La fuerza ante la adversidad

Unos meses despu¨¦s de tocar el cielo durante la incre¨ªble recta final que le llev¨® al bronce en los 800m de los Mundiales de Osaka, Mayte Mart¨ªnez debi¨® dejar de correr. Una fascitis plantar le imped¨ªa correr hasta infiltrada, que se hab¨ªa convertido en su costumbre. Se oper¨® dos veces, en marzo y en agosto, y poco a poco volvi¨® a entrenarse. Todo parec¨ªa ir bien hasta que hace poco, cuando ya afinaba para Berl¨ªn, un dolor repentino en la rodilla la oblig¨® de nuevo a parar, a infiltrarse. Despu¨¦s de tantos a?os de convivencia con el dolor, el asunto no deber¨ªa ser demasiado grave, pero Mart¨ªnez, de 33 a?os, ya empieza a cansarse de que su carera deportiva haya sido una carrera de obst¨¢culos.

"He estado unas semanas sin entrenarme, con lo que ello supone de merma f¨ªsica y psicol¨®gica", dice, antes de reflexionar, casi filos¨®fica, de quien empieza a mirar hacia atr¨¢s. "Es el paso del tiempo, son muchos a?os entren¨¢ndome muy fuerte, y el cuerpo empieza a resentirse. Me fastidia un poco este h¨¢ndicap, pero hay que apechugar con lo que me toca. Me toca ser m¨¢s humilde y asumir que ya no puedo estar entre las ocho mejores del mundo".

Eso dec¨ªa la v¨ªspera de empezar a competir. Ayer debut¨®, y sufri¨®, pero pas¨® con las mejores y, si no entre las ocho, ya est¨¢ entre las 24 mejores del mundo. "No he estado nada bien, pero he pasado. Es que ha sido una serie muy lenta y todas ten¨ªan posibilidades en la ¨²ltima recta, y me ha costado. De todas maneras, si pasar a la final habr¨ªa sido dif¨ªcil estando al 100% de mis posibilidades, ahora, mermada, es casi imposible", dice la vallisoletana, quien, due?a de un genio tan indomable como sus pelos, a los que ni siquiera pudo doblegar la voluntariosa Ruth Beitia con sus pinzas de planchar m¨¢gicas, sin embargo, se niega a claudicar. "Confiar¨¦ en mi car¨¢cter competitivo", dice. "Cuantas m¨¢s adversidades debo superar m¨¢s fuerte soy".

Mart¨ªnez no pudo defender su bronce mundial en los Juegos de Pek¨ªn y ha observado desde la barrera el tremendo cambio en el perfil de las atletas de 800 metros. En Osaka la derrotaron la gr¨¢cil Jepkosgei y la ligera Benhassi. En Pek¨ªn gan¨® una keniana de 18 a?os, Pamela Jelimo, una mole cuadrada y potent¨ªsima, quien, sin embargo, palidece al lado de la ¨²ltima en llegar, la surafricana Caster Semenya, una adolescente de 18 a?os con un f¨ªsico musculoso casi masculino, a tono con el que luci¨® Lurdes Mutola y que ha corrido este a?o ya en 1m 56s. Osada y agresiva, su deb¨² mundialista fue sonado pues hizo tropezar a la mism¨ªsima Jepkosgei, quien se qued¨® en el suelo. Semenya trastabill¨®, tropez¨®, no se cay¨®, se torci¨® el tobillo y, pese a todo, a¨²n esprint¨® con fuerza para pasar. "Como el 800 es una prueba cada vez m¨¢s de fuerza, les va de perlas a las adolescentes que viven en su cuerpo la revoluci¨®n hormonal, el subid¨®n de testosterona", dice Juan Carlos Granado, marido y entrenador de Mart¨ªnez. "Es lo ¨²ltimo con lo que tenemos que luchar".