
Lo cierto es que los turistas prefieren el ambiente del casco hist¨®rico, donde pueden visitar los monumentos m¨¢s caracter¨ªsticos, como la catedral o el palacio del Marqu¨¦s de Dos Aguas, o tomar una horchata fr¨ªa en la plaza de Santa Catalina. Cristi, un rumano de paso por la ciudad, se ha quedado prendado de las pinturas de la Bas¨ªlica de la Virgen de los Desamparados: "Son espectaculares", afirma mientras se dispone a saborear la comida local en la plaza de la Reina. "Lo que m¨¢s me gusta es callejear por el centro", afirma Cecilia, de Suecia. Su actividad preferida es pasear por la gran v¨ªa del Marqu¨¦s de Turia, aunque se muestra algo decepcionada con la ciudad: "A lo mejor porque las expectativas que ten¨ªa eran demasiado altas".
En el polo opuesto se encuentra L¨¢zara, una cubana afincada en Toledo, seguramente la fan n¨²mero uno de Valencia: "Me gusta todo: la gente, el clima, la playa, ?quiero una casa en la Malva-rosa! El entusiasmo de L¨¢zara por la playa urbana, sin embargo, no lo comparten muchos de los turistas, que prefieren disfrutar de los arenales de las afueras, como El Saler o la Patacona. Y es que, a pesar de ser uno de los principales reclamos para el turismo, las playas valencianas no se llevan muy buena nota. "Fuimos a El Saler y estaba muy sucio, en la Patacona nos dimos un ba?o excelente pero no funcionaban las duchas", explica Alberto, que viene a visitar a sus t¨ªos. Sin embargo, se muestra encantado con otros enclaves como la Albufera, el casco hist¨®rico o el mercado. "Ya le hab¨ªamos dicho que en Valencia hab¨ªa mucho que ver", se?ala su t¨ªa, Mar¨ªa Dolores.
Donde s¨ª hay unanimidad es en albar la comida, y c¨®mo no destaca la paella. "Siempre la piden, dicen que est¨¢n en Valencia y que tienen que probarla, y les encanta", cuenta Daniel, el chef de un c¨¦ntrico restaurante, "y por la noche comen mucho pescado, sobre todo dorada y el t¨ªpico solomillo de ternera". Cuando el turista responde una pregunta sobre la comida, siempre se le escapa una sonrisa socarrona: "S¨ª, s¨ª, la comida es muy buena", responden todos. Adem¨¢s, la palabra que m¨¢s conocen es tapa, y la combinaci¨®n con una ca?a a pleno sol les fascina. En las terrazas, los visitantes se sientan delante de un surtido inacabable del t¨ªpico bocatto di cardinale espa?ol: tortilla, calamares, gambas, patatas con alioli...
La pasi¨®n por la cocina espa?ola se traduce en la gran cantidad de turistas que acuden al Mercado Central, donde admiran la c¨²pula y sobre todo los alimentos. "Lo mejor son los productos frescos, el pescado, la fruta... En Alemania estas cosas no las puedes encontrar. La comida est¨¢ muy buena y adem¨¢s es barata", comenta Kamila, una joven que disfruta m¨¢s con la huerta valenciana que con la noche: "La verdad es que la fiesta est¨¢ bien, pero yo no he ido a ninguna de las grandes discotecas". Lova, un franc¨¦s que ha parado en Valencia camino de Pe?¨ªscola, comenta lo agradable que es el mercado, pero tiene claro qu¨¦ es lo que realmente le apasiona del lugar: "A m¨ª lo que me gusta es el jam¨®n".
Otro de los atractivos de la ciudad es la hospitalidad de la gente. Los turistas destacan la amabilidad de los valencianos y su disposici¨®n a echarles una mano. Aunque hay quien bromea con el car¨¢cter de los espa?oles. "La gente est¨¢ bien, pero claro, son espa?oles", se r¨ªe Rompen, un belga que ha venido con toda la familia "por la buena reputaci¨®n de la ciudad", y que destaca el centro de la ciudad y el puerto. Estefan¨ªa, Francesco, Chinzia y Luigi, un grupo de cuatro italianos que llevan desde el domingo en la ciudad, tambi¨¦n se muestran encantados con la "gentileza" de la gente, y por supuesto con la comida, aunque una vez m¨¢s sale la rivalidad entre espa?oles e italianos "la comida aqu¨ª es muy buena, pero la de Italia es mejor".
A pesar de que en el centro de Valencia el espa?ol es un idioma m¨¢s entre el italiano, el ingl¨¦s o el franc¨¦s, el turismo en la localidad ha pegado un baj¨®n provocado por la crisis. Lo perciben en la hosteler¨ªa y tambi¨¦n el transporte. En la parada de taxis de la plaza de la Reina, se forma un corrillo de taxistas. "No hay turistas para llevar", se queja uno de ellos. "Ahora tenemos que estar una hora o m¨¢s para hacer una carrera, el a?o pasado, por ejemplo, a los 15 minutos ya recog¨ªamos a alguien", a?ade. "Este a?o el Ayuntamiento tambi¨¦n nos tiene contentas", ironizan dos compa?eras. "Han puesto un bus en la parada del puerto, as¨ª que ahora nadie se monta en el taxi", explican.
Pero el mayor problema para los sectores que dependen directa o indirectamente del turismo es que los visitantes que llegan a la ciudad lo hacen con viajes enlatados. Del hotel a autob¨²s tur¨ªstico y del autob¨²s al hotel. "Vienen con el pu?o cerrado", comenta otra taxista mientras gesticula aparatosamente.
La falta de liquidez en el bolsillo de los europeos, sin embargo, ha impulsado otro tipo de turismos, como los cruceros, que cada vez m¨¢s, asoman la proa por el puerto de Valencia. "La oferta de barcos es un producto que est¨¢ de moda, lleva muchos a?os creciendo, y ahora Valencia est¨¢ en la rueda", comenta Vicent Blasco, presidente de Europa Travel, agencia de viajes con amplia experiencia en cruceros. Valencia se ha sumado en los ¨²ltimos tiempos a los puertos espa?oles con m¨¢s afluencia de este tipo de turismo: Barcelona, Palma de Mallorca y M¨¢laga. "Los datos que manejamos indican que estamos en baremos similares, al menos, a los del a?o pasado. Por 300 o 400 euros puedes hacer un crucero por el Mediterr¨¢neo, y adem¨¢s la comida est¨¢ incluida", sostiene Blasco. El beneficio para la ciudad, sin embargo, se antoja peque?o, ya que los cruceristas solo pasean unas ocho horas por las calles. La clave, seg¨²n Blasco, es ser ciudad de salida y regreso: "Lo que interesa es ser cabecera. Aconsejamos que la gente llegue a la ciudad un d¨ªa antes de que parta el barco".
El turismo valenciano se ha diversificado en los ¨²ltimos a?os, con el impulso del turismo rural o las rutas del enoturismo. Sin embargo, lo que sigue mandando es aquel viejo eslogan de sand, sun and sex (arena, sol y sexo), que rememora aquella Espa?a en la que los Pajares y Alfredos Landa persegu¨ªan a las turistas suecas en los lugares de veraneo.
Con crisis o sin ella, los turistas tienen claro qu¨¦ es lo que les gusta de Valencia: una buena paella despu¨¦s de darse un chapuz¨®n en el Mediterr¨¢neo, una sangr¨ªa para calentar motores y una noche hasta el amanecer. Valencia is different.
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