Si no hay sexo, no hay comida
Una nueva ley permite a los hombres de etnia hazara dejar sin alimentos a la esposa que reh¨²se satisfacer sus deseos
Al presidente de Afganist¨¢n, Hamid Karzai, financiado por la comunidad internacional que combate al integrismo talib¨¢n, le llueven cr¨ªticas por la nueva ley dedicada a la mujer chi¨ª, que fue publicada el domingo. El texto permitir¨¢ a los maridos de la etnia hazara que profesan esa confesi¨®n (el 9% de los afganos) castigar sin alimentos a sus esposas si ¨¦stas les niegan el tamkeen, el derecho a la satisfacci¨®n de las necesidades sexuales.
En uno de los barrios hazaras de Kabul varios hombres sesteaban ayer sobre un carromato. El taxista Hatezoul¨¢ asegura que no ha o¨ªdo hablar de la ley. "Trabajo de cuatro de la ma?ana a 11 de la noche. No tengo tiempo para saber". Cuando se le explican algunos contenidos de una ley cuya tramitaci¨®n y aprobaci¨®n ha sido semiclandestina, afirma: "La mujer debe pedir permiso al marido para salir de casa. Lo dicta la ley isl¨¢mica". ?Y el marido no pide permiso a la mujer? Sorprendido estalla en una carcajada: "No, el marido es libre". A su lado, Zahin dice que jam¨¢s castigar¨ªa a su esposa sin comida porque ella le negara el derecho al sexo. "Hay muchas maneras de lograrlo", dice gui?ando un ojo. Debe saber de lo que habla pues tiene 10 hijos.
Seg¨²n el mul¨¢ Zada, la norma est¨¢ destinada a proteger a la mujer chi¨ª
En el centro de rehabilitaci¨®n del Comit¨¦ Internacional de la Cruz Roja, donde se atiende a amputados de guerra y a personas con problemas locomotrices, s¨®lo Zaba, que trabaja all¨ª, se aviene a conversar. "No he o¨ªdo nada de esa ley porque no tengo televisi¨®n. No tengo problemas para salir a trabajar; soy la ¨²nica que tiene empleo. Las mujeres chi¨ªes somos libres. Vivimos en un pa¨ªs que pertenece al islam y las cosas son de esta manera".
En la mezquita de Janal-mina, el mul¨¢ Mohakik Zada recibe al periodista en la biblioteca. Tiene entre sus manos un libro modesto de tapas blancas que contiene la pol¨¦mica ley. Se convirti¨® en el l¨ªder espiritual del barrio hace ocho a?os, tras la expulsi¨®n de los talibanes. Sostiene que el verdadero islam est¨¢ en el centro y no en los extremos. Preguntado por los aspectos m¨¢s pol¨¦micos de la ley, explica que ¨¦sta es una norma destinada a proteger a la mujer chi¨ª. "Le otorga muchos derechos. S¨®lo el tamkeen beneficia al hombre, pero es falso que la ley permita castigar a la esposa sin comer. (...) La prohibici¨®n de salir de casa sin permiso est¨¢ en el C¨®digo Civil. No es algo nuevo. La norma representa una mejora porque la mujer podr¨¢ salir sin permiso en caso urgente, como una enfermedad".
Junto al mul¨¢ se sientan tres estudiantes cor¨¢nicos que asienten a sus palabras como si fueran un or¨¢culo. Mohamed Mohaqqeq habla un ingl¨¦s perfecto: "La mujer puede imponer todas las condiciones que desee antes del matrimonio: que no se le exija ese permiso para salir, no llevar el burka o cuestiones de divorcio. La ley les ampara. Lo que sucede es que casi ninguna conoce la ley ni sus derechos". El mul¨¢ a?ade: "El hombre se compromete a mantener a la mujer en todo desde el momento que ¨¦sta sale de casa de su padre, y es l¨®gico que tenga el derecho de permitirle o no salir a la calle".
Aunque Mohakik Zada insiste en que la ley no incluye el castigo sin alimentos, no es capaz de encontrar el art¨ªculo para leer textualmente. Afirma que el Cor¨¢n regula la obediencia de la mujer en el tamkeen y establece cu¨¢l debe ser la graduaci¨®n del enfado del esposo. "Primero, dejar de hablarle; despu¨¦s, separar las camas; tercero, darle un aviso, y s¨®lo en ¨²ltimo lugar est¨¢ permitido golpear suavemente sin causar heridas". El mul¨¢ sostiene que la ley mejora la situaci¨®n porque permite que la mujer se niegue en caso de menstruaci¨®n o dolencia, y acusa a la prensa extranjera de sacar este asunto de contexto. "Ocurre en Irak, en Ir¨¢n y en Siria, ?por qu¨¦ tanto ruido con Afganist¨¢n?".
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