100 d¨ªas en Ajuria Enea

La lucha contra ETA y la superaci¨®n de la crisis econ¨®mica son las dos prioridades del Gobierno de Patxi L¨®pez, seg¨²n ha declarado al cumplirse los primeros cien d¨ªas de su Gobierno. Para hacer frente a esos desaf¨ªos cuenta con que el acuerdo de investidura con el PP vasco se mantenga durante toda la legislatura, lo que requerir¨¢ el esfuerzo por ambas partes para mantenerlo a resguardo de la bronca permanente que enfrenta a PSOE y PP en el escenario nacional.

Sobre la crisis econ¨®mica poco ha podido hacer el nuevo Gobierno, que se encontr¨® con el 70% del gasto anual ya comprometido por Ibarretxe y con una huelga general de los sindicatos nacionalistas nada m¨¢s tomar posesi¨®n. Habr¨¢ que esperar a septiembre para ver si cuaja el intento de acuerdo con las diputaciones para desplegar una serie de iniciativas de est¨ªmulo de la recuperaci¨®n. El Pa¨ªs Vasco cuenta con dos ventajas comparativas: un tejido industrial saneado tras la reconversi¨®n de los a?os ochenta-noventa; y unas posibilidades de inversi¨®n p¨²blica, derivadas del Concierto, muy superiores a la media.

El combate contra ETA depende sobre todo de la polic¨ªa y de los jueces, pero las instituciones vascas son especialmente responsables de la otra cara de la pol¨ªtica antiterrorista: lo que Josu Jon Imaz llam¨® "deslegitimaci¨®n social y pol¨ªtica del entorno" de la banda. Esa deslegitimaci¨®n implica un discurso pol¨ªtico que desautorice la pretensi¨®n de legitimidad de la violencia, pero pasa tambi¨¦n por acabar con la impunidad de que se ha beneficiado ese entorno y uno de cuyos efectos ha sido que gran parte de la poblaci¨®n interiorizara como normal, o al menos inevitable, la ofensiva exhibici¨®n de s¨ªmbolos y propaganda de ETA.

Aunque en las ¨²ltimas semanas del anterior Gobierno ya se produjeron retiradas de ese material por la Ertzaintza, el Gobierno de L¨®pez lo ha convertido en un eje de su pol¨ªtica de deslegitimaci¨®n, a la vez que ha extremado la diligencia en la prohibici¨®n gubernativa de manifestaciones en las que se consideraba probable la vulneraci¨®n del orden o el enaltecimiento de ETA. Acabar con esa impunidad es un empe?o con grandes dificultades, pero necesario: alguna vez hab¨ªa que empezar. Merece por ello el apoyo de todos los dem¨®cratas, y no las dificultades que ha opuesto el nacionalismo.

La deslegitimaci¨®n del entorno de ETA es una responsabilidad sobre todo del nacionalismo, sosten¨ªa Imaz. Pero la novedad es que quien ahora ocupa Ajuria Enea no ha esperado a contar con la aprobaci¨®n del PNV para tomar iniciativas contra ese entorno: como hicieron en su momento PSOE y PP al plantear la ilegalizaci¨®n de Batasuna pese a la oposici¨®n nacionalista. Y hay s¨ªntomas de que, a posteriori, una parte al menos del mundo nacionalista no ve mal la sentencia de Estrasburgo avalando esa ilegalizaci¨®n, y ve bien que el nuevo Gobierno intente acabar con la ocupaci¨®n impune de la calle por los violentos.