Pa¨ªs de objetores
El protocolo que permite a las farmacias negarse a vender la p¨ªldora poscoital es un desprop¨®sito
La Constituci¨®n regula la objeci¨®n de conciencia s¨®lo para asuntos militares, seg¨²n establece en su art¨ªculo 30.2. Hace ya muchos a?os que el servicio militar ha dejado de ser obligatorio, pero a la sociedad espa?ola le han crecido los problemas de conciencia por doquier. Est¨¢ reciente todav¨ªa el episodio -ex¨®tico en algunos de sus pasajes- de la oposici¨®n por parte de comunidades gobernadas por el PP a impartir Educaci¨®n para Ciudadan¨ªa en centros escolares.
Pero eso no sorprende en un pa¨ªs que garantiza el derecho al aborto y que apenas lo practica en hospitales p¨²blicos (un 2,5% del total) debido a la objeci¨®n de los m¨¦dicos. Los problemas de conciencia tambi¨¦n han llegado a los jueces en un asunto relacionado con el aborto. El pasado mes de julio fue imposible arrancar un pronunciamiento t¨¦cnico-jur¨ªdico en este sentido del Consejo General del Poder Judicial. Las creencias religiosas de su presidente, Carlos D¨ªvar, ganaron el pulso a los criterios jur¨ªdicos y frenaron que el Consejo informase sobre el proyecto de ley de salud sexual y reproductiva e interrupci¨®n voluntaria del embarazo, un texto que pretende europeizar la legislaci¨®n espa?ola introduciendo los plazos.
El ¨²ltimo episodio objetor ha llegado hace unos d¨ªas, en pleno agosto, desde Catalu?a. Despu¨¦s de que el Ministerio de Sanidad anunciara que las farmacias deber¨ªan dispensar sin receta la p¨ªldora poscoital y la que no lo hiciera podr¨ªa exponerse a una multa de m¨¢s de 90.000 euros, la Generalitat catalana y el Colegio de Farmac¨¦uticos han llegado a un acuerdo que lleva la conciencia al interior de las boticas.
En las farmacias de Catalu?a gobernar¨¢ un protocolo por el que los establecimientos que se nieguen a vender la p¨ªldora poscoital deber¨¢n indicar a la paciente la farmacia m¨¢s pr¨®xima para adquirirla. La ciudadana deber¨¢ tambi¨¦n someterse a un cuestionario que realizar¨¢ el farmac¨¦utico o el mancebo de botica que en aquel momento se halle detr¨¢s el mostrador. Probable y desgraciadamente, la senda iniciada por Catalu?a ser¨¢ seguida por otras comunidades, que se han apresurado a tomar el texto como pauta. La ajada imagen del cura, el capit¨¢n de la Guardia Civil y el boticario parece primar en algunas mentes nost¨¢lgicas por encima del debido respeto democr¨¢tico a la voluntad de los ciudadanos.
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