En memoria de Jesse Owens
Bolt afirma estar preparado para convertirse en el m¨¢s grande en un estadio marcado por la leyenda del atleta de Alabama - Gay, su gran rival, dice que har¨¢ "lo que sea" para ganar
S¨®lo en Berl¨ªn las fr¨ªas y ¨¢ridas orillas de un r¨ªo canalizado pueden convertirse en una playa jamaicana, con barbacoa, disc jockeys reggaes y red de voley playa incluidas; s¨®lo en Berl¨ªn las duras tapias de hormig¨®n armado, reliquias de un muro kilom¨¦trico que dividi¨® la ciudad durante 28 a?os y cre¨® una estructura urbana dominada por los descampados y las tierras de nadie, pueden convertirse en lienzos donde gente moderna, equilibristas sobre la fin¨ªsima l¨ªnea que separa el arte del marketing, muestra sus aptitudes; s¨®lo en Berl¨ªn, a ritmo de hip hop, en una playa artificial engendrada a orillas del Spree junto a los ¨²ltimos vestigios del muro, cerveza Red Stripe para todos, puede la determinaci¨®n de convertirse en leyenda del hombre m¨¢s r¨¢pido del planeta, unas puma naranjitas a lo Jeff Koons nerviosamente en sus manos, tomar m¨¢s sentido sagrado, de promesa religiosa. En Berl¨ªn, donde Jesse Owens, un negro de Alabama, nieto de esclavos, hijo de un recolector de algod¨®n, derrib¨®, con tres carreras y un salto, todo el entramado apol¨ªneo-helen¨ªstico-ario con que Hitler quiso trascender sus Juegos Ol¨ªmpicos, el himno a la pureza ¨¦tnica; en Berl¨ªn, donde ma?ana, 73 agostos despu¨¦s, comienzan los Mundiales de atletismo, donde Usain Bolt, en el mismo estadio, en una pista azul ahora, continuar¨¢ construyendo su leyenda un a?o despu¨¦s de los tres oros de Pek¨ªn. Donde Owens gan¨® cuatro medallas de oro ol¨ªmpicas. A la sombra de Owens. "S¨¦ lo que hizo Owens", dijo Bolt. "Hizo cosas maravillosas".
Bolt: "S¨¦ lo que hizo Owens en este estadio; hizo cosas maravillosas"
El plusmarquista mundial dice que siempre est¨¢ feliz antes de competir
El jamaicano es tan grande, tan alto, que hasta cuando se imita a s¨ª mismo es grande
Gay asegura que tiene el r¨¦cord "en la cabeza" y que ha mejorado su salida
La trascendencia es ahora un eslogan comercial, un concepto de imagen -transcendencia, dice el jefe de Puma, y habla de la comuni¨®n entre el estadio y la calle, en los miles de ni?os jamaicanos que se pasan el d¨ªa corriendo en cualquier parte- que se traduce en mayores ventas de zapatillas y camisetas, en la transformaci¨®n del atleta, anta?o el dios del estadio, en un imitador de s¨ª mismo. Pero Bolt es tan grande, aparte de tan alto, casi dos metros, aparte de tan r¨¢pido -r¨¦cord del mundo en los 100 metros, 9,69s, y eso que se par¨® antes de terminar; en los 200 metros, 19,30s-, que hasta su imitaci¨®n de s¨ª mismo -apareci¨® ante los fot¨®grafos con dos brazos de pl¨¢stico amarillo pegados a su espalda en la posici¨®n de su marca de f¨¢brica para celebrar sus victorias- es grande, no una patochada. "Siempre estoy feliz antes de competir. Me gusta divertirme y bailar hasta que pueda", dijo el jamaicano, de 22 a?os, con su voz incre¨ªblemente grave, profunda. "Siempre intento al m¨¢ximo ser el m¨¢s cool, pero cuando el juez grita on your marks soy otro".
Cuando el juez con una pistola entre las manos le manda que se acople a los tacos de salida, Usain Bolt no es un chico de fiesta, sino, de nuevo, el hombre m¨¢s r¨¢pido del planeta, diga lo que diga Tyson Gay, el estadounidense que gan¨® tres t¨ªtulos mundiales (100, 200 y relevo corto) hace dos a?os en Osaka y que el a?o pasado se desvaneci¨®, lesionado, ante Bolt en Pek¨ªn. Gay ha regresado, llega a Berl¨ªn con las mejores marcas del a?o, ha corrido m¨¢s r¨¢pido a¨²n que Bolt (9,77s en los 100 metros frente a los 9,79s, lluviosos, del jamaicano en Par¨ªs; 19,58s en los 200 frente a 19,59s) y se ha postulado como el gran rival. "Ser¨¢ una pelea. Si para ganar el Mundial hay que correr en 9,60s y batir el r¨¦cord mundial, lo har¨¦, har¨¦ lo que haga falta para ganar", dijo Gay, en una m¨¢s sobria rueda de prensa berlinesa sobre su primer enfrentamiento con Bolt, los 100, cuya final es el domingo (21.35h). "Tengo el r¨¦cord del mundo en la cabeza. Y para ganar a Bolt s¨¦ que tendr¨¦ que estar a su nivel en los 30 primeros metros, cuando avanza con su enorme zancada avasalla, y para eso he mejorado mi salida, y llegar relajado a los 20 ¨²ltimos". "Pero no, esto no ser¨¢ una pelea, sino una competici¨®n", corrigi¨® Bolt a Gay. "Estoy preparado. Y no s¨¦ si habr¨¢ r¨¦cords. Para m¨ª, este a?o lo m¨¢s importante es ganar t¨ªtulos y en ello me concentrar¨¦. El a?o pr¨®ximo, que no hay grandes competiciones, me centrar¨¦ en los r¨¦cords".
Bolt, sus gentes, sus creadores de imagen, no dejan nada al azar. El color naranja de fosforescente de sus zapatillas est¨¢ escogido para destacar, sobresalir, sobre el azul de la pista; sus palabras, las palabras del chico que en abril debi¨® cortar su preparaci¨®n porque tuvo un accidente con su BMW, que conduc¨ªa con chanclas, y se clav¨® unos pinchos en el pie al salir del coche, est¨¢n tan medidas que parecen ensayadas y hasta pasan, como flotando, sobre los diversos problemas del equipo jamaicano, la rebeld¨ªa de Asafa Powell, los positivos de cuatro compa?eros, que para ¨¦l no son nada. "No puedo predecir el podio", dijo. "Espero estar en lo m¨¢s alto, pero no puedo predecir nada. Hay que tener confianza, y la tengo, pero sin pasarse, todo exceso es malo". Lo cual no quiere decir que no se considere el mejor. "S¨ª, definitivamente, soy el m¨¢s r¨¢pido", afirm¨®. "Y s¨ª, tengo preparado un baile nuevo para celebrar mi victoria". La leyenda, la religi¨®n, lo sagrado, Owens, son otro mundo. Esto es Berl¨ªn, claro.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.