La insurgencia afina sus t¨¦cnicas de ataque
Los talibanes llegan a la zona m¨¢s fortificada del pa¨ªs, donde est¨¢n los centros de poder y las embajadas
La guerra afgana se est¨¢ iraquizando; al menos en la selecci¨®n de los objetivos y en la sofisticaci¨®n creciente de los ataques de la insurgencia, como el ocurrido ayer en el coraz¨®n de Kabul. Por lo dem¨¢s, Afganist¨¢n e Irak son conflictos que nada tienen que ver y a los que no se puede aplicar la misma estrategia, que es la que parece seguir el Pent¨¢gono: enviar las tropas para combatir.
En Irak hab¨ªa un Estado, que fue desmontado en dos decisiones gravemente err¨®neas del virrey estadounidense Paul Bremer: disolver el Ej¨¦rcito y expulsar a los funcionarios del Partido Baaz, que eran casi todos. En Afganist¨¢n, quebrado por 30 a?os de guerra y siglos de retraso, no existe el Estado; s¨®lo la familia, el clan y la tribu. Tampoco hay ley que se respete, s¨®lo se acepta la tradici¨®n.
Muros de hormig¨®n protegen los edificios de la 'zona verde' kabul¨ª
La base epa?ola en Herat, v¨ªctima de dos ataques en una semana
La diferencia esencial, adem¨¢s de la estructura social y lo monta?oso del terreno, es que en Afganist¨¢n la insurgencia cuenta con un santuario al otro lado de una frontera, como ten¨ªa el Vietcong, que dispon¨ªa de bases en Laos y Camboya.
Kabul se bagdadiza en su aspecto exterior: decenas de muros de hormig¨®n protegen cada vivienda y embajada del llamado barrio diplom¨¢tico, que ayer fue objeto del ataque talib¨¢n. Las calles se riegan de mojones de cemento y chicanes que obligan a aminorar la marcha, y de polic¨ªas y militares locales. La mini Zona Verde kabul¨ª, como se la conoce, nada tiene que ver con el fort¨ªn de Bagdad: una zona de m¨¢s de 10 kil¨®metros cuadrados alrededor del palacio de la Rep¨²blica en la que est¨¢ prohibida la circulaci¨®n. A pesar de ello, eran frecuentes los ataques desde el exterior con granadas de mortero.
Los atentados talibanes, o de sus grupos afines, en la capital recuerdan desde el ocurrido en julio de 2008 contra la embajada de India en Kabul (41 muertos, entre ellos dos diplom¨¢ticos) a los de la insurgencia sun¨ª iraqu¨ª en julio y agosto de 2003 que culminaron con la voladura del hotel Canal de Bagdad, sede de Naciones Unidas, y la muerte del enviado especial de la ONU Sergio Vieira de Mello. Aquellos atentados supusieron el arranque de la peor campa?a de terror contra objetivos civiles que ha vivido Irak. Dur¨® hasta mediados de 2007.
La experiencia indica que los muros no evitan los ataques, asegura una fuente de seguridad, pero alejan a los mandos pol¨ªticos y militares de la poblaci¨®n civil que dicen defender creando un Irak o un Afganist¨¢n de dos velocidades: uno para extranjeros; otro, para los locales.
El objetivo de todos —del Gobierno afgano, de la OTAN y de Estados Unidos— es que pase el d¨ªa de las elecciones. Muchos temen aqu¨ª que la ofensiva talib¨¢n no entienda de fechas hist¨®ricas y busque nuevos atentados en Kabul despu¨¦s del jueves.
En algunas zonas de Afganist¨¢n, los ancianos del lugar, llamados barbas blancas, que antes de 1979 eran la autoridad, tratan de tejer acuerdos con los jefes locales talibanes para que respeten un alto el fuego. En otras, como Herat, el Gobierno ha movilizado a cientos de voluntarios para que se incorporen al sistema de seguridad electoral. Herat es donde est¨¢n parte de las tropas espa?olas, reforzadas recientemente con 450 efectivos para las elecciones.
La base espa?ola, pese a los supuestos acuerdos de alto el fuego logrados, volvi¨® a ser atacada el viernes con siete cohetes que no causaron heridos. Las tropas espa?olas, como el resto de las de ISAF, se encuentran en m¨¢xima alerta. Mientras tanto, y con el objetivo de aumentar la seguridad en el futuro, un equipo de ingenieros trabaja en la nueva base espa?ola de Qala-i-Naw, que ser¨¢ m¨¢s grande y segura que la actual, seg¨²n el Ministerio de Defensa, y estar¨¢ m¨¢s cerca del aeropuerto. Estar¨¢ terminada a finales de este a?o.
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