La Marea Verde, en blanco y negro
No les cabe tanto estupor en la mirada. Son j¨®venes y, sin embargo, visten de luto riguroso. Ellas no olvidan taparse con la t¨²nica tradicional. Levantan los pu?os. El fuego enemigo les pisa los talones. Teher¨¢n arde. La iran¨ª Marjane Satrapi dibuj¨® esta secuencia para la novela gr¨¢fica Persepolis (Norma, 2002-2004), en cuyo primer tomo narra su infancia y la revoluci¨®n isl¨¢mica de 1979. Una demoledora autobiograf¨ªa llevada al cine con nominaci¨®n a los Oscar incluida. Cinco a?os despu¨¦s, esas mismas vi?etas han servido para contar lo que est¨¢ pasando en Ir¨¢n a partir de las elecciones del pasado 12 de junio. Unos comicios ganados, seg¨²n la versi¨®n oficial, por el actual presidente Mahmud Ahmadineyad. El candidato opositor Mir Hosein Musav¨ª denunci¨® irregularidades en el recuento. Y miles de sus partidarios se han echado a la calle desde entonces para protestar contra los resultados.
Quer¨ªamos explicar por qu¨¦ Ir¨¢n merece salir en la portada de peri¨®dicos de todo el mundo, dice uno de los autores
Dos exiliados iran¨ªes, Sina y Payman, han relatado esta crisis pol¨ªtica con las im¨¢genes de Persepolis. El resultado se llama Persepolis 2.0. Y puede descargarse gratis en www.spreadpersepolis.com. Un c¨®mic en ingl¨¦s de diez p¨¢ginas al que ya han accedido m¨¢s de 100.000 personas en 169 pa¨ªses. Antes de su publicaci¨®n digital, los autores lograron la autorizaci¨®n legal de Marjane Satrapi. Aun as¨ª, algunos les reprochan haber robado su trabajo.
Quer¨ªamos explicar por qu¨¦ Ir¨¢n merece aparecer en las portadas de los peri¨®dicos de todo el mundo, cuenta Sina, uno de los art¨ªfices de Persepolis 2.0, que ronda la treintena. Prefiere no revelar su nombre completo. Tampoco quiere que se sepa d¨®nde vive. Creci¨® en California. No s¨¦ qu¨¦ hubiera sido de m¨ª de haberme quedado en mi pa¨ªs, reflexiona por correo electr¨®nico. Quiz¨¢ ni siquiera hubiese sobrevivido a la guerra entre Ir¨¢n e Irak de los ochenta. Hoy es el responsable de marketing en una empresa. Conoci¨® a Payman, el otro autor del c¨®mic, hace cuatro a?os. Los dos acababan de instalarse en una nueva ciudad.
A pesar del exilio, no han tomado distancia de la pol¨ªtica iran¨ª. Durante las votaciones fraudulentas nos sent¨ªamos en una monta?a rusa emocional, explica Sina. Entre el desasosiego y las ansias de cambio. Tras la represi¨®n de las protestas del 21 de junio pensaron que deb¨ªan hacer algo. Musav¨ª representaba un revulsivo pol¨ªtico. Creemos en la evoluci¨®n del r¨¦gimen y no en la revuelta contra ¨¦ste.
Persepolis 2.0 no ha sido el primer c¨®mic pol¨¦mico en Oriente Pr¨®ximo por satirizar el poder. En 2008, el caricaturista egipcio Magdy el Shafie fue censurado por Metro, la primera novela gr¨¢fica escrita en ¨¢rabe. Conten¨ªa desnudos y un lenguaje malsonante. Un esc¨¢ndalo. El ¨¢lbum aguant¨® en las estanter¨ªas de El Cairo unos meses. La polic¨ªa asalt¨® la editorial Malameh para hacerse con los originales de Metro. El Shafie permanece a la espera de juicio por presuntas ofensas contra el Estado.
Hace mucho que los tebeos dejaron de ser cosas de ni?os y van mucho m¨¢s all¨¢, hasta convertirse a veces en mordaces cr¨ªticas. Por ejemplo, dos personajes de Persepolis 2.0 debaten:
?C¨®mo han contado a mano 40 millones de votos en 24 horas?
Muy sencillo Ya sab¨ªan el resultado.
El tebeo refleja la sociedad. Y el mundo ¨¢rabe cada vez es m¨¢s recurrente. Aunque all¨ª no haya lectores adultos de novela gr¨¢fica. El experto en c¨®mics ?lvaro Pons revela nuevas vertientes narrativas. Los dibujantes analizan la problem¨¢tica pol¨ªtica de Oriente Pr¨®ximo. Son historietas que se acercan al g¨¦nero del reportaje. Una transici¨®n al periodismo novelado llevada a cabo, entre otros, por Joe Sacco en Palestina: en la franja de Gaza (Planeta DeAgostini, 2002) y por Guibert y Lef¨¦vre en El fot¨®grafo (Gl¨¦nat, 2003), sobre Afganist¨¢n. El apag¨®n informativo es otro blanco de las denuncias en Persepolis 2.0. Javier Mart¨ªn, periodista y autor del libro Sun¨ªes y chi¨ªes, los dos brazos de Al¨¢, hace un inciso al respecto. No pod¨ªamos ser testigos directos, pero tampoco se nos impidi¨® trabajar. El Gobierno restringi¨® Internet y bloque¨® el env¨ªo de SMS; pero las redes sociales, opina el arabista, actuaron como agentes movilizadores de la oposici¨®n.
En ese movimiento reformista, conocido como la marea verde por el color de la campa?a de Musav¨ª, las mujeres han sido protagonistas. Entre ellas, Neda Agha-Soltan, una estudiante de filosof¨ªa de 26 a?os, homenajeada en Persepolis 2.0. El 20 de junio, Neda se encontraba en medio de una protesta en el centro de Teher¨¢n. Una bala, disparada por un miliciano basiyi, acab¨® con su vida en apenas un minuto. La c¨¢mara de un m¨®vil export¨® la escena al resto del mundo: ese ¨²ltimo segundo en el que su mirada se detiene sobre el asfalto te?ido con su propia sangre. La misma sangre que mancha sus deportivas blancas y los vaqueros que cubren sus piernas bajo el chador negro. Es una de las 30 v¨ªctimas que han reconocido las autoridades como resultado de las revueltas.
Tu muerte no ser¨¢ en vano, proclama Persepolis 2.0. ?Por qu¨¦ Neda que significa la voz en farsi se ha convertido en un s¨ªmbolo? Sina se?ala: El pueblo le honra como m¨¢rtir. Encarna esa juventud que desea demostrar su potencial. Dos terceras partes de la poblaci¨®n iran¨ª tienen menos de 32 a?os. Muchos conf¨ªan en que el cambio llegar¨¢ pronto. Los autores de Persepolis 2.0 concluyen: Los dirigentes conservadores tendr¨¢n que asumir que la supervivencia de la Rep¨²blica Isl¨¢mica pasa por crear oportunidades para las nuevas generaciones y no en la represi¨®n de sus libertades. P
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